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¿Por qué celebrarlo, si aún no se conoce el contenido del acuerdo?

Muchos celebraban; pero no todos. Y uno de éstos era Pablo Gómez Álvarez, senador de Morena, cuando advertía que “no se puede celebrar la firma del tratado comercial con Canadá y Estados Unidos si antes no se conoce el contenido”.
Y criticaba “la mala costumbre de no comunicar las cosas de importancia nacional, y es el pueblo el último que se entera de todo”.
Todo ocurría en el marco de la incorporación de Canadá al acuerdo comercial que ya firmaron, hace dos semanas, México y Canadá. Pablo Gómez asegundó, lamentando que la presidencia de Enrique Peña Nieto no entregue aún al Senado copia del texto completo del acuerdo comercial que México firmó con Estados Unidos. “No conocemos el texto, ayer (anteayer) mandaron al Senado una síntesis”, decía.
Este domingo, después de múltiples peticiones, el Senado de la República por fin recibió una usb (memoria digital) con lo que se dio en llamar una síntesis del acuerdo comercial que firmaron México y Canadá.
Desde hace varios días, los senadores que conforman la nueva mayoría senatorial (Morena, Pt y Pes(reclamaban airadamente que el gobierno de Enrique Peña Nieto no entregase el texto del acuerdo de marras, cuando el gobierno de los Estados Unidos ya lo había entregado al Senado de ese país.
En realidad, en México es la primera ocasión en que el gobierno de México hace entrega al Senado mexicano de un texto de tal calado, casi en tiempo real de su firma. De hecho, los gobiernos mexicanos, durante todos estos años de filiación priísta y panista, lo han entregado sólo después de que el Senado norteamericano lo ha revisado y aprobado.
De esta manera, los gobiernos mexicanos así han resellado la condición de idiotas que durante décadas han tenido los senadores, cuando se trataba de revisar asuntos de la política exterior.
Fue diferente ahora. Y sin embargo, el gobierno entregó el texto de marras muy a fuerza. Después de dos semanas de que se lo pidieron, y una síntesis en inglés. Ayer, por cierto, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, decía que a mediados de esta semana presumiblemente se entregará a cada senador una copia del texto completo del acuerdo comercial traducido al castellano por la Secretaría de Economía.
En medio de la festinación irracional de la incorporación de Canadá, seguía escuchándose la de Pablo Gómez, llamando a la prudencia cuando alertaba: “Se han modificado algunas reglas de origen y cosas que no sabemos porque no conocemos el texto”.
Y sostenía: “Lo que sí la prensa ha dicho por declaraciones de los negociadores es que subió la regla de origen en la industria automotriz hasta el 70 por ciento, nada más. Entonces no conocemos el texto de ese nuevo tratado; es una muy mala costumbre no entregarle al pueblo mexicano aquellas cosas que le van a afectar, o hacerlo cuando quieren”.
La opinión de Pablo Gómez era la que más contrastaba ayer con las festinantes declaraciones de Enrique Peña Nieto y del mismo Andrés Manuel López Obrador.
Gómez Álvarez continuó: “Lo que entregaron ayer al Senado era una síntesis ejecutiva, o sea, son tarjetas. Es muy lamentable eso. Además yo no veo qué caso tiene el no haberlo hecho, si México dejó de negociar ya hace semanas con los norteamericanos, y no tenía asuntos pendientes con Canadá”.
Un reportero preguntó a Pablo Gómez: “Pero esta solicitud que hizo Ildefonso Guajardo al Senado, precisamente para que esperara 48 horas a ver qué decidía Canadá, como que le están dando mucha importancia, ¿no?, pareciera que necesitan a fuerza a Canadá”.
El diputado de Morena respondió: “De acuerdo con la ley, el Senado debió acompañar toda la negociación desde que se inició, hay normas, que no se respeten es otra cosa”.
Una reportera requirió también a Gómez: “Diputado pareciera, sin embargo, que el acuerdo fue bien recibido tanto por el actual gobierno como por…”
Pablo Gómez respondió: “Bueno, por el hecho de que hubo acuerdo. Es decir, lo que están celebrando es que hubo un acuerdo, pero no podemos celebrar el contenido de un tratado hasta que no lo leamos”.
Sin embargo, el diputado reconoció que “fue muy conveniente que finalmente no se haya roto la trilateralidad, que era en la que estaba México, porque aunque el comercio con Estados Unidos es francamente dominante en la balanza comercial mexicana, de todas maneras el tener un tratado de libre comercio con Canadá tiene importancia, aunque no tiene la misma importancia que con los Estados Unidos, con quien tenemos más del 80 por ciento de las relaciones comerciales”.
Cuando un reportero preguntó si es pertinente echar las campanas al vuelo, Gómez respondió: “Pues yo diría que no, creo que hay algo bueno en el hecho de que hubo una acuerdo, lo que se está se está celebrando es que hubo un acuerdo y que ese acuerdo fue trilateral”.
–¿El Senado mexicano lo podría echar atrás si no ve condiciones en los acuerdos?
“El Senado mexicano podría votar en contra y no entra en vigor, teóricamente”.
–¿Qué pasaría si termina por no ser firmado? –preguntó una reportera.
Y Gómez respondió: “Pues el peligro sería que a corto plazo todo el comercio mexicano se desinflaría, porque tendríamos que pagar aranceles que están establecidos en Estados Unidos para cualquier país miembro de la Organización Mundial de Comercio y ya no habría ninguna concesión o preferencia arancelaria, mucho menos ninguna exención arancelaria”.
El debate quedó abierto. Veremos.

Redaccion Diario de Palenque

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