ALGO MÁS QUE PALABRAS

 ALGO MÁS QUE PALABRAS

Víctor CORCOBA HERRERO/ Escritor

 

Nos hemos globalizado, ahora nos falta fraternizarnos. Es nuestra gran asignatura pendiente. Esto tampoco es nada nuevo, hace muchos años cuando se crearon las Naciones Unidas, un orbe conmocionado salía de un campo de batalla tan devastador que los líderes mundiales, se propusieron diseñar otros horizontes de entendimiento, donde gobernase la escucha y no el conflicto. En efecto, el momento actual nos demanda, en un mundo altamente interconectado, que aminoremos las tensiones y ensanchemos la diplomacia con abrazos sinceros, haciendo de la amistad social un estilo de vida cotidiana. Desde luego, el papel afectivo será efectivo, si la atención a las necesidades de los demás es positiva y leal, respetuosas con los derechos humanos; pues, el amor fraterno, va más allá de toda pertenencia, tiene que llegar a ser un auténtico latido en permanente servicio y un modelo a cultivar.

 

Naturalmente, en este principiante mandato universal se debe producir un innovador diálogo interactivo, que busque inyectar más confianza en internet, reducida la brecha en beneficio colectivo, sobre todo con vistas a la juventud y a las generaciones futuras, de manera especial en cuanto a la gobernanza de la Inteligencia Artificial, aplicada con la sabiduría del corazón, para una comunicación plenamente humana. Esto debe hacernos tomar conciencia, un aspecto a menudo descuidado en la mentalidad moderna y, sin embargo, esencial para el avance personal y social. Por este motivo, en los debates sobre la reglamentación del conjunto de tecnologías, se debería tener en cuenta la voz de toda la ciudadanía, incluidos los pobres, los excluidos, así como tantas otras gentes que, a menudo se quedan sin ser escuchados, en los procesos decisionales globales.

 

Por otra parte, la inteligencia artificial sin gobernanza es una amenaza para la democracia. Son estos derechos y valores democráticos los que están siendo atacados constantemente. El espacio cívico está disminuyendo hasta el extremo que las libertades se están erosionando, mientras crece la desconfianza y la polarización se intensifica. Desde luego, en ese principio universal hay que poner sentido común y deseos de cambiar de vientos, que han de ir desde el mantenimiento y la consolidación de la paz, hasta el desarme y las reformas del Consejo de Seguridad. Sea como fuere, no podemos continuar bajo el riesgo de que estalle una guerra nuclear o que las principales potencias entren en conflicto, deben amainar los huracanes para resolver los problemas, antes de que estas contrariedades nos atormenten.

 

Redaccion Diario de Palenque