Cancel Preloader

Taller Leñateros

 Taller Leñateros

Al colectivo editorial Taller Leñateros le preocupa la producción industrial de papel, la tala de árboles, la marginación de las culturas indígenas, la falta de presupuesto para hacer libros con materiales reciclables y el intento de desalojo que viven en su sede de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas.

Sin embargo, con la reciente distinción como ganador del Premio Nacional de Artes y Literatura 2021, en el campo de Artes y Tradiciones Populares, llega un respiro para retomar su paso.

“Para mí significa que nos reconocen el trabajo que hacemos por el medio ambiente y para no contaminar la ciudad”, expresa a Excélsior Petra Hernández, integrante del colectivo.

“Este premio es un reconocimiento a una labor de 47 años, que cumpliremos el próximo 22 de octubre”, completa Javier Silverio.

A lo largo de su historia, han pasado tres generaciones de leñateras y leñateros, y su origen fueron dos ideas. La primera “es reivindicar y enaltecer el arte maya y de nuestros pueblos originarios, de su cultura, ya que después de la conquista hubo mucho racismo, que aún sigue en pie, así que la expresión era muy marginal, pero poco a poco hemos salido a la luz pública”.

“Ahora se cataloga nuestro trabajo como contemporáneo, con el que reconocemos y honramos el arte de nuestros pueblos, antes de la conquista, pero seguimos vivos, expresando nuestras propias lenguas”, explica Javier Silverio.

La segunda, es crear obras literarias sin contaminar y sin destruir árboles, “porque el papel que venden en papelerías y en la industria del libro sigue talando más y más árboles”, lamenta.

“Pero nosotros recuperamos esos árboles ya talados, al reutilizar el papel desechado y convertirlo en libros, cuadernos, revistas y así le volvemos a dar vida”, apunta. Pero el taller —integrado por 15 artistas de origen tzotzil, maya, tzeltal y zapoteca— no sólo recicla papel, aclara Petra Hernández.

“También editamos libros, como Conjuros y ebriedades de mujeres mayas, que incluye cantos en maya y tzotzil, que forma parte de la colección permanente del Museo Nacional de Mujeres en el Arte, de Washington.

En total, el taller ha realizado 20 libros y cuenta con títulos como Bolom Chon, sobre el tema del jaguar, y Diccionario del corazón, con grabados del chileno Naúl Ojeda, y texto del antropólogo Robert M. Laughlin.

Además, tienen en puerta publicar Mamá Luna, nene Sol, que muestra la tradición oral del pueblo maya-tzotzil sobre la creación del Sol, y que empezarán a trabajar en cuanto reciban el monto del premio.

El Taller Leñateros nació en 1975 para crear libros, grabados, postales, libretas y afiches con papel que ellos mismos elaboran a partir de material reciclado y de fibras naturales, como hojas de plátano y pencas de maguey.

“No nos habían dicho el monto del premio, pero con eso vamos a sacar nuestro libro, porque no tenemos recursos y necesitamos 400 o 500 mil pesos para sacar la edición”, apunta Javier Silverio.

¿Cómo observan el despliegue del mundo editorial en el siglo XXI?, se le pregunta a Javier Silverio.

“Lo vemos con preocupación. No sé si aún sea así, pero nos tocó ver, hace años, que varias editoriales recibían subsidios del gobierno, o que casi les regalaban el papel para producir grandes cantidades (de libros), y, como no vendían, esos lotes terminaban en los remates.

“Nos encanta que haya más libros y que todo mundo escriba. Eso es fundamental para nuestra nación, pero hacerlo con una tendencia tan comercial y depredadora deja mucho que desear, no sólo en México, sino también en otros países”.

En todo caso, afirma, “nosotros no estamos en esa lógica de la explotación y del ganar por ganar, sino de ser responsables y amigables con el medio ambiente y con nuestra madre Tierra”, aclara.

Finalmente, Javier Silverio aborda el tema del avasallamiento de los pueblos indígenas durante la llegada de los españoles.

“Lo más significativo para nosotros, como hacedores de libros, es que la conquista acabó con la mayoría de las expresiones de libros que tenían nuestros pueblos”, como sucedió en Yucatán (con Diego de Landa)”, critica Javier Silverio.

“Así que al estudiar el pasado, el primer sentimiento que nos despierta es el odio, pero lo importante, ahora, es luchar para que se visibilice nuestra cultura”, concluye.

Piden apoyo para frenar su desalojo
El colectivo hizo un llamado al Poder Judicial de la Federación y a la Secretaría de Cultura, que encabeza Alejandra Frausto, para resolver el intento de desalojo que padecen desde abril pasado.

Pues, aunque adquirieron el inmueble que ocupan desde hace 40 años, en la calle de Flavio A. Paniagua 54, Barrio de Guadalupe, a cuatro calles del Parque Central de San Cristóbal de las Casas, los herederos del vendedor tramitaron algunos recursos legales bajo el argumento de que sólo se hizo un contrato de arrendamiento en marzo de 2017.

Las autoridades de Chiapas resolvieron en favor del taller, pero los quejosos acudieron ante un juez federal, el cual indicó que se habían violado los derechos humanos de los herederos, por lo que hizo una nueva sentencia y estableció cinco días para abandonar el inmueble.

“Las personas que nos apoyan a nivel jurídico se ampararon y ahí está el proceso.

A ver cómo se resuelve, pero los abogados nos dicen que ahí hay corrupción”, explica Javier Silverio.

— Juan Carlos Talavera

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas