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Política Cero

 Política Cero

Jairo Calixto Albarrán

La guardería ABC y el “Marranogate”

Otro perfilUna de las cosas que más ternura daban de Felipe Calderón era el humanismo con el que se condujo siempre. Daba gusto ver cómo cuidaba de las víctimas involuntarias de sus estrategias en contra del crimen organizado que renovaron completamente a los ejércitos del mundo que veían con asombro cómo superaba en inspiración a generales como Patton, De Gaulle y al mismo Napoleón al ritmo de “Hombre, si te dices hombre”. Uno puede evocar con sinceridad todas aquellas lecciones morales que don Felipe de Jesús encabezó mientras con espada flamígera acababa con los perros infieles del narcoterror.

Hasta le iban a dar el Nobel de la Paz, sobre todo cuando reveló que los únicos shots que conocía eran los de tequila. Un estadista que levantó la moral de la tropa, sobre todo cuando después de la tragedia de la guardería ABC no amagó nunca con renunciar, haiga sido como haiga sido, pero sí buscó calmar las penas de las víctimas mientras su señora esposa, también muy humanista, no dejaba de apoyar.

Claro, como algunos eran de la familia ni modo de meterlos al tambo por armar guarderías subrogadas en polvorines, es comprensible que no cayera la parentela. Y qué decir de los amigos y compinches que tampoco renunciaron al puesto en el IMSS, pues amistad que no se demuestra en la nómina es cortina de humo.

Sobre todo se entiende que no le hayan tocado un pelo a Molinar Horcasitas, que en sus encendidos discursos de autodefensa dejaba entrever que aquello fue prácticamente un suicidio colectivo. Era el Yoda de Jelipillo, ni modo de cometer parricidio. Pero extraña que teniendo la posibilidad de agarrar a Eduardo Bours —entonces gobernador de la entidad— y pudiendo tratarlo peor de lo que hizo contra cualquiera que se atreviera a cuestionar su narcoguerra, lo dejó ir vivito y coleando. Digo, nomás por haber dicho que “Dormía como un bebé”, bien podrían haberlo sometido manque fuera a alguna terapia control freak de Alejandra Sota.

Y en esa lógica, estoy seguro de que el régimen hará caer a todos los canallas de la guardería ABC, menos los primos de la señora Zavala que, pobrecitos, cómo han sufrido injurias, para que nadie se oponga a la venta de garage de Pemex.

Digo, ni modo que se pongan como El Piojo Herrera, que ya lavolpió gacho (nomás le falta su podóloga) y la presente administración le eche la culpa de las lucha contra la impunidad, a un gran Marranogate.

Soporífera
Octavio Ramos Absalón

“MOMENTOS ESTELARES DE CLAUDIO ARRAU”

En enero de 1991, la Universidad Veracruzana editó un escrupuloso trabajo artístico de Sergio Dorantes Guzmán, titulado ARRAU (el gran artista latinoamericano) que contiene entrevistas, biografías y conversaciones con el pianista oriundo de Chile. La primera de las entrevistas se dio en Puebla en el año de 1966.

En dicha entrevista se cuestionó a Arrau en el sentido de que se proponía abordar la obra completa de Debussy y de Ravel, así como lo había hecho con la de Bach y la de Beethoven, respondiendo el entrevistado que era un proyecto que iba a cristalizar. Se le preguntaron al músico sudamericano diversos tópicos como el siguiente.

Que si los premios que recibió por su grabación de los cinco conciertos de Beethoven había tomado en cuenta grabaciones anteriores como las de Kempff, Backhauss, o Schnabel, respondiendo que dichas grabaciones no las había oído, pero que su principio fundamental de interpretación era la de acercarse a las intenciones del compositor.

Para Arrau darle a una obra carácter suyo propio no revestía importancia para él. Expresaba que no deseaba ser personal pues le parecía absurdo y rebuscado. En la entrevista se le inquirió si la generación joven había tenido un cambio en cuanto a la interpretación, con respecto a la generación del propio Claudio Arrau.
Comentó que sí han habido cambios, pero que van más hacia la mediocridad ya que han surgido códigos estéticos absurdos, como el de tocar con metrónomo. La mayor parte de los jóvenes pianistas creen que tocando con metrónomo van a encontrar el sentido de la música, lo cual es completamente absurdo.

La segunda entrevista se realizó en 1970 en la ciudad de México durante el ciclo “ Beethoven y su obra pianística” en el que participaron Claudio Arrau, Angélica Morales, Tomás Vasary y Jean Paul Sevilla, evento que se realizó en la ciudad universitaria. Arrau confesó a Dorantes que su primer contacto con Beethoven lo fue el hecho de oír tocar a su madre a Beethoven.

Sobre el curso Master Course de las sonatas para piano de Beethoven, Arrau comentó al entrevistador:
“Hay que ocupar una vida entera para la comprensión de ciertas obras de Beethoven, es importante que los intérpretes empiecen muy temprano a ocuparse y a vivir con sus obras más difíciles, pero, ¡Que no las toquen en público”!
Tercera entrevista en la ciudad de México en 1972.

El 28 de febrero de 1972, Arrau tocaba nuevamente en Bellas Artes, interpretó la Sonata Op. 27 número 1 de Beethoven, La Sonata en Si menor de Liszt y El Carnaval Op. 9 de Schuman. Siguió comentando el pianista que la música de Liszt ha sido menospreciada por los puristas, sobre todo a causa de sus Rapsodias y sus transcripciones.

Agregó que, en la música del romanticismo europeo, Alemania ocupó uno de los lugares más importantes con las últimas sonatas de Beethoven y muchas de las obras de Liszt. Estas, son algunas cuantas opiniones de Arrau confiadas a Dorantes Guzmán.

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