Cancel Preloader

De la Libertad

“¡Bajad las armas, insensatos! ¡Aquí está la representación de la Ley, de la República y de la Patria! ¡Los valientes combaten, pero no asesinan a una persona indefensa y si sois mexicanos, respetareis la República, la Constitución y a este hombre que a ambas encarna!”
(Guillermo Prieto).
Que mejor camino “De La Libertad”, que el que inició allá en San Pablo Guelatao el también llamado Indio de la Montaña Azul, por su origen en la mencionada aldea perteneciente al distrito de Ixtlán, Oaxaca, un veintiuno de marzo del año mil ochocientos seis.
Las célebres palabras encendidas de pasión, pronunciadas por el poeta de nuestro epígrafe, en defensa de la integridad física del Presidente Juárez, coincidentes por cierto con lo expresado por el francés Víctor Hugo: “México se ha salvado por una idea y por un hombre: la idea es la República y el hombre Juárez”.
En ambos textos encontramos que Benito Pablo Juárez García, fue y sigue siendo el más claro referente de la República.
De este capítulo de nuestra Historia, rescatamos el manifiesto a la nación, en el cual el Presidente Juárez, expresó su gratitud al pueblo de Guadalajara donde había sucedido este hecho; he aquí un fragmento de su palabra incuestionable:
“La democracia es el destino de la humanidad futura: la libertad su indestructible arma: la perfección posible el fin a donde se dirige. Un poco de energía, una ciega sumisión a la justicia, la proclamación y respeto a los verdaderos derechos volverá a la república la paz, no el sosiego; el espíritu de adelanto, no la sujeción servil; el reinado de la ley, no la aristocracia ridícula de nuestros vanos y mentidos redentores. ¡Levantaos y la explotación infame de los muchos para beneficio de unos cuantos quedará destruida!”
En cada uno de sus actos obtuvo el reconocimiento universal, y, fue por eso que el dos de mayo del año mil ochocientos sesenta y cinco, el Congreso de la Republica de Colombia, lo declaró “Benemérito de las Américas”, en virtud de la abnegación y perseverancia que había desplegado en defensa de la Independencia y la Libertad de México, decretándose que su retrato fuera puesto en la Biblioteca Nacional, como ejemplo para la juventud colombiana.
Circunstancia esta repetida por el Congreso de la República Dominicana que, en reconocimiento de sus méritos en defensa de la patria, también lo declaró “Benemérito de las Américas”.
Juárez, es con mucho y será por siempre, el paradigma del estadista; ejemplo de sencillez y honradez, jamás traicionó su ideal, sino al contrario lucho por él; sabiéndose portador de la verdad; de su verdad, fue invencible en cuanta lid sostuvo pese a que en ocasiones pudiera ir en desigualdad o desproporción de fuerzas, siempre sacando ímpetus de su orgullosa estirpe india; luchó teniendo únicamente la Ley como escudo y espada.
La firme decisión natural que lo caracteriza, le permite superar cada una de las circunstancias que la vida antepone a sus deseos; como él mismo refiere en sus “Apuntes para mis hijos”, “Ese temor y mi natural afán de ser algo me decidieron a marchar a Oaxaca”.
Juárez, fue bueno, que significa ser grande; guardó siempre el equilibrio entre su severidad y su templanza; no hubo jamás soborno alguno capaz de hacerlo desertar de sus principios, traicionar sus creencias, ni mucho menos vender sus convicciones; con su reputación ha sorteado el paso del tiempo y el juicio de la Historia.

Su vocación y dedicación, lo hace un adelantado para los tiempos en que vivió; dotado de esa gran sensibilidad formada al fuego del hogar, fue también respetuoso de la mujer, como compañera y punto esencial de la base social.

“Formar a la mujer con todas las recomendaciones que exige su elevada misión, es formar el germen de regeneración y mejoramiento social. Por eso debemos tener especial cuidado en saber educar a la mujer. Jamás debemos descuidar este principio, pues de él depende, en gran parte, con el mejoramiento de nuestro pueblo, su felicidad. La mujer es nuestra compañera, y como tal, y jamás como esclava, debe ser tratada. Elevándola, nos elevamos nosotros mismos”.

Por eso, el pensamiento y la obra de Juárez, permanece vigente hasta nuestros días, y precisamente cada veintiuno de marzo que celebramos un aniversario más de su natalicio; debemos comprometernos a estar a la altura de la dignidad de nuestro patricio; no solamente evocando su vida y su misión, sino fortaleciendo e impulsando a nuestra niñez y juventud, ya que si bien hoy no sabemos lo que podrá ser mañana el hombre más oscuro; si podemos y debemos señalar la senda a nuestros jóvenes, asegurándoles un futuro cierto y digno; como dejo dicho nuestro prócer: “Que aprendan a filosofar, esto es, que aprendan a dudar el porqué, o la razón de las cosas para que en su tránsito por este mundo, tengan por guía la verdad y no los errores y preocupaciones que hacen infelices y desgraciados a los hombres y a los pueblos”, también debemos acatar el exhorto de mantenernos en la honrada medianía de los ingresos que la ley nos marca, ya que “La respetabilidad del gobernante le viene de la Ley y de un recto proceder y no de aparatos y trajes militares propios para los reyes del teatro”.
¡Salve Juárez! Sol del Equinoccio que sigue refulgiendo sobre la República.
Raúl de Thesy y RR.
versar 58@hotmail.com.

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas