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Hablando de historia

 Hablando de historia

Por Agustín Román Álvarez Bolívar

¡Hola! mis amigos leedores de tanta belleza que les he venido publicando, sé que a estas alturas ustedes ya tienen los parámetros, del interesante transitar de los hombres del mundo  en nuestras tierras, atraídos  por la cultura maya con su mayor antigüedad y desarrollo alcanzado el cual no nos deja olvidarlo y seguir repitiendo  que tenemos orígenes históricos valiosos que nos legaron nuestros abuelos genéticamente traídas por las grandes migraciones de diferentes puntos del planeta tierra aquí en palenque Yuri Knórosov  y Don Enrique Berlín como  así le  llamábamos en los años cincuenta en la zona arqueológica de Palenque, nos invitaron siempre a querer y amar con profundidad Lakam-ha,  la casa de nuestro Rey Pakal.  Mis amigos los invito a seguir leyendo, es uno de los caminos más hermosos en búsqueda de nuestra libertad. Cuídense.

Fraternalmente el Cronista de Palenque.

 

Arqueólogos e historiadores (segunda parte).

El Museo Peabody de Harvard también contrató a principios del siglo XX a unos de sus graduados, Alfred Marston Tozzer, quien se había doctorado en Filosofía y Letras en 1904. Su cometido era localizar y estudiar a los lacandones, toda vez que se creía que podían conocer el significado de los jeroglíficos mayas porque se hallaban aislados desde mucho tiempo atrás. Tozzer y sus estudios dieron como resultado la publicación en 1907 de A comparative Study of the mayas and lacandones, una de las monografías etnográficas más importante sobre esta cultura; publicó asimismo The Ruins of Tikal en 1911 e infinidad de obras hasta su muerte en 1954. Tozzer tuvo vínculos con la antropología mexicana y fue director de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología de México en 1913 y 1914.

Otro personaje contratado por el Museo Peabody fue Edward H. Thompson, quien realizó diversas exploraciones en Yucatán entre 1885 y 1909 y fue cónsul de Estados Unidos en ese estado. Sus trabajos en Labná fueron pioneros en la técnica que ahora se conoce como estudio del patrón de asentamiento, que consiste en correlacionar los montículos cívicos ceremoniales y los montículos domésticos y las obras de infraestructura; exploró además otros sitios de la península, pero quizá su trabajo más conocido y cuestionado fue el dragado del Cenote Sagrado de Chichén Itzá, iniciado en 1904 como parte de sus exploraciones en el sitio, que había comprado en 1889; en franca violación de las leyes mexicanas envió al Museo Peabody los objetos extraídos del cenote de Chichén.

Durante la primera mitad del siglo XX y hasta 1958, la Carnegie Institution of Washington reunió al que quizá sea el mejor equipo de mayistas de todas las épocas, integrado por investigadores de las tallas de Sylvanus G. Morley, Karl Ruppert, Eric S. Thompson, Alfred V. Kidder y Tatiana Proskouriakoff, autores de infinidad de estudios e investigaciones importantes que fueron la referencia académica obligada hasta hace pocos años.

Sin embargo, en los tiempos recientes, junto con las instituciones norteamericanas, han cobrado creciente importancia las misiones arqueológicas de otros países como Francia, España y Alemania, además de un creciente grupo de mayistas formados en los propios países de la región, entre los cuales el más conocido fue el descubridor de la tumba de Palenque, Alberto Ruz Lhuillier.

Si bien la historia de la investigación maya actual está dominada por una gran cantidad de nuevos descubrimientos, destaca entre ellos la lectura fonética de los jeroglíficos mayas, iniciada en los años de 1950 por el ruso Yuri Knorosov, cuyo trabajo pionero al igual que el de Tatiana Proskouriakoff y Heinrich Berlín, han sido la base de los trabajos de desciframiento que han permitido conocer los nombres y hechos de muchos de los gobernantes mayas y sus ciudades.

Pese a todo, falta mucho por descubrir y cientos de ruinas mayas yacen olvidadas en lo profundo de la selva o en las planicies de Yucatán; nuevos investigadores aparecerán y sus nombres continuarán engrosando la apasionante saga de los estudios de la cultura maya. 2 de 2.

Redaccion Diario de Palenque

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