Diario de un Reportero

Luis Velázquez

El mundo encima…
Todo sigue igual
El periodista indeseable

DOMINGO
El mundo encima…
Manuel Buendía, el gran columnista del siglo XX, asesinado por la espalda en el segundo año del presidente Miguel de la Madrid, decía: Uno escribe y escribe y escribe y nada pasa, ninguna reacción de los políticos para mejorar el Estado de Derecho y la vida cotidiana, refiriéndose así al trabajo crítico del periodismo.
Por el contrario, afirmaba, entre más crítico te vuelves… la elite política te declara su enemigo público número uno.
Y te satanizan y excomulgan.
Es más, te lanzan a los textoservidores en contra y desde otras columnas políticas te denuestan.
Pero, además, te investigan.
Y, bueno, si tienes tus cosas personales, fiscales, laborales, en desorden, por ahí te agarran y hasta en la cárcel terminas.
¡Ah!, y si de pronto cometes un error, digamos, un accidente de tránsito, una pelea en una cantina, un pleito con un familiar, un amigo, un vecino, un conocido, entonces, el mundo se te viene encima.
Y por tanto, cuando tal ocurra y haya pasado, lo mejor es dar las gracias al Señor Todopoderoso porque al final del día uno quedó vivo, pues otros terminan en una fosa clandestina.

LUNES
Todo sigue igual
Una amiga (gracias, amiguita) obsequió un libro extraordinario. Se llama “Artículos periodísticos de Karl Marx”.
El libro es un recuento de algunos de los mejores textos de Karl Marx, el amigo entrañable de Federico Engels, que soñaran con la dictadura del proletariado.
Marx fue, por encima de filósofo, economista y sociólogo, reportero. Incluso, fundó varios periódicos y todos, unos cuatro, le fueron cerrados por el zar, a partir del periodismo incómodo que escribía.
Incluso, se afirma que Marx llegó al comunismo por el periodismo, desde donde se documentó de la realidad social, económica, cultural y política de su tiempo, por encima de sus otras disciplinas académicas.
El libro de textos periodísticos está redactado con la más impresionante sencillez del mundo. Las más complejas teorías sociales las describe con absoluta claridad.
Hace 200 años, Karl Marx escribía sobre la miseria y la pobreza de la mayor parte de la población. Lo hacía contando historias de vida, analizadas a la luz de la economía y la filosofía.
Y, bueno, leyendo a Marx el lector advierte que los mismos hechos y circunstancias de injusticia social y económica que contaba hace 200 años se repiten hoy al pie de la letra. Sólo cambian los nombres de los personajes.
Desde entonces, en materia de explotación laboral todo sigue igual hoy en el mundo…

MARTES
El periodista indeseable
La historia así lo demuestra:
Si un reportero es crítico, innegociable, entonces, la elite en el poder sexenal inicia la siguiente ofensiva: si eres hombre, a través de los plumíferos cacarea que es homosexual. Y si es mujer, que es lesbiana.
Y, bueno, en el tiempo del internet que se vive hoy, las elites políticas ordenan fotomontajes y videos inventando historias truculentas en contra.
Así, la primera apuesta es el descrédito ético, la evidencia moral.
El desprestigio absoluto para restar autoridad al reportero crítico.
Lo hicieron, por ejemplo, en el asesinato de Manuel Buendía, cuando en el mismo periódico donde escribía, Excélsior, le publicaran un poema de amor que asegún había escrito para su pareja, un hombre.
El siguiente paso es enlodar el nombre del reportero incómodo ligándolo, digamos, a los malandros y al consumo de droga.
Y en un descuido hasta armas y un cadáver le pueden sembrar en su automóvil y en su casa.
Y es que un periodista indeseable escribe, publica y critica y se vuelve el enemigo público número uno de la elite política en turno y su único destino es el infierno.
Pocos han regresado del viaje al centro de la tierra…

MIÉRCOLES
Desigualdad social
Miguel Hidalgo fue sacerdote y desde el periódico “El despertador americano” denunció la miseria y la pobreza y llamó a la Independencia.
Murió fusilado y el indio yaqui, que era uno de sus escoltas, aceptó el pago de los realistas de 20 monedas para decapitarlo.
Ricardo Flores Magón fue activista político y desde el periódico “Regeneración” denunció la inicua y despiadada explotación de los campesinos y desde ahí llamó a la revolución.
Murió de tifo, otros dicen que ahorcado en una cárcel de Estados Unidos.
Y no obstante que la lucha de Hidalgo y Flores Magón fue desde la tribuna periodística y social en contra de la injusticia y la jodidez, hoy 60, 70 por ciento de la población nacional vive en las mismas circunstancias que el par denunciara en su tiempo.
Uno, Flores Magón, hace cien años.
Otro, Hidalgo, hace 200 años.
Todo, pues, sigue igual. Una terrible y espantosa desigualdad social y económica, educativa y de salud, de inseguridad y democrática, donde unas 200 familias son dueñas de más de 60 por ciento de la riqueza nacional.
Entonces, habría de preguntarse si hay razones de peso para que como reporteros se denuncien las tropelías y todo siga igual…

JUEVES
Igual que hace 200 años
Uno lee las crónicas de José Martí, reportero, político y soldado que en el campo de batalla luchara por la independencia de Cuba y queda alucinado con los hechos descritos desde Estados Unidos donde estaba exiliado y trabajaba como reportero, su otra vocación, para sobrevivir.
En su vida reporteril, Martí se ocupaba de la calidad de vida de los obreros en EU y también de las injusticias.
La lucha de la gente de color y de los migrantes de todos los países del mundo que llegaban al paraíso terrenal que era entonces el país vecino significaba el tema obsesivo de Martí.
En sus textos palpitaba la lucha ideológica de los partidos Demócrata y Republicano ante los migrantes, de igual manera como hoy, en el EU de Barack Obama, se reproducen al pie de la letra, cambiando sólo los nombres de los senadores y de los secretarios del gabinete presidencial.
Y, sin embargo, 200 años después predomina el mismo estado de cosas que Martí denunciara.
Entonces, ¿qué sentido tiene que el reportero escriba y denuncie lo que está pasando si de cualquier forma todo sigue igual?

VIERNES
Madurez política
Upton Sinclair, novelista y dramaturgo norteamericano (1878/1968) llevó la Escuela Realista de Chicago al testimonio periodístico.
Escritor y reportero, autor de más de cien libros, escribió una novela/reportaje basada en hechos reales llamada La jungla y que publicó por entregas en un periódico socialista, The Appeal To Reason, en 1905.
Era un testimonio de su visita a los mataderos de Chicago. La vida de los obreros en medio de la explotación. El mundo sórdido.
Las crónicas descarnadas generaron protestas a favor de las reformas laborales y agrícolas de norte a sur y de este a oeste de Estados Unidos, a tal grado que el presidente Roosevelt ordenó una investigación para confirmar si era cierta la denuncia, pues sentía que los 36 capítulos significaban un viaje imaginativo, ciencia ficción.
Luego de la publicación en el periódico socialista debió transcurrir un año para que los textos se tradujeran en un libro, porque los censores estaban asustados de que la realidad se contara tal cual, con la crudeza de los hechos, sin maquillaje.
Upton Sinclair dejó testimonio de que, oh paradoja, a veces los políticos también escuchan y reaccionan ante el testimonio de los trabajadores de la información.
Todo depende, claro, de la madurez política de cada uno…