Un pueblo con riqueza cultural y gastronómica en las alturas de Tuxtla Gutiérrez.
Copoya, un ejido perteneciente al municipio de Tuxtla Gutiérrez, se encuentra ubicado en el Cerro Mactumactzá, en la parte sur de la ciudad. Aunque ya no se habla la lengua materna zoque, sus habitantes mantienen vivas sus tradiciones culturales y religiosas, que giran en torno a festividades como la Virgen de Candelaria, la Virgen del Rosario y Santa María Olaechea. Además, este encantador pueblo es conocido por su rica gastronomía, con platillos emblemáticos como el ninguijuti y el guacasiscaldu.
Una de las principales atracciones en Copoya es el Glorioso Cristo de Chiapas, un monumento artístico monumental que se encuentra en el Cerro Mactumactzá y que se inició en 1997. Esta imponente estructura tiene una altura de 64 metros y un peso de 118 toneladas, siendo visible desde cualquier parte de la ciudad. Gracias a su iluminación, se puede apreciar incluso de noche. Además, desde este punto se ofrece una vista panorámica de gran parte de la capital chiapaneca.
Para llegar a Copoya, se puede utilizar transporte privado o tomar un taxi o colectivo desde Tuxtla Gutiérrez. Las rutas más comunes se encuentran en la octava sur entre calle central y primera poniente, así como en la segunda poniente entre séptima y octava sur de la capital. El costo del pasaje es de ocho pesos, y una vez en el pueblo, los mototaxis locales pueden llevar a los visitantes a su destino por tan solo siete pesos.
La gastronomía en Copoya es una delicia para los amantes de la comida regional. Uno de los nombres destacados en la cocina zoque es Suri Guzmán López, cuya especialidad son los platillos tradicionales de la zona. Entre los platillos más emblemáticos que ofrece en su empresa ubicada a pocos metros del Glorioso Cristo de Chiapas se encuentran el ninguijuti, el frijol con tasajo, el frijol con chipilín y el guacasiscaldu.
El ninguijuti es un platillo tradicional zoque que se sirve en festividades religiosas como la Virgen de Candelaria. Está preparado con espinazo de cerdo, chile bolita, taseahual (masa de maíz amarillo), jugo de limón y tomate. La cocción se realiza con poca agua y una porción de manteca, y se sazona con sal al gusto.
El guacasiscaldu, o caldo de res, también es una delicia que se sirve en festividades como las de las Virgencitas de Copoya o en velorios de difuntos. Está lleno de sabores auténticos y es una muestra de la riqueza gastronómica de la región.
La festividad patronal de Copoya se celebra el 2 de febrero en honor a la Virgen de Candelaria. Los festejos comienzan el 18 de enero con nueve días de rezos y recorridos de las imágenes de la Virgen de Candelaria, la Virgen del Rosario y Santa María Olaechea por las 12 capillas de la parroquia, que incluyen seis en Copoya y otras en comunidades cercanas como El Jobo, Piedra Santa y San Vicente.
Copoya, situada a unos cinco kilómetros del libramiento sur de Tuxtla Gutiérrez, en la carretera estatal que conduce al municipio de Villaflores, ofrece una experiencia cultural y gastronómica única para quienes la visitan. Su rica historia, tradiciones y sabores auténticos la convierten en un destino imperdible en Chiapas.
