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Tren Parlamentario

Las batallas simuladas del Pan

VICENTE BELLO

En la reforma a la Ley Orgánica del Congreso General del 3 de septiembre de 1999, la mesa directiva de la Cámara de Diputados pasó de una periodicidad de un mes a un año, y mandató la mayoría que lo aprobó (Pri, Pan y Prd) que fuese presidida por los tres partidos mayoritarios con representación en orden descendente: el primer año, por el de más diputados; el segundo, por el que le sigue, y el tercero por el de la tercera fuerza.

En todos estos años, fueron el Pri y el Pan los partidos más favorecidos con la presidencia de la mesa directiva.

Cómplices como han sido éstos dos, en cuatro ocasiones cuando menos se pasaron a “chingar” al Prd, que entonces tenía el vigor de la militancia de la gran mayoría de quienes ahora conforman el partido Morena.

Pri y Pan se ponían de acuerdo. El primer año siempre fue para el Pri; el segundo, para el Pan. Y el tercero… el Pri y el Pan lo partían a la mitad: dejaban la mitad del año al Prd y cerraba el Pri o el Pan, según conviniera políticamente a esta pandilla de políticos pillos y ladrones.

Ahora el Pan está chillando porque Morena ha comenzado el trámite (la presentación de una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Congreso General)  para que la mesa directiva de la Cámara de Diputados sea presidida los tres años por el partido político que haya alcanzado la mayoría absoluta, como ha sido el caso en esta Legislatura de Morena, cuyo número de diputados rebasa sin problema la mitad más uno (251 legisladores), con lo que alcanza fácilmente los votos para poder reformar cualesquiera ley secundaria.

En su desesperada y no menos alocada salida por frenar lo que ya vendría en septiembre (la reforma de la Ley Orgánica), un vociferante presidente nacional del Pan, el ex diputado federal Marko Cortés Mendoza echó un grito a los cuatro vientos diciendo que si Morena reforma la ley de marras entonces “nos estaría llevando a una parálisis legislativa a partir del próximo periodo ordinario de sesiones, que inicia el 1 de septiembre”.

Esto lo dijo ayer, en una conferencia de prensa, flanqueado por Juan Carlos Romero Hicks, quien funge como coordinador de la fracción panista de San Lázaro.  Y sostenía: “Todos los legisladores, incluidos la fracción mayoritaria de Morena, al inicio de esta legislatura protestaron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. Nosotros esperamos que honren su promesa ante los ojos de la Nación y respeten la ley y la legalidad”.

E incluso Marko dijo: “El párrafo séptimo del artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso señala que la Presidencia de la Mesa Directiva, en el segundo y tercer años de la Legislatura, la ocuparán, en orden descendiente, los dos grupos parlamentarios mayoritarios que no la hayan ejercido”.

Para cínicos, los del Pan. Y desmemoriados.  Fueron ellos, los panistas durante todos estos años, quienes junto con los priístas escamotearon a ultranza al entonces partido más representativo de las izquierdas, el Prd, del derecho de presidir la mesa directiva de la Cámara de Diputados.

No tenían ni el Pan ni el Pri la mayoría absoluta, aunque en los hechos la conseguían, porque eran aliados por antonomasia a la hora de votar leyes que terminaban siendo contrarias al interés de la población.

En 1997, cuando en la 57 Legislatura la izquierda representada principalmente por el Prd acabó con la mayoría absoluta, que durante décadas ostentó el Pri,  comenzó una era de partidos de minorías.

En el primer año de aquella 57 Legislatura, gracias al genio político de Porfirio Muñoz Ledo (fue entonces diputado federal del Prd, como lo es ahora de Morena) la oposición se alió políticamente y conformaron un grupo contrario al partido que detentaba la presidencia de la República, el Pri. Un grupo opositor que el Pri apodó como “bloque opositor”.

No duró mucho el bloque opositor porque el Pri terminó corrompiendo al Pan. Rompió la alianza opositora aquella (entre el Prd, Pan, Pt, Pvem) justo cuando el Pri comenzó a hacer las primeras intentonas para el rescate de los bancos con dinero del pueblo.

Súbitamente un priísta presentó al Pleno de la Cámara de Diputados, el 28 de abril de 1998) una iniciativa de reforma en la que, en un párrafo perdido en una ley del sistema bancario proponía el rescate de los bancos con dinero público.

Por poco y pasaba sin que la oposición se percatara del venenoso dictamen. Pero un diputado del Prd lo descubrió y alertó al Pleno. La voz de alerta dada aquella ocasión todavía se la disputan los entonces diputados del Prd Dolores Padierna Luna y Alfonso Ramírez Cuéllar, por cierto hoy otra vez diputados federales por Morena. Diputados muy prominentes, porque ella es vicepresidenta de la mesa directiva y él es presidente de la comisión más poderosa del Congreso de la Unión: la de presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados.

El Prd arrancó al Pan la máscara de opositor definitivamente el 12 de diciembre de ese mismo año, 1998, cuando junto con el Pri votó la aprobación del Fobaproa (la conversión de una deuda privada, la mayoría de grandes contribuyentes y de los mismos bancos) agarradito de la mano del Pri y el Pvem.

Desde entonces el Pan sólo simula que es oposición. Y disputa la mesa pretendiendo no para ser contrapeso leal al interés nacional, sino para frenar al movimiento que alcanzó el poder hace un año.

 

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Redaccion Diario de Palenque

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