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Hablando de historia

 Hablando de historia

Profesor Agustín Román Alvares Bolívar.

RELACIÓN ENTRE TEOTIHUACÁN Y EL ÁREA MAYA: HISTORIA DE LOS ENFOQUES TEÓRICOS.

Descubrimientos clave, siglo XX.

¡Feliz año 2022! Mis queridísimos lectores, por razones de pandemia tuve que ausentarme y dejar de publicarles trabajos de mi autoría y compilaciones de grandes libros de literatura de cultura maya, gracias por aguantar tanto la espera, su cronista de Palenque les abraza muy fraternalmente.

Abrazos muy fraternos.

Hasta el principio del siglo XX, la civilización maya clásica había sido considerada como una civilización original que se desarrolló en el transcurso de los siglos sin influencias externas. Sin embargo, el debate se abrió gracias a los nuevos estudios y descubrimientos que empezaron en 1911, cuando Eduard Seler subrayó las analogías estilísticas entre el friso del Palacio de Estucos de Acanceh, en Yucatán, y la iconografía de Teotihuacán. Posteriormente, a principio de los años treinta del siglo pasado, durante las investigaciones de la Carnegie Institution de Washington en el sitio de Uaxactún, en las tierras bajas mayas, se observó la presencia de obsidiana verde de Pachuca y cerámica Thin Orange. La identificación en 1933, en este sitio el corazón de Petén, de varios conjuntos cerámicos compárales con algunas piezas ya conocidas de Teotihuacán, ha permitido confirmar la existencia de vínculos entre las tierras bajas mayas y la urbe teotihuacana. A través de estos hallazgos se ha sugerido que a finales del siglo IV Uaxactún mantuvo relaciones con la lejana ciudad (Taladoire, 2009). Es importante precisar que esos productos cerámicos han sido descubiertos en entierros acompañados por otros productos cerámicos han sido descubiertos en entierros acompañados por otros productos de procedencia foránea; por ejemplo, sal proveniente de la Península de Yucatán, cacao de la costa del Pacifico y rocas volcánicas de Belice. Se trata entonces de ofrendas que han sido importadas como  objetos de lujo, depositados en un contexto funerario por su carácter exótico (Marcus, 2003).

En 1946, Kidder, Jennings y Shook reconocieron múltiples elementos característicos de Teotihuacán en Kaminaljuyú, sitio localizado en las tierras altas de Guatemala. Entre estos elementos destacan vasijas trípodes, espejos dorsales, obsidiana verde procedente de los yacimientos de Pachuca que fueron explotados por la metrópoli, y, significativamente, el uso en varios edificios del talud-tablero, técnica constrictiva Teotihuacán. Por otro lado, durante los años sesenta fue descubierta en Tikal una importante cantidad de cerámicas teotihuacanas, así como la famosa Estela 31, en la cual se representó a un alto dirigente enmarcado entre dos personajes cuyos atributos guerreros, propulsores (atlatl) y vestimentas hacen referencia explícita a la iconografía de Teotihuacán. Vale la pena también señalar que el Grupo Perdido, también en Tikal, varios edificios cuentan con talud-tablero teotihuacano, así como el marcador de juego de pelota de Tikal que, por sus características formales, recuerda el que proviene del barrio de Teotihuacán La ventilla (Laporte, 2003). Esos datos, entre otros, han sido interpretados a lo largo del tiempo como el testimonio de la importante influencia de la gran ciudad en la zona maya.

Redaccion Diario de Palenque

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