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AMLO en Palenque, ¿El reflejo de la humildad?

 AMLO en Palenque, ¿El reflejo de la humildad?

Cerca de las 10:00 AM, llegué al estadio de las ‘Guacamayas de Chiapas’ , con la certeza de que el Líder Nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador llegaría al entrenamiento de béisbol programado a esa hora, observante, miraba los autos que pasaban en la espera de ver quizá en cuál llegaría el ya dos veces candidato a la Presidencia, primero llegó una camioneta que transportaba a los jugadores del equipo, entraron al recinto, seguí en aquella espera, ya había pasado media hora en lugar y no había indicio de la llegada de AMLO.

Casi cerca de las 11:00 una camioneta tipo Suburban negra de modelo de ya hace algunos años atrás entró al estacionamiento y paro, una mujer manejaba y en el asiento del copiloto no había nadie, de la puerta de atrás bajó primero un pequeño que brincaba de emoción por entrar al estadio, detrás de el, un señor de sudadera color rojo y pants color gris, de poco menos de metro y medio, jorobado, con un perfil bajo, gafas oscuras y gorra, en ese momento no pensaba que, efectivamente, eran su esposa, Beatriz, su hijo Jesús Ernesto y el Señor Andrés Manuel, después tomó de la mano al pequeño, su esposa se despidió de ellos y entraron al campo, el con la mirada cabizbaja, no habló en ningún momento previo a su entrada y ya dándome cuenta que era el Señor López Obrador, pensé que quizá cualquier persona que no supiera que iba a llegar a ese lugar hubiera podido imaginar que era el, debo admitir que esperaba muchas cosas, por ejemplo esperaba la llegada de algunas suburban de las que descenderían sus guardaespaldas que lo cuidarían hasta la entrada y no permitirían el paso, o que su medio de trasporte fuera más lujoso y que quién manejara fuera algún chofer a su servicio, pero no, como cualquier ciudadano AMLO realizó su rutina de llagada, con su familia, como un padre cualquiera.

Espere un momento a las afueras y cinco minutos después entré, busqué entre los pocos que estaban en las bancas, pero él ya estaba en el campo, primero atrapando las pelotas, observaba y pensaba, aquí está, jugando en la tierra, a medio sol, sin seguridad, sin lujos, sin escándalos vaya, estaba realmente pensativo, me recorrí al areá donde descansan los jugadores, ya en la cancha, también asimile la pasión del pequeño de 10 años por jugar béisbol, misma que AMLO estaba desempeñando en aquel campo, se movía, platicaba con los jugadores que sonrientes le escuchaban y en ratos cruzaba la cancha para ver a su hijo.

Llego la hora de batear, AMLO cambia de posición en la cancha, pero, no tiene su bate, se dirige hacía donde esta un servidor y entra en la carpa, con ‘¿Cómo están?’ saluda a quienes estábamos ahí, ya de cerca estaba sudado, pude a ver a detalle que no hubo ningún acto de soberbia o reserva de su parte, saludo, tomó su bate y fue a la cancha, obvio regresaría.

Quince minutos pasaron para que comenzará a llamar a su hijo, pues se tenían que ir, ahí fue el momento de aproximación, AMLO entró en la carpa, fui presentado con él a lo que respondió, ‘Mucho gusto’ y pregunto ‘¿Qué tal como estás?’, respondí que el gusto era mío y me senté frente a el, visiblemente agotado por el sol y el juego AMLO empezó a platicar sobre el juego, conversó con nosotros y bromeé  acerca de su pequeño que estaba muy apasionado con el juego, platicando, comenzó a guardar sus objetos en su mochila, tenía que irse, su vuelo era el de las 2:00 PM y ya eran las 12:00 casi, le salude de nuevo, le exprese un reconocimiento y como casi siempre le pasa, me tome la fotografía.

Curioso, ahí con sus gafas, Andrés Manuel se quito sus tenis y se puso unos huaraches, entonces pensé, este señor es del pueblo y para el pueblo, en la tierra, por ahí camino, sencillo, se despide y se retira, sin seguridad, sin escándalos, sin gritos de aclamo o reclamo como con otros políticos.

Me quede pasmado, no por que fuese una gran figura, si no por que cambió mi forma de ver la política, esto que hizo no fue un hecho de propaganda, nadie lo transmitió ni mucho menos hubo cámaras, AMLO llegó, jugó y se retiró, como cualquier otro beisbolista hubiera hecho, sin duda, Andrés Manuel no era lo que yo esperaba, es más, es una persona humilde que va solo y a la vez acompañado por miles, AMLO demostró que, como dicen por ahí, ‘no se debe juzgar al libro por su portada, López Obrador, me atrevo a decir que el no es como otros políticos, me recuerda a grandes seres de la historia como Venustiano Carranza, Fransisco I. Madero o Miguel Hidalgo, humilde y en pie de lucha por convicciones que al país le interesan, no en vano tiene miles de seguidores.

(Ernesto Ramírez Isidro)
Comentarios: ernestoisidro1999@outlook.es

Redaccion Diario de Palenque

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