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Cuidado de las piernas con varices.

 Cuidado de las piernas con varices.

La insuficiencia venosa crónica, también conocida como varices o venas varicosas, son venas hinchadas a causa de una acumulación anormal de sangre debido a la debilidad, a menudo heredada, en las paredes y válvulas de las venas superficiales. Esto hace que las venas se ensanchen y se dilaten, de manera que la sangre se acumula fácilmente cuando una persona permanece de pie durante mucho tiempo.

En primer lugar, está la predisposición genética. Las personas cuyos padres las sufren tienen un riesgo mayor de padecerlas. La edad también es un factor predisponente, así como la mala circulación, los embarazos, el estreñimiento, el sedentarismo, llevar ropa muy ajustada y el calor director.

La única manera de prevenirlas es hacer ejercicio (por ejemplo, natación, una de las actividades físicas que mejor combate las piernas hinchadas, pesadas y la mala circulación). Una dieta sana también contribuye a combatirlas. Evitar cruzar las piernas así como no exponerlas al calor son otras de las medidas que se aconsejan para que las varices no aparezcan o no vayan a más.

“Cuando la vena se dilata no cumple su función. Estas se encargan de realizar el retorno sanguíneo al corazón y eso implica que el flujo tenga que ir contra la gravedad: desde el pie hacia el corazón”. “Las venas tienen unas válvulas que impiden el retorno de ese flujo sanguíneo hacia el pie y facilitan la subida. Sin embargo, si la vena está dilatada, las válvulas no cumplen su función y el flujo se invierte, lo cual provoca que aumente la dilatación y se produzcan problemas como edemas, hinchazón de la pierna o, en fases más avanzadas, úlceras o flebitis (trombosis de una variz), entre otras”.

Esta patología es mucho más frecuente en la mujer. La aparición de las varices es hasta cinco veces más frecuente en ellas que en los hombres. Se da habitualmente en las venas de las piernas, sin embargo, también pueden afectar al esófago, la región anal, la vulva o los testículos.

-Causas

Entre las principales causas de la aparición de varices destacan tres.

En primer lugar, y si se trata de varices primarias, están las válvulas congénitamente defectuosas. Las válvulas son responsables de hacer circular la sangre hacia el corazón, por lo que si no funcionan correctamente la sangre se acumula en la vena provocando su hinchazón.

La tromboflebitis provoca el mismo efecto. En este caso, son trombos, o lo que es lo mismo, coágulos, los que dificultan la circulación. Esta situación puede darse, por ejemplo, tras prolongados periodos de reposo en cama.

La tercera causa más probable para la aparición de varices es el embarazo. Por suerte, las varices que aparecen durante el período de gestación son secundarias y tienden a desaparecer entre dos y tres semanas después del parto.

-Síntomas

Las manifestaciones clínicas más comunes son:

  • Pesadez de piernas.
  • Aparición de varices con venas visibles.
  • Edema.
  • Hinchazón.
  • Aparición de dolor.
  • Calambres.
  • Sensación de acorchamiento.

En fases más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer úlceras venosas, dermatitis ocre (oscurecimiento de la piel), o el sangrado en varices complicadas.

-Prevención

En la actualidad, no existe ninguna medida que ayude a prevenir la aparición de las varices.

No obstante, García León destaca que un estilo de vida saludable; realizar ejercicio físico; y evitar el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, contribuyen a que, si una persona tiene riesgo de desarrollar varices, estas estén más controladas.

Tipos

Existen diferentes formas de clasificar las varices, que establece una graduación de las varices en función de la presentación clínica, de la etiología, de la anatomía de la vena y de la patofisiología de la misma.

A nivel general se pueden establecer dos tipos:

  • Varices superficiales. Es el tipo más frecuente. Conocidas como telangiectasias o arañas vasculares, son varices de pequeño tamaño, muy visibles, que suelen causar preocupación. “Este tipo de variz no suele tener mayor significación patológica y suele ser un problema principalmente estético, no suele provocar problemas en la piel de oscurecimiento o de dermatitis, ulceraciones o flebitis”.
  • Varices tronculares. Pueden presentar diferentes grados de dilatación y son las varices propiamente dichas: venas dilatadas y que pueden ser más o menos visibles.

-Diagnóstico

La primera recomendación que deben seguir los pacientes para que se les realice el diagnóstico es acudir a un especialista de cirugía vascular. El experto está plenamente capacitado para, solo con la clínica y una exploración física, dar un primer diagnóstico que suele ser bastante certero.

-Tratamientos

  • Utilizar medias de compresión. Estas prendas ayudan mecánicamente a impulsar la sangre desde los capilares hasta el corazón, impidiendo que se produzcan estiramientos o heridas. A pesar de la incomodidad que puedan suponer, su uso está especialmente indicado en los meses de verano, ya que con temperaturas superiores a los 25 grados existe riesgo de empeoramiento de los trastornos asociados al retorno venoso.
  • Evitar la exposición al sol durante largas horas, tumbados y sin moverse, y sobre todo durante las horas de máximo calor, lo que conduciría a un efecto vasodilatador intenso y prolongado.
  • Aplicar duchas de agua fría en las piernas, haciendo que el chorro impacte en círculos ascendentes.
  • Evitar permanecer de pie durante mucho tiempo, especialmente en el caso de personas con antecedentes familiares del mismo tipo.
  • Utilizar geles de efecto frío mediante masajes suaves en sentido ascendente o con activos venotónicos.
  • Tumbarse y elevar las piernas por encima de la altura del corazón, tras largos periodos sentados o de pie, y al dormir.
  • Caminar por la playa y bañarse de vez en cuando, ya que el agua fresca activa la circulación y mejora la sensación de piernas cansadas. En este caso, es necesario ducharse después del baño para retirar la sal, ya que seca la piel, y aplicar crema hidratante.
  • Evitar el sobrepeso, la obesidad y la vida sedentaria.
  • No usar ropa demasiado ceñida.
  • Utilizar zapatos cómodos, prescindiendo en la medida de lo posible de los tacones altos y del calzado plano.
  • Hidratar la piel a diario.
  • Utilizar protección solar todo el año, ya que ayuda a reducir la extravasación sanguínea.

 

Redaccion Diario de Palenque

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