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¿Hacia a dónde transitar?

POR: ERNESTO RAMÍREZ ISIDRO

Es difícil a pocos días de las elecciones en nuestro país entender por que proceso estamos pasando actualmente, vivimos hoy en la incertidumbre de quién de los dos contendientes, con más preferencias electorales, llegará a la Presidencia de la República y será el próximo encargado de la más alta magistratura del poder político mexicano. Y es precisamente difícil, por que en los poco más de dos meses de campaña que vivió nuestro país a nivel nacional, estatal y local se deja en el aire una pregunta para todos los mexicanos que vivimos en la espera de un futuro mejor pero que creemos que no es en los actuales políticos en quienes recae el poder de hacer avanzar a una sociedad que por muchos años se ha quedado estancada en varios aspectos : ¿Hacía dónde transitar?.

Un error fundamental de nuestra sociedad se halla en la dependencia que se ha generado a la institución gubernamental y en la que se busca siempre el medio para lograr un fin sea cual sea. Y es que en este ‘problema’ existen dos partes que, de forma mañosa, se “benefician” una a otra, y es que es precisamente a través de ese medio con tanto potencial que se perjudica a una sociedad enferma de tantos ‘regalos’ disfrazados de ‘beneficios’ y que a final de cuenta son ‘garantía’ para una eventual coacción del voto.

Me refiero a este tema por qué es un claro ejemplo de lo que ha pasado en la sociedad mexicana en las últimas décadas, en 1988, por ejemplo, bajo la premisa del neoliberalismo se agravó aún más este problema a raíz de la presencia del estado como medio redentor del asistencialismo y que hoy en día refleja la pudredumbre de una sociedad a la que ‘a la fuerza’ se la ha acostumbrado a recibir y recibir a cambio de dar solo cuando se exige y se necesita y no debería ser así.

Y es que este problema recae también por que se denota a una sociedad sin capacidad de reclamo por la dependencia a el gobierno.

México debe ver en cuanto antes a sus gobiernos como lo que son: Un vehículo para alcanzar nuestros objetivos, es decir, que los gobiernos sean el medio, para alcanzar el estado de bienestar pero que no sea el único medio, que a través de la construcción de ciudadanía y de la construcción de una sociedad civil ordenada y colaborativa seamos nosotros, los ciudadanos, quienes fijemos el rumbo de nuestro país.

Y es que el hecho de construir ciudadanía no significa dejar a la figura de gobierno a un lado, significa más bien el reformar la forma de actuar y sus medios de aplicación para alcanzar resultados favorables que beneficien realmente a una sociedad sedienta de resultados pero a la cual se le ha acostumbrado a dar el vaso medio lleno.

El reto será constituirnos como una sociedad ordenada que busque el beneficio del prójimo a base de esfuerzos y trabajos y que vea a la administración pública como un vehículo de gran impacto pero no el único y no el que más peso tenga.

En las próximas dos o tres décadas las grandes decisiones de los países se originarán desde la sociedad civil y de la ciudadanía y tenemos que preparamos como ciudadanía para ello.

En México, nuestra sociedad esta muy desorganizada y la capacidad de acción es casi nula, para ello tenemos que romper con la apatía de la sociedad de participar activamente en movimientos que beneficien a nuestro país, se tiene que romper con la tendencia a la comoidad y al cinismo que por largos años hemos prolongado.

La victoria real de una sociedad civil organizada no es contra el gobierno, es contra esa apatía y ese cinismo, tampoco se dará el día que seamos mejores reclamando al gobierno, se dará realmente el día que quien gobierne México no sea un tema relevante, se dará el día que NO estemos tan preocupados por lo que pasará en la siguiente elección y quién será el próximo Presidente, se dará de verdad el día que toda la sociedad civil trabaje activamente y asumamos nuestro responsabilidad como ciudadanos y los gobernantes se vuelvan realmente lo que son: Servidores públicos. 

La clave estará siempre en proponerse un objetivo y cumplirlo, México debe cambiar, si como mexicanos somos mejores dará igual quien sea presidente, no va a ser un tema.

Redaccion Diario de Palenque

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