Camino de muerte y explotación
En Pakal-Ná se ven familias completas esperando un levantón.
Desde el Petén, Guatemala, pasando por Chiapas, Tabasco y Veracruz, la ruta migratoria se ha convertido en un calvario para los migrantes, los cuales han manifestado a este medio de comunicación sentirse cazados, como si fueran verdaderos animales, ya sea por las distintas corporaciones policiales o de supuesta protección, así como por las bandas delictivas que les piden una cuota de 100 dólares por persona o más, solo por “trepar a la bestia”, viviendo así en un constante clima de terror psicológico total, ya sea por ferrocarril, caminando o en autotransporte.
Tan solo basta realizar un recorrido desde Tenosique, Tabasco, hacia el lugar conocido como Gregorio Méndez (antes Pénjamo) por donde -vía terrestre- inicia su odisea a pie, con rumbo al crucero de Chancalá, en donde aseguran que han estado siendo prácticamente cazados, mientras que algunos choferes de líneas de autotransporte colectivo, por la avaricia, incurren en delitos federales como es levantar a los migrantes cobrándoles costosas cuotas; un caso muy reciente, el de una línea de transporte en Palenque, cuya unidad fue asegurada con ilegales en días pasados y está en poder actualmente del Ministerio Público federal de esta ciudad.
Otro caso actual, el de los rescatados: 13 ciudadanos guatemaltecos que viajaban en condiciones inhumanas a bordo de una camioneta en el tramo carretero Emiliano Zapata-Las Brisas, en el municipio de Villacomaltitlán; en Huixtla detuvieron a dos presuntos asaltantes de migrantes que operaban en la zona conocida como “La Arrocera”, y como estos, muchos que no se dan a conocer.
Ser migrante en México se ha convertido en sinónimo de miedo y pobreza, acompañado de corrupción y muerte; tan solo en 2011, en Chiapas el Instituto Nacional de Migración reportó en un informe que fueron devueltos a su país de origen 26 mil 219 extranjeros, mientras que en 2012, aumentaron a 37 mil 025 personas, un 41.2 por ciento conforme a las demás entidades.
En esta ruta se han visto familias completas de niños y adultos caminando desde Chancalá hasta la colonia Pakal Ná en Palenque, para de ahí intentar treparse a “la bestia”; otros optan por seguir su travesía a pie, algunos siendo guiados por ‘polleros’ para poder llegar a la carretera internacional Escárcega – Villahermosa, en donde evaden las nuevas instalaciones federales ubicadas en el crucero de Playas de Catazajá; se les ha visto internarse a terrenos enmontados y saliendo por detrás de estas instalaciones, siempre guiados.
Así mismo, al llegar a la autopista federal, camiones del servicio público federal -sobre todo provenientes de Emiliano Zapata y Palenque- los levantan a unos dos kilómetros adelante del retén federal ubicado en el crucero de Playas de Catazajá, cobrándoles un pasaje muy distinto al de los mexicanos, siendo esto un problema de “nunca acabar”, ya que ser migrante para algunos mexicanos, significa mucho dinero en potencia y desprecio de nuestros hermanos, mientras que para otros, como Fray Tomás de La 72 en Tenosique, es más bien un oficio de muerte y corrupción.
INM repatrió a
2011
26 mil 219 extranjeros
2012
37 mil 025 extranjeros
