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Hablando de Historia

LOS BARRIOS DE PALENQUE.
Los antiguos palencanos vivieron en barrios delimitados por la accidentada topografía del sitio y por los causes de los cinco arroyos que recorren la antigua ciudad. Durante el periodo Clásico (250-900 d.C.), los conjuntos arquitectónicos como el Grupo C, el Grupo IV y el Grupo B fueron creciendo alrededor de la elegante casa de una familia noble, cuyos miembros eran la cabeza de un gran grupo social en el que todos estaban emparentados, compartiendo un antepasado común. Las residencias nobles comprendían varios edificios abovedados construidos alrededor de una plaza o patio, y en ellas se realizaban numerosas actividades productivas a pequeña escala, tales como la manufactura de figurillas y la talla de navajas prismáticas de obsidiana. Alrededor de estas residencias fueron sucesivamente agregadas casas más pequeñas, construidas de materiales perecederos, en las que habitaba la gente común. Al paso de los años, los antiguos palencanos acostumbraron enterrar a los principales miembros de sus familias en elaboradas tumbas bajo los pisos de las casas nobles, buscando así la continuidad simbólica del linaje y el reconocimiento de las acciones realizadas por los fallecidos. Los trabajos ejecutados en algunos de estos conjuntos permiten comprender la manera en que los barrios se fundaron, para lo que necesitamos acercarnos a la fundación de la ciudad y las transformaciones ocurridas durante el periodo Clásico.
Probablemente el conjunto residencial de élite más famoso de Palenque es el Grupo IV (conocido también como Grupo J de acuerdo la nomenclatura de Frans Blom) ya que en él Alberto Ruz excavó el célebre Tablero de los Esclavos, que conmemora por una parte el ascenso al trono de Ahkal Mo´ Nahb III, nieto de Pakal el Grande, y por otra los eventos más notables en la vida de Chak Zutz´, importante noble que obtuvo significativos cargos religiosos y militares a lo largo de su vida. El Grupo IV se ubica en el extremo oeste del núcleo central de edificios, y consta de varios agrupamientos de construcciones distribuidos en patios. La plaza más importante aloja un amplio edificio abovedado de dos niveles, en el nivel superior del cual se encontraron el mencionado tablero y también dos portaincensarios de piedra, que representan tal vez a antepasados de Chak Zutz´. El extremo este de la plaza contiene dos pequeños basamentos piramidales, a los pies de los cuales se localizó una importante área funeraria que incluye tres niveles de tumbas. Trabajos recientes en otro de los patios permitieron encontrar un pequeño acueducto que canaliza el agua de lluvia que desciende de la plaza formada por el Templo de las Inscripciones, el lado oeste del Palacio y el Templo XI. Otro interesante hallazgo fueron los objetos para pintar elaborados de hueso animal que acompañaban a un personaje masculino, probablemente un escriba.
Las primeras edificaciones del Grupo IV (también conocido como Grupo J) se erigieron a principios del periodo Clásico, y las modificaciones arquitectónicas continuaron a lo largo de seis siglos. Los edificios principales circundan una plaza, en la cual se han recuperado numerosos entierros.
Ubicado en el extremo este del núcleo central de edificios de Palenque, el Grupo C fue el lugar de residencia de una importante familia palencana durante el periodo Clásico; si bien su fundación se remonta al año 100 d.C., a finales del periodo Preclásico Tardío. Sus principales edificios habitaciones y religiosos fueron construidos alrededor de una amplia plaza, la más grande fuera del recinto cívico-ceremonial de la ciudad. El sector este de la misma contiene un edificio de función religiosa compuesto de dos basamentos piramidales posteriormente unidos por un tercer basamento, asociado al cual se encontraron tres entierros y los fragmentos de varios portaincensarios de figura humana completa. Los sectores norte y sur de la plaza tiene edificios habitacionales abovedados, incluyendo el edificio 3, un pequeño palacio con cuartos distribuidos en tres niveles que fueron construidos aprovechando una pequeña colina.
La plaza central del Grupo C está limitad al sur por el edificio I, una residencia de miembros de la élite durante los siglos VII y VIII; y al este por el Edificio 2, un conjunto de tres basamentos unidos. En esta última edificación se localizaron tres tumbas de cista, y los restos de tres portaincensarios de gran calidad.
El Grupo B se ubica al oeste del Grupo C. construido entre los arroyos Otulúm y Murciélagos, este barrio abarca varias terrazas naturales que descienden progresivamente hacia la llanura. Fundado en el siglo V d.C., alcanzó su mayor auge entre los siglos VIII y IX, y fue uno de los últimos grupos habitacionales en ser abandonados.
Tres suntuosas tumbas nobles fueron localizadas en los edificios del conjunto principal, incluyendo todas las vasijas cerámicas importadas, espinas de mantarraya, y objetos de jade y concha. Los edificios 1 y 2 cuentan con santuarios o altares en los cuartos centrales de sus galerías frontales, en los cuales se quemaba copal en portaincensarios de piedra y cerámica asociados a los rituales de comunicación con los antepasados. Por su parte, el edificio 1 contaba con un baño de vapor (pibna-il ochitim, en maya).
Entre los numerosos objetos encontrados en los edificios residenciales destacan por su particularidad los portaincensarios que presentan a los antepasados venerados de las familias de la nobleza. Las excavaciones en conjunto s habitacionales de élite nos han permitido vislumbrar cómo esos objetos religiosos eran utilizados. En los Grupos B, C y IV se localizaron áreas de actividad ritual que incluían portaincensarios de piedra y cerámica. Los ejemplares de piedra representan rostros de antepasados cuyos nombres se leen mediante textos glíficos o bien a través del teclado que remata en la cabeza. Por su parte, los ejemplares elaborados en cerámica muestran figuras humanas completas, algunas sedentes y otras erguidas (López Bravo, 2000).
Las excavaciones en los grupos habitacionales han aportado también restos de manufactura de herramientas de obsidiana y pedernal. Los análisis en curso sugieren que los grupos habitacionales de élite situados en el centro de cada barrio eran el foco de actividades productivas que no se hallaban necesariamente controladas por el grupo gobernante sino que estaban asociadas a las actividades de la nobleza.se ha recuperado también una abundante colección de figurillas cerámicas, que eran probablemente utilizadas en algunos rituales del ámbito doméstico. Destacan por su número una cuantiosa colección de enanos, así como animales disfrazados de guerreros.

Redaccion Diario de Palenque

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