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El punto G de la economía

 El punto G de la economía

Roberto Dionicio Pérez

Un poquito decentesSegunda parte

El estrés del cambio organizacional

El rendirse al cambio elimina el estrés al máximo crea la oportunidad de progresar en lugar de fracasar. Los maestros que practican el Zen (doctrina budista en la que la iluminación se puede obtener a través de la meditación de ideas intuitivas) tienen un gran respeto por el poder de la sumisión. Ellos sabían que el ceder –rendirse a alguna situación- algunas veces ofrece el único camino a la maestría; ellos hablaban sobre la sabiduría de dejar al mundo seguir su curso, en lugar de ir contra él. Entonces, en lugar estar estresado por el cambio utilizamos su poder en ventaja nuestra su fuerza se convierte en la nuestra, de esta manera, en lugar de ver al cambio como adversario deberíamos acomodarlo, alinearlo, usarlo, en tratarlo como un enemigo, deberíamos permitirle convertirse en nuestro más grande aliado.

Error básico número uno, esperar que alguien más reduzca tu estrés; sabemos que el cambio comúnmente causa estrés. Ok… así que, ¿quién está causando los cambios? Normalmente la alta gerencia carga con la culpa, después de todo, la gente de arriba tiene el poder entonces, superficialmente parece justo acusarlo de la fuente principal de fatiga emocional y presión. Además, si las acciones de la alta gerencia perecen ser el problema ¿no sería lógico hacerlos responsables de proveer la solución? No, por muchas razones. Para empezar, las apariencias pueden engañar; las acciones de la alta gerencia generalmente son reacciones. Puede ser que la organización simplemente este tratando de responder a alguna fuerza externa, tal vez la competencia, un viraje económico agudo, nueva tecnología, o cambios en el mercado y en las expectativas del cliente; si la gerencia simplemente se está ocupando de un problema subyacente más básico que amenaza el futuro de la organización, entonces esa causa de raíz es el verdadero culpable. Pero supongan que estas líneas de razonamientos te parezcan un tanto débiles para la defensa de la gerencia, tal vez en tu opinión.

Vamos a decir, por ejemplo, que crees que alguien tomo una mala decisión. Piensan que había una mejor forma de manejar la situación, con eso en mente insistes en que “ese alguien” causo un estrés innecesario y por ello deberían aguantar la carga de protegerte contra eso. ¿Qué pasa si no lo hacen? Para arreglar la situación (para librarse del estrés) la organización tendría que cambiar las cosas, pero lo acaban de hacer, por razones y en formas que probablemente desde su punto de vista tengan lógica, es poco probable que la alta gerencia lo vea como un error, aparentemente esa es la forma en que lo querían, considerando las opciones que ellos tengan disponibles, de hecho, es probable que cambios posteriores generen más estrés, no menos.

Guía de supervivencia, no cuentes con que alguien venga librarte de tu estrés, ponte tú mismo a cargo para manejar la presión. Hay una buena posibilidad de que seas el único en tu situación de trabajo que podrá o que puede hacer mucho para aligerar tu carga psicológica.

Error básico número dos, decidir no cambiar. No tienes que cambiar solo porque la organización lo haga; la gente justifica esto todo el tiempo, solo vea a tu alrededor, no tienes que mirar mucho para saber de lo que estamos hablando. La organización anuncia que hará algo nuevo y diferente, algunas personas no le agradan mucho, por cualquier razón y deciden que no quieren formar parte del programa.

Así que se resisten, tal vez conscientemente, o tal vez sin detenerse realmente a pensar en ello, tal vez hagan mucho ruido y se resistan abiertamente o tal vez se acerquen sigilosamente y se resistan al cambio con quietud, detrás del escenario, sin embargo, cualquier estrategia que elijan los enrola en una dura batalla emocional. El resistirse al cambio es una de las causas más comunes de estrés en el trabajo, naturalmente la persona promedio no lo ve de esa forma, a mucha gente le gusta pensar que los cambios dan origen a todo el estrés en lugar de culpar a sus propios errores originados por la forma en cómo reaccionan personalmente ante la situación. La gente desperdicia mucha energía aferrándose a los viejos hábitos y creencias de la que les tomaría aceptar los cambios. La gente hace un pésimo trabajo sopesando las probabilidades para el éxito cuando se resiste al cambio, la mayor parte del tiempo está peleando una causa perdida.

Guía de supervivencia, la organización va cambiar –debe hacerlo- si es para sobrevivir y prosperar. En lugar de darte topes con la pared de la dura realidad y estar lastimando tu espíritu, invierte su energía en hacer los ajustes rápidos. Virar cuando la organización vire; práctica la alineación instantánea; tus propias decisiones tal vez hagan más para determinar tu nivel de estrés, que cualquier cosa que la organización decida hacer.

Correo: rodip20@yahoo.com.mx

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