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Endometriosis.

 Endometriosis.

La endometriosis es una enfermedad que afecta a las mujeres y se produce cuando el endometrio, que es el tejido que tapiza el interior del útero, se encuentra, de forma anómala, fuera de la cavidad uterina y se sitúa en otras áreas anatómicas.

El endometrio está constituido por abundantes glándulas, así como por vasos arteriales y venosos. Su misión es facilitar la implantación del óvulo fecundado y permitir el desarrollo embrionario en los primeros momentos de la gestación. En el caso de que no se produzca el embarazo, el endometrio es expulsado al exterior del útero en forma de sangrado menstrual mensualmente.

Con esta enfermedad, la mujer sufre cambios menstruales en aquellos lugares donde se inserta el endometrio, produciéndose hemorragias cíclicas en zonas sin posibilidad de salida al exterior. Por eso el acúmulo crónico de sangre es un hecho habitual en la endometriosis, lo que provoca dolor, fundamentalmente menstrual.

¿En qué lugares puede insertarse el endometrio?

Los lugares donde puede insertarse el endometrio fuera del útero son los siguientes, por orden de frecuencia:

  • Los ovarios.
  • Las Trompas de Falopio.
  • El músculo uterino y los ligamentos que lo sostienen.
  • El intestino.
  • El tabique recto-vaginal.
  • El aparato urinario, vejiga, uréter e incluso los riñones.

No es infrecuente que se vean afectados uno o varios de estos órganos a la vez.

De forma excepcional, puede aparecer una endometriosis en áreas muy lejanas del aparato genital interno, como el pulmón, el cerebro, cicatrices quirúrgicas abdominales, etc., acarreando situaciones de extrema gravedad para las pacientes, especialmente en los períodos menstruales.

Sin origen claro, pero con la genética como riesgo añadido

No se conocen claramente las causas que provocan la endometriosis, si bien la predisposición genética es, al parecer, un riesgo añadido con una frecuencia del 6% entre hermanas de una misma ascendencia.

Sí que existen diversas teorías que pueden justificar la aparición de esta patología:

  • La “menstruación retrógrada”: es la teoría más aceptada y consiste en que el endometrio, durante la menstruación, sale anómalamente por las Trompas de Falopio hacia la cavidad peritoneal o peritoneo (membrana que recubre todos los órganos del abdomen). Aunque esta menstruación anormal ocurre prácticamente en el 80% de las mujeres, tienen que darse a su vez otros factores para que se produzca una endometriosis, ya que este hecho por sí solo no justificaría esta enfermedad.
  • La transformación de algunas porciones del peritoneo en células endometriales, debido a una larga exposición a hormonas, generalmente estrógenos, y también a inflamaciones crónicas.
  • La diseminación de las células endometriales a través de los conductos linfáticos, las venas y arterias del organismo; de ahí la presencia de focos de endometrio en pulmón, cicatrices, pared del útero, vagina, etc.
  • La existencia de restos de estructuras embrionarias fuera del útero, que se estimulan hormonalmente y se transforman en células endometriales, lo que podría explicar, excepcionalmente, la existencia de endometriosis en el hombre.

Mujer con reglas abundantes y dolorosas y sin hijos, el perfil de la paciente

A pesar de no poder demostrarse todos estos factores como causa de la endometriosis, sí se puede definir un perfil que enmarca a la mujer con riesgo a padecerla o no:

  • Edad precoz de la primera regla o menarquía: cuanto más temprana, mayor probabilidad.
  • Reglas muy abundantes.
  • Raza blanca.
  • Nuliparidad asociada a la edad: cuanto más tarde tenga hijos la paciente, mayor probabilidad de padecerla.
  • Reglas dolorosas o dismenorrea.
  • Infertilidad.
  • Sufrir más de tres abortos seguidos.
  • Hábitos pocos saludables: tabaco, alcohol, obesidad y sedentarismo; aunque constituyen un factor de riesgo menor.

En cuanto a la incidencia, se estima que esta enfermedad afecta a en torno al 10% de la población femenina.

Provoca dolor menstrual y sangrados

Los síntomas más destacados de esta enfermedad son:

  • Dolor menstrual (dismenorrea).
  • Dolor durante el coito (dispareunia).
  • Molestias urinarias (disuria).
  • Sangrado rectal (rectorragias).
  • Sangrado al orinar (hematuria).
  • Dolor pélvico crónico.
  • Alteraciones menstruales (sangrado fuera de reglas, menor cantidad, color progresivamente oscuro…).
  • Infertilidad.

A pesar de la gran cantidad de signos que puede presentar, la endometriosis pasa desapercibida en algunos casos por ser prácticamente asintomática.

Las complicaciones se dan solo en casos graves

Sólo aparecen complicaciones en casos de endometriosis graves y pueden ser:

  • Perforación intestinal y, en ocasiones, peritonitis aguda.
  • Rotura de un quiste endometriósico, originando un cuadro de semejantes características a la perforación intestinal.
  • Afectación del aparato urinario, a veces con sangre en la orina y, de manera excepcional, afectación de los riñones.
  • Sangrado rectal asociado o no a la defecación.
  • Infertilidad: en más de un 25% de las pacientes con endometriosis.
  • Aborto a causa de la toxicidad provocada por la sangre acumulada y con escasa oxigenación, junto a una baja concentración hormonal, fundamentalmente progesterona.
  • Cáncer: la posibilidad de que una endometriosis se transforme en un cáncer es un hecho excepcional, pero no imposible, siendo inferior al 1% de todas las endometriosis detectadas.

Cirugía y hormonas para su tratamiento

La ecografía de alta definición es uno de los procedimientos más determinantes hoy en día para diagnosticar esta enfermedad.

Posteriormente, el tratamiento depende de la gravedad del caso y de la edad de la paciente. En líneas generales, se debe intentar minimizar los síntomas dolorosos intensos y evitar las complicaciones evolutivas que puedan surgir.

Las dos alternativas básicas para su tratamiento son:

  • Tratamiento quirúrgico, con o sin terapia hormonal asociada: se aplica en aquellos casos que presentan endometriosis ovárica superior a dos centímetros, acompañados de dolor menstrual y en mujeres con deseo de tener hijos. Esta intervención se hace preferentemente por laparoscopia, una técnica mínimamente invasiva. En los casos con éxito quirúrgico, entre el 30% y el 60% de las mujeres consigue quedarse embarazada en el primer año tras la intervención; el resto debe de recurrir a técnicas de reproducción asistida.
  • Tratamiento hormonal: dirigido a que el endometrio, situado anómalamente fuera de la cavidad del útero, no se desarrolle o bien se atrofie. Dicho tratamiento puede realizarse antes e incluso después de la intervención quirúrgica, ya que no existe un tratamiento hormonal definitivo, aunque sí paliativo y transitorio hasta tomar o no una decisión quirúrgica.

En aquellas pacientes que no desean tener hijos, y sobre todo en situaciones graves donde está en juego la salud de la mujer, se puede practicar la extirpación de los ovarios y del útero.

Si la endometriosis es leve, salvo excepciones, no precisa de tratamientos específicos y menos aún quirúrgicos, aunque su diagnóstico aconseja tomar medidas terapéuticas evolutivas por muy leve que sea. Por tanto, el seguimiento debe imperar en estos casos para detectar cambios o empeoramiento.

Redaccion Diario de Palenque

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