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El doctor Sócrates, aniversario luctuoso

 El doctor Sócrates, aniversario luctuoso

Nació el 19 de febrero de 1954 en Belém de Pará, Brasil, como Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira. Murió en Sao Paulo el cuatro de diciembre de 2011 ya conocido con el nombre que le fue referencial: el doctor Sócrates.

El nombre de Sócrates es aun mencionado como parte de las grandes generaciones de futbolistas que distinguieron al futbol brasileño, cuando la selección carioca imponía respeto y temor; al mismo tiempo que era un deleite, un espectáculo el verlos jugar. La época del jogo bonito, la verdeamarela que jugaba a ritmo de zamba.

Se le recordará como parte de la selección que disputó los campeonatos de España 82 y México 86. Aquella selección de magos que pasó a la historia bajo la dirección de Telé Santana. El representativo amazónico al que sólo le faltó ser campeón. Fuera de eso, a esa selección se le compara en virtuosismo con la del Brasil del México 70, los extraterrestres vestidos de futbolistas.

Tal vez su afición al tabaco y al alcohol minen un poco su prestigio personal, pero en lo deportivo no hay discusión a la hora de colocarlo en el pedestal destinado sólo a los grandes. Una cosa es cierta, el doctor Sócrates, desde mucho antes de su partida final, ya estaba en el sitio de los inmortales.

Pero de Sócrates Brasileiro hay mucho más de qué hablar. Su actitud fuera de la cancha lo colocaba como un idealista social. Admirador de los grandes libertarios modernos de Latinoamérica, Fidel Castro y el Ché Guevara, disfrutaba también de la música y del activismo del ex beatle John Lennon. Haber vivido durante la dictadura militar brasileña lo marcó.

Ante la cadena BBC declaró en julio de 2010: “La gente me dio el poder como un futbolista popular… si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos”. La actitud de un idealista. “Lo mejor que el futbol me dio fue conocer a todo tipo de seres humanos, los que lo tienen todo y los que han sufrido muchísimo. Las dos caras de la sociedad en que vivimos”.

Murió en su propio consultorio. Sí, de verdad era doctor. Sólo que no ejerció sino hasta después de retirarse del deporte en 1989. Hay algo más que debe rescatarse de su legado: Se negó a jugar futbol de manera profesional hasta no haber concluido sus estudios de medicina. Por eso inició su brillante carrera con el balón hasta los 25 años. 

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