Obras de arte que inspiraron ‘El juego del calamar

 Obras de arte que inspiraron ‘El juego del calamar

La brutal y sádica historia de El Juego del Calamar (Squid Game), la más reciente joya de Netflix, tiene varios elementos que la han convertido en la producción más vista en todo el mundo, sin embargo, no se puede dejar de hacer una mención especial al impacto visual y los detalles que este k-drama ha plasmado en cada escenario que la vuelven cautivante y placentera. 

Simetrías, juegos de colores (en sentido literal y figurado) y el arte óptico usado en la historia dirigida por Hwang Dong-hyuk acompaña y obliga a los espectadores a ser partícipes de la trama mientras le toca fibras emocionales. 

Y es que esta obra maestra coreana deja ver su influencia en otras piezas magníficas que, llevadas de la mano de Chae Kyung-sun (directora de arte de Squid Game), hacen explotar la cabeza de los televidentes. 

Las escaleras

Al pensar en los escenarios de El juego del calamar quizá lo primero que se nos viene a la mente es el escenario de “Luz verde, luz roja”, con la muñeca vigilante, pero también las revueltas y coloridas escaleras por las que los jugadores eran trasladados del dormitorio a un juego, o bien las que usaban los hombres de rojo. 

Los “más fijados” han señalado que este mismo escenario ha sido inspirado en la obra “Relatividad” de M.C. Escher, conocido en el mundo del arte como el maestro de las figuras imposibles, las ilusiones ópticas y los mundos imaginarios. 

Aquí puedes ver las similitudes de las escaleras que están interconectadas en una simetría que a su vez es caótica. 

No obstante, otros más señalan que la influencia más bien proviene del inglés Lewis Carroll y su obra Alicia en el país de las maravillas y las imágenes surrealistas que recrea en la trama que recuerda a laberintos y el estar dentro de un sueño, muy ad hoc a la trama de pesadilla que vive cada uno de los personajes. 

Otros más también aluden que esta escena está inspirada en la Muralla Roja de Calpe, en España, un edificio creado por el arquitecto Ricardo Bofill Levi cuyas tonalidades van del rojo al azul violeta y que entre escaleras, pasillos y puentes conectan cada uno de los espacios. 

La cena 

Otro de los escenarios más significativos es en donde se lleva a cabo la cena de los tres finalistas, que guarda muchas similitudes con la obra The Dinner Party de Judy Chicago, un ícono importante del arte feminista de la década de 1970. 

La mesa original está compuesta de una forma triangular con un total de 39 asientos, cada uno conmemora a una mujer importante de la historia. Además tienen cálices,  utensilios de oro y platos de porcelana, mientras que los nombres de otras 999 mujeres están inscritos en oro en el piso de baldosas blancas debajo de la mesa triangular. 

Esto a su vez representa una gran ironía, pues cabe apuntar que al final sólo Kang Sae-byeok (número 067) es la única mujer en llegar a la final, esto aunado a que a lo largo de la trama está muy marcado el machismo, pues a las participantes mujeres se les ve como estorbo en los juegos, como personas débiles y únicamente funcionales para satisfacer el deseo sexual. 

Los juegos

La serie también trata de jugar con los espectadores, y habrá quienes no se hayan dado cuenta, pero los creadores de esta producción dieron pistas sobre los juegos que se llevarían a cabo, mismos que estaban dibujados en las paredes del gran dormitorio de los participantes. Esto fue más obvio conforme la habitación se fue quedando sin jugadores. 

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Detrás de cada uno de los sets en donde se realizan los juegos también hay ambientes coloridos y “acogedores”, escenarios que contrastan con las verdaderas y crueles intenciones que hay detrás de cada uno de ellos.  

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La mezcla entre la realidad y la ficción logra su consumación cuando los participantes deben jugar a las canicas, en donde además de poder ver la recreación de las calles de un barrio coreano y la puesta de sol, al mismo tiempo los competidores comienzan a sacar su lado más falso engañando a sus parejas para poder sobrevivir:

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  • Sang-woo (número 218) cuando le miente al pakistaní Ali (número 199) de que hay otra alternativa para que ambos puedan sobrevivir, al tiempo que le roba sus canicas por piedras. 
  • Seong Gi-hun (número 456) cuando le gana a Oh Il-nam (número 001) a base de mentiras. 
  • Ji-yeong (número 240) cuando le dice a Sae-byeok (número 067) que es mejor jugar al último momento, pero ella impone el juego y la deja ganar al decirle que al menos ella tiene algo por qué salir del juego. 

Finalmente también están las figuras geométricas círculo, triángulo y cuadrado en las máscaras de los hombres de rojo, que muestra la jerarquía entre ellos y que es similar al de las hormigas, de ahí podría explicarse el color. 

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Aunque la historia, las actuaciones y la crítica al sistema capitalista son piezas claves que la vuelven una obra majestuosa, no se puede dejar de lado el arte que está impregnado en cada episodio.

Redaccion Diario de Palenque