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Aparatos electrónicos afectan a los niños y adolescentes

 Aparatos electrónicos afectan a los niños y adolescentes

Es importante que los padres de familia pasen más tiempo con sus hijos en los parques infantiles y ponerles un límite en el uso de estos aparatos

Computadoras, celulares, tabletas electrónicas y demás dispositivos digitales están plenamente integrados a la vida cotidiana de los niños y adolescentes, pero se pueden presentar problemas asociados al exceso del uso de tecnologías digitales a temprana edad: problemas de sueño, aislamiento social, tendencia al sobrepeso y la adicción, bajo desempeño académico, y las Relaciones sociales mediadas por redes sociales en vez del contacto cara a cara.

Diario de Palenque entrevistó a la psicóloga clínica, Leticia Catalán Reyes, señaló que el uso de los aparatos electrónicos se recomienda que sea a partir de los 7 años de edad; y para ello puede tener beneficios como: permitir y manejar correctamente todo tipo de información, poner de forma innovadora el conocimiento científico actual, ofrecer gran cantidad de posibilidades de ocio y entretenimiento, además de facilitar nuevas formas de relacionarse y comunicarse.

Sienten atracción por todo lo relacionado con la tecnología, ya que satisfacen sus necesidades de entretenimiento, diversión, comunicación e información; a veces los padres de familia recurren al uso de las tecnologías por conveniencia, porque quieren que los niños estén entretenidos mientras terminan de hacer diversas actividades en casa o fuera de ella”, expuso la especialista.

¿Cuándo es necesario intervenir en el uso excesivo de la tecnología?

Cuando el tiempo gastado en la tecnología consume completamente el que debería utilizar para otras actividades. Cuando abandona otros entrenamientos que solían ser divertidos para él, como jugar con sus hermanos o amigos. Cuando se retira de momentos familiares y amistades. Cuando demanda el uso de las tecnologías mientras ingiere sus alimentos. Cuando gasta mucho tiempo en internet sin ningún propósito. Cuando sus emociones se vuelven incontrolables al ponerle límites sobre su uso. Y cuando presenta ansiedad y cambios bruscos de estado de ánimo al separarle de ellas.

Quiero comentar que al momento de que el uso de estos dispositivos se vuelve una adicción los menores de edad presentan ciertos comportamientos no usuales como berrinches, mal humor y agresividad hacia los padres o amigos. La edad adecuada para que los hijos empiecen a utilizar estos equipos es después de los 7 años como ya se comentó anteriormente, para que no le afecte la luz sus ojos, y los pequeños solo deben usarlos por 20 minutos con la vigilancia de los papás, así mismo en niños de 12 a 15 años lo máximo para el uso de los aparatos es una hora”, dijo Leticia Catalán.

Finalmente, proporcionó algunos consejos a los papás en este tema: Los padres de familia deben ser un modelo de uso responsable (deben establecer límites el tiempo y usarlo para otras actividades); Designar un “tiempo” para conectar con el hijo (una de las nuevas reglas es diferenciar cuándo se le permite y cuándo no se le permite la utilización de las tecnologías; Explorar alternativas junto a su hijo (crear una lista de las actividades que le gustan hacer, que no incluya nada de tecnología y aplicarlas durante el tiempo designado; Buscar ayuda profesional (si la situación es incontrolable, lo mejor es buscar a un especialista que ayude averiguar cuál es la raíz del problema y como se puede resolver).

ESTUDIO CIENTÍFICO

De acuerdo a la Universidad Nacional de Colombia hace algunos años, los niños salían de sus casas a divertirse en los parques, jugaban a las escondidas, a ser el más rápido o alto; ahora por el contrario, dedican mucho de su tiempo de esparcimiento a manipular dispositivos tecnológicos. Esta situación no solo demuestra el rápido avance tecnológico que atraviesa la sociedad, también influye en la forma cómo los infantes, en etapas tempranas de desarrollo cambian sus prácticas de juego y adquieren habilidades motoras gruesas y finas.

Según Angélica Alarcón, magíster en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UN), lo normal es que los niños primero desarrollen sus habilidades motoras gruesas, es decir, movimientos de hombro, codo, cadera y rodilla, y después la motricidad fina, relacionada con la coordinación de movimientos finos y precisos. “Los juegos son una oportunidad para que las habilidades motoras, sociales y cognitivas se desarrollen de forma adecuada; con el avance tecnológico cada vez son más los juegos que demandan habilidades finas y coordinación, lo que implica que los menores se salten etapas de desarrollo”, explica la neurocientífica.

Angélica Alarcón revela un estudio para determinar cómo el Trastorno de Desarrollo de la Coordinación (TDC) afecta el desempeño escolar en una muestra de población infantil y adolescente de 7 a 16 años de edad. Este trastorno de aprendizaje motor se caracteriza por una dificultad en la adquisición y realización de habilidades perceptivas y motoras al realizar movimientos coordinados y precisos; además, los niños presentan bajo tono y debilidad muscular y baja resistencia.

Cuando llegan a los colegios les exigen habilidades que ya deberían haber adquirido, pero lo cierto es que no están del todo fortalecidas; esto impide una adecuada ejecución de las actividades escolares, teniendo en cuenta las demandas del contexto, lo cual genera frustración, evasión y dificultades de socialización en los niños.

CP

Redaccion Diario de Palenque

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