Cancel Preloader

Mundo Tlacuache

 Mundo Tlacuache

Agustín Ramírez

Día de los Fieles Difuntos

Cuando llega el día de poner el altar, la emoción es la misma. Si hace un año me habrían dicho que estaría 365 días después poniendo la foto de mi madre no me lo creería. Sin embargo, sabría que sería imposible evitarlo.

Porque así es la muerte: impredecible, astuta, como una vieja amiga que solo espera el momento para tocar la puerta.

Es evidente que para la mayoría de los mexicanos ella no es una desconocida mortal a quien temer. Es alguien a quien muchos tenemos presentes día con día, más en estos días oscuros donde si no mueres de enfermedad mueres de un balazo en la cabeza, como Octavio Ocaña, o de una enfermedad que desconocías, como la ganadora del Emmy Magda Rodríguez hace un año.

Estamos en un país que no ha conocido nunca la paz y por eso la huesuda se la vive rondando las calles, sabiendo que en algún punto encontrará a alguien a quien llevarse y en el último año ha tenido trabajo al por mayor.

Muchos tenemos creencias religiosas que nos reconfortan sobre el destino de nuestros seres queridos. Unos creen que rezando podrán librar su alma del purgatorio, otros creemos que simplemente duermen para despertar en un evento cósmico que cimbrará al mundo, otros que están en un plano distinto al nuestro, algunos más que reencarnan en algún crío recién nacido o animal.

Para nuestros ancestros el altiplano ellos bajaban al Mictlán, para iniciar el recorrido de los cuatro ríos. Algo parecido al Xibalbá de los mayas.

Sea como sea, la idea de que algo más allá de lo que nosotros llamamos muerte es esperanzados y misterioso a la vez.

No debería ser presuroso en compartir lo que espero ver en el más allá, pero ¿Qué maravilloso sería tener la certeza de que nuestros seres queridos no solo nos visitan una vez al año? Si no, que aparte de eso están ahí, viviendo en un sitio ajeno al nuestro, descansando y pasando por otro nivel de la existencia.

Esto lo hemos visto en distintos mundos de cine, pero seamos francos, es una idea que hemos compartido más de una vez. Por eso para algunos, dijera Jo Rowling, la muerte no es más que la siguiente gran aventura.

Seamos unidos con los nuestros en estos días. En mi caso debo admitir que mis hermanos y padre hemos logrado aprender a vivir con nuestra pérdida y, cada uno a su modo, esperamos que venga ella por nosotros, sin embargo, no nos detenemos en la rueda que es el día a día.

Porque aquel que le teme a la muerte es porque le teme a la vida.

Recordemos a nuestros seres queridos con la esperanza de verlos de nuevo. Porque de eso se trata el Día de Muertos. De recordar para revivir esos sentimientos y esos momentos donde fuimos felices con aquellos que ya no están.

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas