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El cocodrilo que resistió la furia humana

 El cocodrilo que resistió la furia humana

“Raúl El Chato”, un cocodrilo de río de 300 kilogramos y oriundo de Las Lauras (Acapetahua), resistió los machetazos y balazos que le propinó la población, debido a que su presencia causó inquietud entre los habitantes, por lo que tuvo que intervenir personal del Zoológico “Miguel Álvarez del Toro” para que lograra sobrevivir, aun y cuando presentaba lesiones considerables.

Ernesto Eduardo Perera Trejo, curador del Museo Cocodrilo en el ZooMAT, informó que el ejemplar fue rescatado en febrero de 2007, después de la interacción que hubo con los habitantes y con la forma poco ortodoxa con la que fue capturado.

“El animal, vamos a llamarlo así, había sido ayudado por una persona de esta comunidad para lograr escapar del sitio donde había quedado horas antes, y se ganó tiempo para poder llegar en su auxilio”, dijo.

Una vez que llegó al zoológico, se le aplicó medicina especializada y también fitoterapia (la utilización de plantas para sanar una enfermedad) para que pudiera recuperarse. En la actualidad, Raúl El Chato goza de buena salud pero las lesiones con las que se quedó imposibilitan que pueda regresar a la vida libre.

Mantener a la especie

Este cocodrilo de río se encuentra en un anexo y ayuda al personal del ZooMAT en el esquema de educación ambiental para sensibilizar a parte de los visitantes de la importancia que tienen en el ecosistema pero, también, para mostrar los trabajos que se hacen en materia de conservación.

Raúl El Chato se enfrentó a los machetes, palos y armas de fuego, maltrato que le provocó que perdiera un ojo y la parte del otro párpado sufrió un daño considerable. Aunque se encuentra bien de salud (consume alimentos, tiene un espacio adecuado y un estanque), el especialista remarcó que esta situación refleja la falta de información en la parte social respecto de la importancia de los cocodrilos.

“Al desconocer todo esto se levantan muchos prejuicios sobre las personas, hacia los animales, sobre el mismo trabajo que realiza el zoológico”, no obstante, es importante que las comunidades, sobre todo donde hay más presencia de los cocodrilianos, conozcan el contexto de estos organismos, desde su funcionamiento hasta la conservación.

Raúl El Chato, que mide unos cuatro metros de largo, tiene la base de la cola desviada. Es una lesión que tenía antes de que fuera agredido, esa falta de movilidad pudo facilitar que las personas lo pudieran atrapar.

Redaccion Diario de Palenque

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