EL CARNAVAL DE BACHAJÓN PARTE 5:

Cronista de Palenque: Profe. Agustín Román Alvarez Bolivar.
HABLANDO DE HISTORIA

El esqueleto empezó a bailar en el camino, vino adelante el anciano, el anciano Quinixchi
“vámonos” dijo a los caribios. Lo siguieron siete veces veinte sontles de personas, siete veces decir ciento cuarenta sotles. Bueno, llegaron a un río. Allá al otro lado del río habían regalado pólvora gente (de Bachajón), habían llegado a embrujar el camino, buen, como estaba ahí el Huc-pic, Huc ¡ ¡ah! Todos los hombres pisaron la cola del pequeño Huc-Pic, del pequeño Huc-Pic, del pequeño pájaro verde “huc-pic”, dice, cuando canta. Era este la pólvora que pisaron.

Cuando terminaron denominar las sig. Personas numerosas personas al pasar , cuando ultimo acabó de pisar la punta de la cola del hup-pic, este dijo: “huc-pic, huc-pic, huc-pic” dijo que eran cierto cuarenta sontles, fue contando el pájaro . “bueno, abuelo ya nos conocieron, ya nos contaron”. Dijeron los caribios, “oigan, ya nos están gritando que somos siete veces veinte sontles de personas, es decir cincuenta y seis mil gentes. ¿pero acaso somos cincuenta y seis mil?”. Empezaron a contarse ellos mismos.

Fueron cincuenta y seis mil las personas. Fueron muchos, no pocas pues. Bueno llegaron a una subida, a una subida en un cerro en el campo. Allí empezaron a enloquecerse, como si hubieran bebido, como si hubieran tomado trago. Ya estaban tambaleando, porque habían pisado la pólvora, destruidos por ella. Llegó el esqueleto con la multitud de caribios al Yaxte´ eljá. Hubo un pueblo cerca del rio. En este río estaban bañándose las muchas mujeres.

Empezaron a tocarlas, empezaron a abrazaras los caribios. “nietos, nietos no me las cojan, no me la cojan, a las mujeres, no me las toquen, no me las toquen” dijo el esqueleto. Bueno, llegaron los caribios. Ya se habían matado el puerco, las gallinas, los guajolotes.

Todo estaba bien preparado. Ya se había hecho una enramada muy grande, una casa verde bien grande. Llegaron en filas números guerreros “ya llegamos”, dijeron. “entren”, dijeron los principales, “pasen, descarguen y descansen. Esta bien que vinieron a visitarnos”, dijeron los principales, habitantes del pueblo. Bueno, entraron y se sentaron todos los caribios. Empezaron a comer.

Estaban bien contentos con la comida, estaban comiendo bien. Y salieron los leones, los caballos, los gatos, los gatos de monte, las lechuzas, todos diferentes animales salieron.

“Maten a esos animales”, dijeron entonces los hombres de Bachajón. Bueno, cuando empezaron a tirar sus flechas, los animales las agarraron, las quebraron, las agarraron, las quebraron, las flechas. Se acabaron sus balas.

Bueno, habían dicho los de Bachajón: “Que uno tome una piedra, que otro tome un palo, que otro tome la mano del metate. Que entren también las mujeres no se queden mirando no más, porque si no entran ustedes también, no vamos a poder”.

Habían dicho en la junta: “Que ustedes entren también a pelear con ellos”. Bueno, cuando empezó la batalla, los agarraron, cuando se habían acabado las flechas, los agarraron a los pobres caribios. Todos murieron. Solo dos se metieron en una grieta y llegaron a salir a su pueblo. Solo estos dos se salvaron, se escaparon. Todos los demás murieron. Una gran cantidad de gente murió.