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CUANDO LA SABIDURÍA SE CONVIERTE EN MALDICIÓN

 CUANDO LA SABIDURÍA SE CONVIERTE EN MALDICIÓN

Ptr. José Enrique Jiménez Blandón

Es un grato privilegio poder saludarte por este medio y al mismo tiempo desearte bendiciones abundantes de parte de Dios. Estamos orando por todos nuestros amables lectores que continuamente nos leen.

Ahora bien, la reflexión de esta ocasión está basada en 1 Reyes 4: 29 que dice: “Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y tan dilatado corazón como la arena que está a la orilla del mar”.

Salomón es conocido como uno de los hombres más sabios de la Tierra. La Biblia dice que “para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de parte de todos los reyes de los países adonde había llegado la fama de su sabiduría” (1 Reyes 4: 34). La sabiduría es un talento confiado por Dios para ser administrado en favor de su iglesia, la sociedad y la familia, pero cuando se torna un fin en sí misma, deja de ser una bendición y pasa a ser un Dios de barro que llena de orgullo al corazón humano.

En la vida de Salomón hubo tres etapas bien definidas. Los primeros años, cuando todavía era joven, buscaba a Dios como la única fuente de poder. En esas horas solitarias con Dios, el Señor le dijo: “Pide lo que quieras que yo te dé” (cap. 3:5). Salomón podía haber pedido riquezas, gloria y fama, pero pidió sabiduría para ser un líder justo para su pueblo. Sin embargo, el versículo de hoy dice que “Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y tan dilatado corazón como la arena que está a la orilla del mar”.

La segunda etapa de la vida de Salomón fue triste y vergonzosa. La sabiduría trajo junto con ella riqueza, gloria y fama, y el joven que un día había vivido una vida maravillosa de comunión diaria con Dios, no supo convivir con las luces del éxito. Se apartó de quien era el único capaz de sustentarlo. La gloria terrestre trajo el sentimiento de que él era una estrella y la fama lo hizo sentirse todopoderoso. ¿Para qué buscar a Dios si se tiene todo? ¿Para qué depender de alguien si no nos falta nada de lo que los sentidos buscan?

Sin Dios, la sabiduría, un talento que el Creador le había confiado, llegó a ser una maldición. Nada puede satisfacer en la vida mientras Dios está ausente. Esa búsqueda loca y desesperada de cosas no es nada más que el grito humano llamando a Dios. La búsqueda desenfrenada del placer llevó a Salomón a sumergirse en las aguas profundas de la promiscuidad y los serios desvíos de conducta.

Pero un día llegó al final de la línea y entonces comenzó la tercera etapa de su vida. Desde el fondo del pozo clamó, y el Señor oyó su voz; Jesús siempre está listo para oír nuestro pedido de socorro. Gracias a Dios porque Salomón tuvo tiempo suficiente como para pedir auxilio y regresar a los brazos del Padre.

Este cuadro es posiblemente la historia de muchos que ahora leen estas líneas. Se han apartado del seno de la iglesia creyendo que lejos de ella encontrarían la felicidad. Han vagado de aquí para allá buscando nuevos y mejores horizontes y en vez de eso han encontrado lo mas triste y doloroso que puede experimentar el humano, estar lejos de Dios. Nosotros hemos sido creados para estar y depender de Dios.

No importa cuando lejos de Dios te encuentres ahora, no importa cuan bajo hayas caído, con todo eso Dios te ama y te acepta. Es de sabios reconocer y enderezar el camino. Que Dios te bendiga. Amén.

Redaccion Diario de Palenque

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