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Raíces históricas de la anticoncepción

 Raíces históricas de la anticoncepción

Los primeros condones datan de épocas prehistóricas y se fabricaban de intestino de animales. Los árabes parecen haber sido los reales inventores de los dispositivos intrauterinos para evitar la preñez de las camellas en las travesías por el desierto; aunque otros lo atribuyen a Hipócrates.

El mayor desarrollo de los métodos anticonceptivos se obtiene a partir de los años sesenta y setenta, cuando pasa a manos de instituciones médicas el servicio de planificación familiar, producto de los efectos adversos de la utilización de las píldoras.

El control de la natalidad ha sido una preocupación en todas las épocas de la humanidad, por lo que el ser humano ha realizado numerosos esfuerzos orientados en la búsqueda de métodos que le permitan a la mujer pensar y vivir la maternidad no como su destino, sino como su opción.

En un principio, el hombre desconocía la relación entre el acto sexual y la procreación, por lo que atribuía el nacimiento de los hijos a la intervención de fuerzas divinas.

Desde el momento en que se toma conciencia de la capacidad reproductiva, comienza la búsqueda de métodos para evitar los embarazos no deseados, ya que en muchas ocasiones los hijos solo suponían una carga para el clan y reducían los alimentos y recursos disponibles.

La capacidad de engendrar constituye también un acto de responsabilidad social, de ahí que la reproducción humana apele desde tiempos remotos a los métodos anticonceptivos, con el fin de dotar a su descendencia de todo el respaldo material y espiritual que presupone la creación de una nueva vida.

Hoy en día cada minuto muere en el mundo una mujer a consecuencia de un parto atendido en condiciones desfavorables o por un aborto y cientos de las que no fallecen quedan mutiladas total o parcialmente producto a complicaciones.

El 99% de las muertes maternas ocurre en países del tercer mundo.

La capacidad humana de reproducir es enorme. El varón puede tener numerosos hijos, ya que tiene una vida reproductiva muy larga, desde que comienza sus eyaculaciones en la edad puberal hasta la vejez avanzada, siempre que mantenga condiciones óptimas de salud. Muchos ancianos ilustres y otros que no lo son tanto, han concebido hijos e hijas después de los 80.

Es el caso de Paloma la última hija de Picasso, el famoso pintor español. Los Records Guinnes han recogido los nombres de ciertos personajes masculinos que han tenido hasta 70 hijos.

Las mujeres, por su parte, aunque dejan de ovular cerca de los 50 años, y por tanto su etapa reproductiva cesa, pudieran tener matemáticamente hablando, alrededor de 30 hijas e hijos a lo largo de su vida fértil.

La ilusión natural de casi todo el mundo es tener un hijo, ¿cuántos?, es una cuestión que se verá influida por múltiples factores como educación, cultura, religión, estilo de vida, aspiraciones vitales y las oportunidades.

Durante siglos, miles de cabezas se pusieron a pensar en muchas partes del mundo de qué manera podía evitarse voluntariamente el embarazo. No había idea entonces del óvulo y espermatozoide que se unen, ni del acto sexual fecundante.

En el cuerpo femenino se probaban los más inverosímiles “inventos”. Era introducido en la vagina desde estiércol de animales hasta fragmentos de madera, frutas, huesos y un millón de cosas más. No hace falta recrear las infecciones y las muertes por montones que dejaban en las mujeres tales procederes. El sufrimiento femenino también es parte de esta historia.

Numerosas anécdotas curiosas podemos encontrar al revisar este tema como, por ejemplo, que en Egipto en 1873, al encontrarse el famoso papiro de Berrees, escrito en el año 1550 antes de nuestra era (a.n.e.), se comprobó que contenía una serie de recetas médicas entre las cuales existía una que llamó poderosamente la atención al decir “Tapón de hilaza medicado. Principio de las recetas hechas por mujeres con el objeto de dejar de concebir durante un año, dos años o tres años: brotes de Acacia. Tritúrese con una medida de miel, humedézcase la hilaza con ello y colóquese en la vulva de la mujer.”

Si esto se analiza se puede ver su fundamento: los brotes de la acacia exudan hidratos de carbono polimerizados que cuando fermentan desprenden anhídrido láctico que forma ácido láctico, sustancia que destruye los espermatozoides.

Quiere decir que la receta del papiro, por antigua, no está tan desprovista de fundamento científico.

En este sentido muchos métodos caseros como vinagre, jugo de limón, etcétera han sido utilizados.

En dicho papiro también se describe el uso de hilas de lino impregnadas en jugo de ácido como medio contraceptivo y que dicho sea de paso aún se usa en nuestros días. En muchas tribus africanas y de Oceanía los métodos anticonceptivos son muy extendidos actualmente.

Por ejemplo, las mujeres de Sumatra se colocan una sustancia rica en ácido tánico en la vagina antes del coito y en la Guyana Francesa los nativos utilizan las vainas de una fruta que remedan la función de un preservativo. (14,15)

Estos tan solo son algunos de los múltiples ejemplos de los intentos del hombre por controlar la natalidad desde tiempos remotos. Es por ello que hemos decidido realizar esta revisión con el propósito de dar respuesta a la siguiente interrogante.

¿Cuál es el origen de los métodos anticonceptivos para el control de la natalidad?

La prescripción más antigua de la anticoncepción parece estar contenida en el Papiro de Petric o Nahum, que fue escrito en el año 850 a.n.e. y más información se ha encontrado en el papiro de Ebers del año 1550 a.n.e. y en el Papiro de Berlín del año 1350 a.n.e. (13)
Desde épocas primitivas se usaba hierbas y extractos de plantas considerados con propiedades anticonceptivas.

Las duchas vaginales de zumo de limón y extracto de vaina de caoba eran de uso común y se sabe hoy día que esta combinación es fuertemente espermicida.

Redaccion Diario de Palenque

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