Fin del misterio: ¿es mejor bañarse con agua caliente o agua fría?

Si realizamos una votación para elegir si bañarnos con agua caliente o fría, seguramente,  los resultados serán desconcertantes. Vale señalar que uno de los contrastes más comunes en la sociedad radica entre los que aman bañarse con agua en las temperaturas extremas, sin importar la estación del año. En todos los casos, la Organización Mundial de la Salud, OMS, afirma que, “la ducha debe limitarse a cinco minutos para un uso sostenible de agua y energía que no supere los 95 litros de agua de consumo medio diario”.

Para muchas personas el baño es un ritual ya que se convierte en un momento de relajación o de descanso. En esos casos, la temperatura con la que se asocia el agua es caliente. Sin embargo según la ciencia, la fría tiene muchos más beneficios que la de máxima temperatura.

La temperatura de agua ideal para el baño

Existe un mito que asegura que bañarse con agua fría -o directamente sumergirse en una pileta con hielo- trae beneficios para la salud y el cuerpo. Para revelar el misterio, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos publicó una investigación donde se analizó si bañarse con agua fría genera efectos positivos. Te revelamos cuáles son los resultados.

La investigación destaca que exponer el cuerpo a un ambiente frío genera diversos efectos fisiológicos, similar a los desafíos experimentados durante la práctica de una actividad deportiva. Además señala que la exposición al agua fría representa un desafío fisiológico para los sistemas de órganos, ya que el cuerpo debe adaptarse a la temperatura fría para mantener el calor en el cerebro y los órganos, regulando los mecanismos de producción y pérdida de calor de manera adecuada.

Según la ciencia, bañarse con agua fría tiene múltiples beneficios que contribuyen a la salud, para la recuperación muscular, por ello es que los deportistas se sumergen en piletas a bajas temperaturas, ya que es una de las mejores maneras de reducir la inflamación y la fatiga muscular. También puede reforzar el sistema inmune, ya que no genera respuestas estresantes en este, lo que a la larga hace a que el aparato sea más eficiente. La ciencia resolvió el enigma sobre qué temperatura es ideal para el cuerpo.