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Opinión: Las obras arquitectónicas y escultóricas del reinado de Pakal.

 Opinión: Las obras arquitectónicas y escultóricas del reinado de Pakal.

A mediados del siglo VII, la ciudad de palenque era escenario de una intensa actividad constructiva.

El palacio es un complejo conglomerado de edificios construidos en diferentes épocas y resultado de constantes remodelaciones.

Una de ellas fue la de Pakal, quien ordenó que los antiguos recintos del Palacio, seguramente derruidos por las invasiones, fueran sepultados por una anchurosa plataforma arquitectónica de la que se levantarían nuevas y suntuosas construcciones, que delimitarían patios interiores de forma irregular.

En el lado sur del Palacio fue erigida la magnífica obra arquitectónica de los subterráneos, estructura habitacional inaugurada entre el 9 y el 11 de junio de 654.

El primer recinto que mandó construir sobre la plataforma fue la casa E, cuyo nombre original fue Sak Nuk Naah, “Casa Principal Blanca”, edificio que se convirtió en escenario de las entronizaciones de los siguientes gobernantes palencanos.

La “Casa Principal Blanca” fue inaugurada el 1ro de noviembre de 654. La lápida Oval, colocada en la crujía oeste del edificio, ilustra el acceso al mando del propio Pakal, acompañado únicamente por su madre, la señora Sak K’UK’, quien le entrega el tocado señorial.

El breve texto de la lápida se limita a identificarlos. Posiblemente es la segunda inscripción más antigua del reinado de Pakal.

Por norma general las escenas de entronización palencanas incluían también la imagen de padre del nuevo monarca, quien le confería la diadema señorial, en tanto que era la madre quien le otorgaba las insignias guerreras, “el pedernal y el escudo”.

La ausencia de K’an Mo’ Hix, progenitor de Pakal, en esta lápida es una evidencia indirecta de que no pertenecía al núcleo dinástico de Palenque y sí, en cambio, la señora Sak K’uk’.

En la imagen de la lápida, esta última lleva falda y huipil de tejido de red, como otras señoras de Palenque, y algunas mujeres en otros sitios, como en naranjo. Pakal está sentado en un trono en forma de jaguar bicéfalo.

Las cabezas de jaguar tienen hojas de ninfea blanca, la flor alucinógena que vinculaba a los gobernantes con el inframundo en sus ritos iniciáticos, por su conexión con las aguas del mundo inferior.

La falta de manchas en la piel del felino significa que tal vez se trata de un jaguar negro.

Cada cabeza lleva un pectoral de Ajaw, “señor”, lo que identifica al felino como alter ego del gobernante. Pakal porta un pectoral con signo ik’, “viento”, y un tocado con flores de ninfea, que muestra que cuando ascendió al poder ya había realizado los ritos de iniciación que lo sacralizaban.

También en la Casa E, en el interior del recinto hay un extraordinario relieve en estuco que representa al Dragón Celeste. El cuerpo, formado por la banda astral, recorre el remate superior de los muros; en el centro se escupió el pájaro serpiente Xib’ Muut Itzamnaaj, en vista frontal, aspecto del dragón celeste, y en los extremos dos cabezas de la deidad serpentina: una mirando hacia abajo y arrojando sangre o agua desde sus fauces, y la otra, descarnada, mirando hacia arriba.

Las dos cabezas representan los dos aspectos del dragón: el celeste diurno y el celeste nocturno, asociado con el inframundo.

Esta representación del dios supremo expresa, como ninguna otra, los dos aspectos de la deidad, la armonía de contrarios que fue característica fundamental del pensamiento religioso maya.

Es posible que en esta época se hayan comenzado las remodelaciones del Grupo Norte y de algunas secciones del XVI, así como la construcción de la Casa C, que cierra el patio noroeste del Palacio.

El Palacio fue adquiriendo, así, desde la época de Pakal, las características generales que podemos ver hasta hoy. Los edificios de esta gran construcción se componen de dos galerías paralelas con “bóveda maya” o “arco saledizo”, separadas por un muro central que sostiene ambas bóvedas. Las galerías están porticadas hacia el exterior y hacia los patios interiores, con techos altos y numerosas aberturas en los muros en forma de cruz o de ik’, glifo igual a una T latina, que significó “viento”

Redaccion Diario de Palenque

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