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De ley y orden

 De ley y orden

¿IMPORTA EL INTERÉS
SUPERIOR DE LA NIÑEZ?

POR: ERNESTO RAMÍREZ ISIDRO.

Recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió un amparo de revisión, en donde se estableció que una pareja de padres se divorciaron y la madre se volvió a casar. Cuando el padre pidió la guarda y custodia de su hijo el juez determinó que lo más conveniente era que fuera la madre la que se quedara al cuidado del niño. El padre reclamó que en este caso las pruebas periciales en psicología y trabajo social debían realizarse también a la nueva pareja de la madre ya que forma parte del entorno familiar del niño. La Corte amparó al papá. Ordenó que se realicen estas pruebas periciales y se analice cuál de los padres ofrece el entorno más favorable para el hijo en atención al interés superior de la infancia.
Para tener un margen jurídico más amplio, me remito a el artículo 4 de la Constitución, en donde se establece que: “En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez”.
En este contexto, el mandato constitucional es claro e inclusive podría ser más que evidente al establecerse “el interés superior de la niñez”, todas las políticas públicas tienen que subordinarse a este objetivo. Esto adquiere relevancia por los señalamientos recientes de grupos de la sociedad civil, sindicatos e incluso legisladores federales, que, en primer plano, buscan derogar la reforma educativa aprobada en el 2013 y por consiguiente, aprobar una nueva legislación en este tema, recordemos que la Reforma Educativa tuvo como objetivo incrementar la calidad de la educación que se imparte en el sistema educativo nacional, particularmente en las escuelas públicas, un proyecto de largo plazo.
Es claro que lo que no se puede medir no se puede mejorar y de ahí que uno de los elementos centrales de la reforma es la evaluación de los profesores, tanto de forrma directa a través de exámenes que presentaban, como indirectamente a través de los exámenes estandarizados que presentan los alumnos. La evaluación y su liga con el acceso, salario y ascenso dentro de carrera magisterial tiene como objetivo generar los incentivos para la mejora de los propios profesores, tanto en lo que respecta a los conocimientos mínimos necesarios para impartir el curso al cual estén asignados como sus capacidades pedagógicas. Que los profesores sepan que un mejor desempeño en los exámenes que presentan repercutirá positivamente en su ingreso y en la posibilidad de acceder a un puesto de dirección provee el incentivo para que ellos mismos se capaciten y/o accedan a cursos impartidos para tal efecto. Profesores mejor capacitados en conocimientos y pedagogía repercuten en una mayor calidad de la educación.
Aún con más razón, el resultado en los exámenes que presentan los profesores genera la información que las autoridades pueden utilizar para inducir a estos a inscribirse a cursos de capacitación, pero también para evaluar el desempeño general de todos los profesores en un plantel educativo específico y tomar las medidas correctivas necesarias. Esto se constituye como el mecanismo para mejorar “desde abajo” la calidad de la educación impartida en cada plantel y en el sistema educativo en su conjunto.
Que los niños y jóvenes reciban un servicio educativo de alta y creciente calidad tiene cuatro efectos positivos. Primero, repercute en una mayor productividad potencial y en su ingreso cuando se incorporen al mercado laboral. Segundo, la educación se constituye como uno de los principales determinantes del ascenso en la escala social y económica y a la larga repercute en una distribución más equitativa de la riqueza y del ingreso. Tercero, se genera un círculo virtuoso, ya que entre mayor es la calidad educativa de los padres, mayor valor le darán a la educación de sus hijos y estarán dispuestos a invertir más en su capital humano. Cuarto, entre mayor sea el nivel educativo de los individuos y la calidad del capital humano que posean, más eficiente y menos costoso es la introducción de cambios tecnológicos en la producción, principal fuente de crecimiento económico.
Sin duda alguna y a opinión de parte, derogar la reforma educativa y eliminar las evaluaciones de los profesores van en un camino que no es indicado para mejorar la calidad de la educación. En este contexto, si llegase a derogarse por completo y se aprobara una legislación a modo de X o Y magisterio, también deberían eliminar del artículo 4 de la Constitución: el mandato para garantizar el derecho de los niños para recibir una educación de calidad.

Redaccion Diario de Palenque

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