Suspende entrega de buque
El gobierno de Francia anunció hoy que suspendió de manera temporal la entrega de la primera nave Mistral, portahelicópteros, a Rusia debido a la gravedad de la situación en Ucrania y las recientes acciones rusas.
El movimiento anunciado esta tarde por el Palacio del Elíseo tuvo lugar en la víspera de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Gales, que tendrá como tema central la crisis ucraniana y la relación con Rusia.
El presidente Francois Hollande constató que, a pesar de la perspectiva de un alto al fuego, que aún debe ser confirmado e implementado, las condiciones para que Francia autorice la primera entrega “no se han reunido hasta ahora”.
La presidencia indicó que la decisión fue tomada en el seno del Consejo de Defensa con base en los recientes acontecimientos en Ucrania y Rusia, destacando que “las recientes acciones rusas en el este (ucraniano) infringen las bases de la seguridad en Europa”.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, denunció el pasado viernes la presencia de las tropas rusas en el este de Ucrania, y la Unión Europea (UE) se está preparando para adoptar nuevas sanciones contra Moscú.
Fuentes diplomáticas citadas por el diario Le Monde precisaron que el contrato fue suspendido hasta noviembre próximo, un mes después de la fecha prevista de entrega, retraso que tendría consecuencias financieras hasta por mil millones de euros.
La primera reacción que llegó de Moscú fue del viceministro de Defensa, Yuri Borisov, quien desestimó el retraso de la entrega afirmando que “no será una tragedia para nosotros en términos de rearme”.
Señaló sin embargo que “evidentemente es desagradable y ejercerá un poco de tensión en las relaciones” entre Moscú y París.
Francia había estado bajo fuerte presión de la comunidad internacional por la venta de dos naves Mistral a Rusia, la primera de las cuales debía entregarse en el mes de octubre, en particular de Estados Unidos que la acusaba de participar con ello en la crisis ucraniana.
Las autoridades francesas habían estado explicando que el contrato era anterior, de 2011, a las sanciones adoptadas por la UE contra los rusos, que presuntamente excluían los acuerdos ya en ejecución.
