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Hablando de historia

Hablando de historia
Por el Cronista Municipal
Profr. Agustín Román Álvarez Bolívar

El misterio de este hallazgo se hizo más profundo cuando los restos arquitectónicos, el sarcófago y la ofrenda funeraria carecían de alguna inscripción glífica que la identificara con un nombre, por lo que los arqueólogos decidieron llamarla Reina Roja, ya que las paredes del sarcófago, el cuerpo y todos los elementos se encontraban cubiertos de un polvo rojo que fue identificado como cinabrio. La importancia del hallazgo de la Reina Roja radica principalmente en el descubrimiento de otro sarcófago dentro de una cámara mortuoria al interior de un complejo arquitectónico. A pesar de que la cámara y el sarcófago de la Reina Roja son mucho más pequeños y están desprovistos de escritura glífica, es el segundo entierro más elaborado de Palenque después de la tumba de Pakal (González, 1994: 39-45.
¿Quién era esta misteriosa mujer y porque se hallaba dentro de un sarcófago monolítico? Actualmente los especialistas creen que pueda tratarse de la esposa de Pakal. Los estudios en antropología física y de la epigrafía, además del análisis de la evidencia de los materiales arqueológicos indican que pueda tratarse de la señora Tz´akb´u Ajaw, fallecida en el año 672 d.C., 11 años antes que Pakal. Comparaciones fisionómicas faciales de representaciones escultóricas de esta señora con una reconstrucción de sus restos craneales, permiten establecer dicha identidad (Tiesler, Cuccina y Romano, 2004: 477-478). Por otro lado, el hecho de haber sido inhumada en el interior de un sarcófago, dentro de un complejo arquitectónico de grandes dimensiones, ocupando un lugar preferencial en la plaza principal y su proximidad al Templo de las Inscripciones, donde se localiza la tumba del gobernante más importante de la ciudad, parece confirmarlo.
A pesar de que podemos considerar a Palenque como una ciudad pequeña, existen enormes lagunas sobre el conocimiento de sus habitantes, ya que la exploraciones solo cubren una porción de la extensión total del asentamiento, por lo que todavía permanecen escondidos muchos secretos en el subsuelo. Hoy en día muchas preguntas acerca de los antiguos palencanos continúan sin respuesta.
Recientemente, excavaciones arqueológicas realizadas entre el año 2012 y 2014 en el Templo XX han proporcionado indicios que confirman que la Acrópolis Sur fue escenario de primeras construcciones y modificaciones arquitectónicas desde el Preclásico Tardío y que continuaron durante el Clásico Temprano y Tardío. La excavación llevada a cabo bajo el Templo XX reveló la presencia de tres cámaras funerarias cuyas ofrendas las sitúan temporalmente en la Fase Motiepa, entre 350 y 550 d.C.,
La cámara central es de planta rectangular y sobre el piso se localizaron 11 vasijas cerámicas y 216 artefactos entre los que se hayan 70 cuentas, 4 orejeras, 5 discos de jade y 3 hachuelas de serpentina. Además se cuenta con la presencia de 70 teselas de jade y concha que corresponde a dos pequeñas máscaras; también se hallaron 27 fragmentos de hematita; tres fragmentos de navaja prismáticas de obsidiana, diez pendientes de concha y 13 fragmentos de huesos humanos, entre los que se identificaron parte de un molar, dos segmentos de huesos largos y dos secciones que posiblemente pertenezcan a una mandíbula. Sin duda, la importancia de este hallazgo radica, además de los objetos mencionados, en que sus paredes se encuentran pintadas con figuras humanas en color rojo principalmente, cuyo pigmento mayormente utilizado fue el cinabrio. Sobre el fondo del muro oeste se pintaron cinco figuras antropomorfas y cuatro más en el muro este, con un color rojo-violáceo concentrado. Estos nueve personajes, que miran al norte, se presentan con faldellín, taparrabos, cinturón y máscaras de cintura, pectoral, tocado y penacho, escudo en la mano derecha y cetro en la mano izquierda y en el rostro portando un barbiquejo. En el muro norte, por su parte, fueron pintados posiblemente dos personajes zoomorfos, que el deterioro de la obra mural no nos permite identificarlos plenamente, excepto por la presencia de un rostro parcial posiblemente de venado.
Por su parte, en cámara este apareció un total de 7,104 cuentas de coral. Las piezas líticas suman una totalidad de 1,320 cuentas de amazonita, tres orejeras y dos fragmentos de navajillas prismáticas de obsidiana. Con respecto a los restos óseos recuperados de esta cámara, la mayor parte lo componen pequeños fragmentos de hueso, mientras en la cámara Oeste únicamente se localizaron pequeños restos óseos humanos y de roedores.
La excavación llevada hasta el momento en el Templo XX nos comienza a ofrecer información relevante sobre las características arquitectónicas, el tipo de objetos y su distribución interna que tuvieron lugar en el templo, así como su temporalidad. Aunque las excavaciones y las restauración en las cámaras no han concluido, se puede decir que el Templo XX es quizá una de las construcciones más importantes hasta ahora exploradas que pudo estar dedicada a uno los gobernantes palencanos del periodo Clásico Temprano.

Redaccion Diario de Palenque

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