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Voltear y fijar la mirada hacia Latinoamérica, la alternativa

Mucho se ha hablado desde hace muchos meses respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, particularmente desde que Donald Trump asumió el cargo de presidente de los Estados Unidos de Norte América, la primer orden de este fue dar por terminado el TLCAN, lo que evidentemente genero mucha especulación comercial y monetaria, ocasionando que el dólar americano se elevara en relación al tipo de cambio con el peso mexicano, fueron momentos de incertidumbre económica para los países que integran el tratado, sin embargo, con el transcurso del tiempo el presidente Trump mantenía una actitud de amenazas de dar por finalizado el tratado comercial, haciendo pública dicha declaración una y otra vez, con la intención de generar incertidumbre en el mercado internacional y que el dólar estuviese al tipo de cambio en niveles históricamente elevados.
Las amenazas y constantes declaraciones públicas de Trump contra México y su amenaza de salirse del TLCAN, fueron excesivamente repetitivas al punto de volverse un discurso trillado y se entendió como una estrategia de comunicación política del presidente norteamericano para generar condiciones financieras y monetarias a favor de su país, las condiciones políticas y económicas entre México y EUA ha cambiado, a partir del panorama político ocurrido en las pasadas elecciones presidenciales del 1 de julio, con el triunfo arrollador de MORENA y Andrés Manuel López Obrador, el trato de Estados Unidos hacia nuestra nación tendrá que cambiar, el discurso prepotente y amenazante de Donald Trump tendrá que transformarse en un cordial dialogo y comunicación política de altura, no se desestima el poderío comercial, financiero y principalmente militar que posee nuestro vecino, pero a partir del 1 de diciembre de 2018, nuestro presidente será AMLO, Donald Trump es un empresario impulsivo e impetuoso y López Obrador es una persona inteligente, estratega, astuto y con eminente olfato y oficio político para hacerle frente cara a cara en el terreno político y diplomático a la inestabilidad política del presidente del país del norte.
El discurso del gobierno estadounidense hacia México a partir del 1 de julio cambio rotundamente, las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio están prácticamente por finalizar y anunciarse una nueva vigencia de este tratado comercial, el equipo negociador del gobierno mexicano incluido el equipo negociador del gobierno electo mexicano han dado muestras de una inteligencia negociadora sin precedentes, los atropellamientos de los estadounidenses han cesado, se ha avanzado en renegociar el acuerdo y puesto sobre la mesa intereses comunes, en un terreno de igualdad ganar-ganar para ambos países, incluido Canadá, quien hasta apenas hace unas horas anuncio su incorporación al TLCAN. El acuerdo comercial es sumamente importante para México y EUA, el intercambio comercial es benéfico económicamente, pero no definitorio para nuestro país, es saludable, mas no resulta una condición de vida o muerte para el desarrollo de México.
A lo largo de los años nos han hecho creer que México necesita de la relación comercial con EUA, es importante toda relación económica con países vecinos, empero, tampoco debe verse como una relación comercial a la cual México este destinado a preservarla más allá de nuestros propios intereses y subordinándonos a las pretensiones americanas, eso no, nuestro presente y futuro no debemos trazarlo únicamente mirando hacia el país vecino del norte, el bombardeo ideológico y de marketing nos han dibujado en la conciencia de los mexicanos de que el mundo del progreso únicamente lo encontraremos si la amistad comercial y financiera proviene de Estados Unidos, o bien, en el tan anhelado e ilusionante sueño americano, falso, el progreso de México no se subordina a ningún país, ni dependerá de los destinos de países ajenos o la voluntad política de nuestro gobierno.
Debe reconocerse que durante los últimos 25 años Estados Unidos se ha posicionado como nuestro principal socio y esa condición le ha servido a nuestros vecinos para tener tanta influencia económica en la vida diaria de México, incluso hasta en la propia toma de decisiones, nos hemos hecho de una relación económica tan dependiente de los EUA, que nos ha costado pagar el precio de no ampliar nuestras relaciones y socios comerciales con otros países de otras regiones del planeta, incluso, nos hemos alejado de los destinos de Latinoamérica y desdibujado el liderazgo que México poseía en américa del sur y el caribe, los gobiernos anteriores apostaron en centrarse únicamente en formar una sólida relación económica con EUA, siendo nosotros los mexicanos los proveedores de materia prima y aquellos nuestros proveedores de manufactura, una relación de socios comerciales en desigualdad de condiciones, como generalmente suele suceder cuando se negocia con los estadounidenses.
Es momento de abrir nuestras fronteras y voltear la mirada hacia américa del sur y el caribe, el nuevo gobierno debe por cuestiones de índole moral e identidad cultural entablar una nueva relación con los países de Latinoamérica, establecer programas regionales de desarrollo con todos los países de nuestra américa hispana, en la que compartimos rasgos culturales, sociales y económicos y con ello nuestro país recupere la autoridad y liderazgo perdido en sexenios pasados, reivindicándonos con las causas nobles de nuestros hermanos países de Sudamérica y el caribe, desafortunadamente nos moldearon e hicieron dependientes de la economía de EUA, abandonando las viables posibilidades de establecer acuerdos comerciales con otros países del continente de quienes aún guardan un cálido respeto y aprecio por México.
Un ejemplo claro de desaprovechar las oportunidades, fue cuando el finado Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, le propuso a México iniciar un amplio convenio de colaboración y desarrollo en materia energética, en el que ambos países compartieran experiencia y tecnología en la rama de la exploración y extracción de petróleo, desafortunadamente en aquellas épocas memorables en México teníamos a presidentes como Vicente Fox y Felipe Calderón, administradores que siguieron la línea pro Estados Unidos, cerrando las puertas a los países latinos, resulta verdaderamente ambicioso establecer programas de cooperación y desarrollo con los países latinos en materia de educación, salud, turismo, innovación, desarrollo humano, etc, hace falta darle la debida importancia a los países de centro y Sudamérica y los caribeños, hay basta cultura y reserva de valores en aquellos países.
No todo lo que brilla significa que es oro, la cooperación y hermandad entre los países latinos debe ponerse sobre la mesa política del nuevo gobierno democrático, es momento de regionalizar el futuro a mediano y corto plazo, voltear y fijar la mirada en nuestros países hispanos, de todos podemos sacar provecho y aprender a entablar una relación colectiva de beneficio, cooperación mutua e intercambio de experiencia en rubros que podamos sacarle el mayor de los beneficios, por ejemplo, en cultura, educación, salud, turismo, deporte y agricultura podemos aprender muchísimo de aquellos países, no debemos desdeñar la importancia de la experiencia nacional de cualquier país, ha sido un error únicamente centrarnos en Norteamérica, el futuro progresista también se puede encontrar en américa del sur y el caribe, nos unen sentimientos de hermandad e identidades socioculturales, responder a la cooperación con el sur es un imperativo moral y político.

Redaccion Diario de Palenque

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