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Tren Parlamentario

Francisco Toledo, “un hombre del Renacimiento”, juzgó Porfirio Muñoz Ledo
VICENTE BELLO
El más grande artista de los últimos 50 años en México se asomó ayer en los territorios del Congreso de la Unión, a dos días de su fallecimiento. Francisco Toledo, el genio oaxaqueño, fue objeto el martes 10 de septiembre de 2019 de un homenaje póstumo, desde la tribuna, cuando todos se rendían ante su inmortalidad.
Dijo abril Alcalá Padilla, diputada del Prd: “No me lo van a creer, o tal vez sí, pero el presidente López Obrador les contestó, con todo respeto, que les hacía falta un baño de pueblo. Encabezando los firmantes del documento estaba Francisco Toledo (contra el Tren Maya)”.
El diputado del Pvem Roberto Rubio Montejo: “En la historia del arte mexicano y especialmente de Oaxaca hay un antes y un después de Toledo”.
Del Pes, la diputada Claudia Báez Ruiz: “Sufrimos la pérdida de una de las mentes más potentes, lúdicas y creativas del arte en el último siglo en el país. De una sensibilidad que reconocían y admiraban otros artistas: el maestro Toledo”.
El diputado del Mc Juan Espinoza retrató a Toledo, citándolo: “No me pidan que mi arte hable de tortura. No hay relación entre lo que hago como artista y la violencia que vivimos”.
El diputado del Pt Benjamín Robles: “A Toledo no le gustaban los reconocimientos porque a él le bastaba con sentir su cine club ochote lleno y vivo, obsequiando de proyecciones, de obras cinematográficas capaces de sacudir mentes y generar acción transformadora.
“Le bastaba con que los miles de libros del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, IAGO, que construyó, fundó y puso a disposición gratuita, estuvieran siempre abiertos y en uso incluso entre talleres en los que también él participaba.
“Le bastaba con ganar grandes batallas contra los descabellados proyectos gubernamentales que atentaban contra el medio ambiente, la alimentación y todos los derechos humanos.
“Le bastaba con coordinar y también financiar 45 comedores comunitarios durante cuatro meses que durante cuatro meses suministraron 193 toneladas de alimentos, así como frutas y verduras; 300 kilos de tortillas y cuatro mil piezas de pan cada día; 400 kilos de carne fresca y alrededor de 30 cajas de huevo blanco semanalmente para miles y miles de damnificados por los terribles sismos de septiembre de 2017, principalmente, como aquí se ha dicho, en el Istmo de Tehuantepec, y para que pudieran comer digna y sanamente cada uno de estos, los 120 primeros dolorosos días, luego de las tremendas y desgarradoras pérdidas humanas y materiales que sufrieron.
“Le bastaba a Toledo con evidenciar la brutalidad que hiere al pueblo de México y evidenciar la corrupción e ineptitud de aquellas instituciones del Estado que necesitaban una profunda transformación. Lo hacía, por ejemplo, volando papalotes con los rostros de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos”.
Por el Pri habló Ximena Puente: “El maestro Francisco Toledo representa uno de los artistas plásticos y pintores más representativos de la identidad de nuestros pueblos y comunidades.
“Y sus esculturas, pintura y gráficos lo llevaron a ser considerado el artista vivo más importante de México, y recientemente uno de los mexicanos creativos más importantes del 2019”.
El Pan, en voz de Dulce García: “Francisco Toledo ha sido uno de los artistas más completos de la historia del arte en México
“Fue un solo ser humano, pero parecía decenas de ellos. Fue en sí mismo muchos ciudadanos, se multiplicaba con su alma grande.
“México le extraña, lo hace, sobre todo, porque con su partida se fue un ejemplo, estamos tan necesitados de ellos, no de quienes dicen ser un ejemplo y se vanaglorian de ello y hacen todo para convencer a los demás de su valía, sino de ejemplos de verdad, mujeres y hombres cuya vida habla por sí misma, grita valores, grandeza, solidaridad. Que en paz descanse Toledo”.
Llegó entonces Porfirio Muñoz Ledo, quien dijo: “Se extinguió una vida luminosa, expresión sin par del México profundo, llenó como ninguno la premonición de la raza cósmica. Pancho Toledo no perecerá en la memoria de los mexicanos ni en la impronta universal del arte. El último de los grandes de nuestra inmensa tradición plástica, Rivera y Tamayo, pero sobre todo Orozco y Siqueiros.
“Nunca trabajó para lucimiento formal, más que un arte comprometido, fue una vida comprometida y una creación pluridimensional. Grabador, dibujante excepcional, pintor, escultor y ceramista. El Pablo Picasso de América. Pero también activista social, defensor de derechos humanos y amigo de los mártires. Inolvidable su homenaje solidario a las víctimas de Ayotzinapa. Fue impulsor de talentos oaxaqueños y nacionales. Un hombre del Renacimiento.
“Lo conocí en París, en 1965, siendo consejero cultural de México. Huraño y explosivo. En su inmensa cultura plástica habitaban Durero, Paul Klee, Sagal y Kandinsky.
“Transita de la lucha social, desde la Coalición Obrera Campesina y Estudiantil del Istmo, a la fama mundial.
“Albergaba una ilusión escondida: ser mejor autorretratista que Rembrandt y publicar, tal vez, un libro con las obras de los dos.
“Propongo a esta Cámara realizar esa ilusión de Toledo: una obra de los más grandes pintores de su tiempo, sueño fantástico, como él lo fue”.
Todos unánimemente juntos, en rededor de Toledo. Pero imposible no recordar que el Pri y el Pan rechazaron rotundamente en 2014 -año, por cierto, de la reforma energética- se le impusiera al genio oaxaqueño la medalla Belisario Domínguez. Ayer, estos dos grupos políticos, que en realidad han sido uno, utilizaron al pintor fuera de serie para golpear a Amlo, restregando en tribuna que el oaxaqueño siempre se negó al Tren Maya.

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Redaccion Diario de Palenque

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