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RAÚL CONTRERAS BUSTAMANTE

Medicina preventiva

  • Con la prevención, se evitan las consecuencias de una medicina curativa onerosa y dolorosa.

En cumplimiento de lo que mandata el artículo 26 de nuestra Constitución, hace unos días fue publicado el Plan Nacional de Desarrollo 2019–2024, documento que tiene como propósito lograr la transformación de la realidad del país, en el cual se fijan los objetivos, metas, estrategias y prioridades del gobierno para la presente administración pública federal.

El PND –consultable en internet– destina un pequeño espacio a un tema de la mayor importancia para México: la salud. En el documento se señala que la prestación de este servicio por parte del Sistema Nacional de Salud ha sido: insuficiente, ineficiente, depauperado y corroído por la corrupción.

Las críticas que el gobierno ha hecho respecto al funcionamiento del Seguro Popular –que surgió hace 15 años– han sido demoledoras; ya se ha anunciado su desaparición y sustitución por otro instrumento público diferente.

Conviene advertir que, si bien existen aspectos administrativos y operativos muy criticables, el Sistema Nacional de Salud ha logrado avances importantes. Según cifras de la OCDE, para el año 2016, cerca de 50 millones de mexicanos contaban ya con un esquema de aseguramiento público –que antes no tenían–, y existen indicadores claves que demuestran que en casos como la mortalidad infantil y la materna han disminuido de manera considerable.

Sin soslayar la importancia que tiene el reforzar la infraestructura médica existente, garantizar los suministros medicinales y ampliar la cobertura universal de los servicios de salud, el PND casi no se ocupa en definir la estrategia a seguir en lo referente a la medicina preventiva, concentrando sus esfuerzos casi en su totalidad a la medicina curativa.

Los grandes avances en México en materia de salud pública, se deben –de manera primordial– a las políticas públicas sanitarias; y esto ha sido lo que históricamente ha fungido como pilar fundamental de nuestro sistema de salud: los logros en materia de medicina preventiva.

Tres temas actuales y esenciales podemos citar como ejemplo y ante ello no se explica la ausencia de acciones y políticas gubernativas, dada su importancia.

Al día de hoy, México ocupa el deshonroso segundo lugar mundial en obesidad en adultos y el primer lugar en obesidad infantil; y en los últimos años, las tasas de sobrepeso y obesidad se dispararon de un 62% a un 71% de la población.

De mantenerse la tendencia actual, la atención médica de las enfermedades generadas por la obesidad y el sobrepeso –tales como la diabetes e hipertensión– terminarán por colapsar al sistema de salud mexicano.

Mucho se ha hablado de la conveniencia de despenalizar el consumo de algunas drogas y de que el tema debería ser enfrentado como problema de salud pública. Sin embargo, poco o nada se sabe de alguna campaña de prevención contra las adicciones.

El tercer ejemplo son las acciones preventivas de algunas enfermedades mediante campañas de vacunación. Enormes cantidades de personas migrantes están arribando a territorio nacional sin que se garantice su inmunización al ingresar, lo que puede poner en peligro la erradicación de enfermedades que ya se habían logrado hacer en la población nacional.

Garantizar la salud de las personas debe ser una de las más altas prioridades de cualquier gobierno. Está comprobado que este derecho social es mejor atenderlo de manera preventiva y que con ello se eviten las consecuencias de una medicina curativa onerosa y dolorosa.

Como Corolario la frase que solía decir el doctor Jesús Kumate: “La salud no es todo, pero sin salud no hay nada”.

 

Redaccion Diario de Palenque

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