Cancel Preloader

Mundo Tlacuache – Pan y palo

 Mundo Tlacuache – Pan y palo

Por Agustín Ramírez

Hace ya 18 años que vivo en el sureste de México, del intransitable mundo del entonces Distrito Federal pase a vivir en el trópico más exótico del país. Hay muchos Méxicos y la verdad el que esta en Chiapas ha sido demasiado trágico.

Ahora con la aparente insubordinación de los migrantes, mayoritariamente haitianos, los ojos del mundo se vuelcan a Tapachula y alrededores porque la Guardia Nacional cumple con un mandato presidencial e instrucciones de cooperación con Estados Unidos.

Ante la salida/caída de Trump, Centroamérica pensó que los tiempos de cruzar México sin problema o restricción habían vuelto: error.

La pandemia de covid y la atractiva limpieza de refugiados en el sur de Estados Unidos hicieron que la administración Biden les pidiera tiempo para controlar la crisis sanitaria. Los ilegales, quienes están en parte desesperados y también ahogados en un mar de ‘merecemos su ayuda’ han violentado el humanismo del Gobierno Federal para que entren a México.

No se si sea por los reflectores o por verdadero apoyo, el primer mandatario accedió a seguir dejándolos pasar, pero ahora ya formalmente, a esperar, a quedarse en un lugar donde les dan asistencia. Duele decir que es difícil tenerlos en condiciones casi acinadas, por no decir deplorables, pero la situación ni siquiera esta bien para la población nativa de este país.

Estamos atravesando la tercera ola de covid y el libre transito de personas sin la mínima protección hace potencialmente peligrosas las caravanas.

La tolerancia ante los deseos de progresar y una vida mejor no debería tener limite, pero cuando decides usar la violencia para llegar a ella, estando en otro país, estando en territorio ajeno, cuando no estas en tu casa, se materializa ese limite y no hay de otra.

No culpo a López Obrador o a Estados Unidos el querer tener retenidos a los migrantes, por sentido común es lo mínimo que se puede hacer. México tiene acuerdos con la ONU que ha respetado en muchas ocasiones cabalmente, y por eso no ha cerrado la frontera, porque esa es la opción natural: un despliegue militar digno de las provocaciones entre México y Guatemala durante el mandato de Adolfo López Mateos que casi terminan en guerra.

Hasta parece el muro que soñó Donaldo Trompas, pero esta vez va más allá. Es por salud.

Y sumámosle todo lo anterior, las manzanas podridas que los mismos migrantes reconocen en sus filas y que han dado problemas no solo en Palenque, sino en la ruta que siguen para tratar de llegar a la USA.

No hay de otra para los migrantes, hasta parecen tiempos del régimen de López Mateos, pero aplicados a los ilegales, cuando decían, citando un documental de Enrique Krauze, que había dos cosas solamente que daba el gobierno: Pan y palo.

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas