Detiene Policía de Tuxtla a menor de forma arbitraria

La  furia  de  los  pobladores  de  la  colonia    Bienestar  Social  se  desató,  reteniendo  a  un  carro  particular  de  color  blanco  marca  Nissan,  al  parecer  propiedad  de  la Fiscalía   y  una  patrulla  de  la  Policía  Municipal, luego de que confundieron a un jovencito con un ladrón y pretendían detenerlo.

Los  hechos se  registraron   la  noche  del miércoles,   en  la  9ª   sur  y  calle  15  de  Mayo  de  la  colonia  Santana en Tuxtla Gutiérrez,  donde familiares indicaron  que   un  carro  tipo  Jetta sin  placas  de  circulación,   con  policías  ministeriales  abordo,  llegaron  a  la  tienda  de  conveniencia Oxxo.

Al  recibir  las  características  de un presunto  ladrón  que  minutos  antes   había  asaltado  con  pistola  en  mano el citado local, interceptaron a un menor, de 16 años,   que  iba a  comprar una  hamburguesa, a quien confundieron con el sospechoso y empezaron a seguirlo.

El menor, asustado entró a una casa, por lo que los policías realizaron un disparo al aire para amedrentarlo,  y luego entraron a  la  vivienda    sin  importarles que  fuera  propiedad  privada, violando sus derechos,     sacándolo  a empujones     y  lo  abordaron  con  lujo  de  violencia  para  después  marcharse  del  lugar  tomando  rumbo  desconocido.

Vecinos del lugar, en apoyo a la familia agraviada, alarmados  de  que  los  ministeriales le  hicieran  algo,  ya  que  el  jovencito  tiene  una  cirugía  en  la  cabeza,  en  donde le  fue  colocada  una  válvula,  lograron  hacer  presión  reteniendo   a  un  carro  marca  Nissan  de  color  blanco  y  una  patrulla  de  la  Policía  Municipal  con  la  intención  de  que liberaran  al  jovencito  de  nombre  Moisés “N”, de  16  años  de  edad.

Al  ver  que  las  cosas  empezaron  a  salir  de  control,  los  elementos  que estaban  dentro  del  vehículo  particular  retenidos  se  comunicaron  con  sus  compañeros   que  habían  participado  en  la  presunta  aprehensión    por  lo  que  minutos después    dejaron    al   jovencito   una  cuadras  adelante.

El menor se reunió con su familia, denunciando el abuso de poder de los uniformados y  que  lo  habían  golpeado  en  la cabeza  y  le  advirtieron  que  si  denunciaba  tomarían represalias  contra  él  y  sus  familiares, situación   que  causó indignación. A pesar  de  las  amenazas   dijeron  que  iban a  presentar  su  denuncia   formal  para  que  no  quede  impune  esta arbitrariedad.