Muerte infantil repunta en Chiapas
En el marco de la celebración del Día del Niño en nuestro país, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reveló que Chiapas es la quinta entidad federativa del territorio mexicano que tiene la tasa de mortalidad más alta, al presentarse la muerte de 13.3 infantes por cada mil que nacen vivos.
De acuerdo con la información, el primer lugar lo ocupa Puebla al registrar 14.4 fallecimientos de infantes, por cada mil que nacen vivos; el segundo sitio lo tiene Campeche, con un porcentaje similar, que es del 14.1 por ciento.
Precisa el Inegi: “a partir de los datos de estadísticas vitales de mortalidad de 2017, la principal causa de muerte en menores de un año son las afecciones originadas en el periodo perinatal, responsable de una de cada dos muertes (51.3%); 24.8% de los fallecimientos se deben a malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y 4.2% se debieron a muertes por accidente”.
Al citar a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2018, el Inegi explica que en nuestro país hay 38.3 millones de niñas, niños y adolescentes; de ellos, “13.2 millones se encuentran en edad escolar, de seis a 11 años y 13.7 millones son adolescentes de 12 a 17 años”.
El organismo, especialista en temas de estadística, añadió que en 16 años (del 2000 al 2016), la tasa de mortalidad infantil registró un descenso de 25 a 14.6, por cada mil 100 niños nacidos vivos.
Además, en el informe se ofrecen otros datos que hacen alusión al tema; por ejemplo, se informa que las razones por las cuales adolescentes de entre 15 y 17 años de edad no utilizaron métodos anticonceptivos durante la relación sexual.
Del total, el 33.1 por ciento reveló que no pensaba tener relaciones sexuales, el 17.6 por ciento que no pensaba quedar embarazada; otra cifra considerable fue lo que pensaron el 16.9 por ciento: no conocían ningún método.
Otros números añaden que querían embarazarse, se opuso la pareja, les dio pena o no estaban de acuerdo con los métodos anticonceptivos.
“La adolescencia es una etapa decisiva en la vida, ya que en ella se establecen ciertos patrones de comportamiento algunos de los cuales permanecen hasta la edad adulta. Por esta razón, los comportamientos de riesgo y sus consecuencias cobran especial importancia en la salud de los adolescentes, en especial, la sexual y reproductiva como asunto de interés público”, complementa el Inegi.
