Hombre que fue deportado se gana la vida vendiendo figuras de palma
Soy periodista independiente y, camino a la estación del metro Allende, llamó mi atención un joven que con rapidez entrelazaba ramas de palma y hacía figuritas. Le pregunté qué precio tenían y me respondió: 10 pesos. Le pedí me hiciera una y solicité su autorización de tomarle una foto, pero al ver su habilidad decidí que sería mejor tomar un video.
De entrada me llamó mucho la atención que me dijera que era originario de Nochixtlán, Oaxaca, pero conforme fue avanzando la plática al tiempo que hacía un colibrí, escuché la historia de cómo lo deportaron hace dos meses y desde entonces está en la Ciudad de México. Él dejó allá un hijo menor de edad y a su esposa. Me contó también cómo llegaron al restaurante donde trabajaba, en California, y junto con otros paisanos lo enviaron a la garita de Tijuana.
El testimonio se me hace relevante pues es un ejemplo visible, cercano y olvidado de lo que están sufriendo cientos de personas. Me contó también cómo al llegar al aeropuerto, sólo los identifican y los dejan a su suerte.
Comparto contigo el video que he subido a mi cuenta en Youtube. Lo dejo a tu consideración de compartirlo también en la plataforma de Aristegui Noticias, con el interés de que este material y otros muchos de otras personas sirvan, aunque sea un poco, a la concientización de todos los actores involucrados en frenar esta acción inhumana del Gobierno de Estados Unidos.
Cecilia Figueroa Rodríguez
