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¡Feliz cumpleaños, Danica McKellar!

 ¡Feliz cumpleaños, Danica McKellar!

La serie de televisión Los años maravillosos se estrenó en México en septiembre de 1989 y retrataba las vivencias del jovencito Kevin Arnold, un anónimo personaje genérico cuya vida común se volvió conocida a nivel mundial junto a su amigo Paul y su amor eterno, Winnie Cooper.

La serie inicia con el ingreso a la secundaria de los personajes principales. Dato coincidente, el cronista que redacta estas letras entró a la educación media al mismo tiempo que la serie se estrenaba. Desde ese momento, la jovencita Cooper se robaba e corazón no sólo del buen Kevin.

Winnie se convirtió en el motivo de los suspiros de todos los que ese año estudiábamos primero de secundaria. Ella significó la materialización de la novia idealizada. La emisión televisiva de lunes a viernes era seguida religiosamente por todos los que queríamos ver a nuestro amor platónico.

Curioso, éramos tan inocentes que apenas percibíamos algo tan evidente a los ojos del adulto que hoy ve de nueva cuenta la serie para revivir aquellos años maravillosos: la dulce Gwendolyne “Winnie” Cooper distaba mucho de la imagen inocente atribuida. Le gustaban los mayores. Prefería chicos malos.

Danica McKellar nació un día como hoy pero de 1975 en California. Personificó a Winnie Cooper a lo largo de la serie Los años maravillosos desde 1989 hasta 1993 junto a Fred Savage (Kevin Arnold) y Josh Saviano (Paul Pfeiffer). La emisión televisiva es una de las más exitosas de todos los tiempos.

La trama está ambientada a partir de 1968 en plena guerra de Vietnam y la reciente muerte de personajes emblemáticos de la escena pública norteamericana como Kennedy o Luther King. En un perfecto ensamblaje, en ese entorno la vida cotidiana de un chiquillo adquiere su propia carga dramática.

Es durante el desarrollo de la serie que los problemas minúsculos de un adolescente son presentados desde la perspectiva del personaje, dimensionando sus tribulaciones a partir de un punto de vista en que éstas pueden ser más importantes que las emboscadas del vietcong.

Así, mientras la música psicodélica predomina y el ambiente de amor y paz trata de imponerse al imperialismo, para Kevin es más trágico ver cómo Winnie se hace novia de un alumno de mayor grado que además es un patán. Sin embargo, el entorno mismo define el destino de los personajes.

El hermano de Gwendolyne, Brian Cooper, un don nadie de 19 años, es enviando a Vietnam y muere en combate. Durante el duelo en casa, Winnie y Kevin viven la emoción del primer beso llevándolos a ambos a una vorágine compartida pero diferente para cada uno.

Con ese beso, él conoce el despertar de la adolescencia con todo lo que ello conlleva. Pero para ella las cosas son diferentes. Winnie ya sufre una pérdida mortal en casa y eso la obliga a “crecer” más rápido. Su vida cambia a partir de ese momento, también el futuro de inocencia compartida con Kevin.

Cuando parecía que el ciclo se cumpliría: ser vecinos, crecer juntos, enamorarse, casarse y repetir la historia de forma generacional, de pronto Winnie se ve inmersa en cambios que no esperaba y que nunca deseó. Poco a poco descubre que pese a su amor por Kevin en su interior “algo” más experimenta.

Y la serie sigue su curso con un Kevin que en todo momento vive enamorado de Winnie y con ella en todo momento siendo inalcanzable. El último episodio nos muestra a dos jóvenes con una amistad descompuesta y con una química que los arrastra a un momento más “adulto”, pero no del todo grato.

La serie dejó huella. Los personajes se han convertido en iconos culturales del siglo XX y su recuerdo es perdurable. El formato de narración a retrospectiva marcó escuela y la banda sonora acorde a la época nos han dejado un legado para la posteridad.

También, Los años maravillosos dejó algunas curiosidades, muchos tardaron en descubrir que el tema musical de apertura de cada capítulo en voz de Joe Cocker no es otro más que “Con una pequeña ayuda de mis amigos”, del álbum Sargento Pimienta de los Beatles.

También, pocos saben que la primera novia de Kevin Arnold, la siniestra Becky Slater, en la vida real es Crystal McKellar, hermana de Danica McKellar, su “rival” como Winnie. La misma Danica, en algún momento, fue más alta que Fred y hubo que enfocarlos de la cintura para arriba.

Lo cierto es que el personaje de Winnie Cooper estaba cargado de complejidad y al mismo tiempo lo impone una gran fuerza a la serie. Un tremendo esfuerzo para una muy joven actriz el darle vida a la dueña de una sonrisa inocente que enamoró a todos sin imaginarnos el conflicto emocional que guardaba.

Redaccion Diario de Palenque

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