Cancel Preloader

Colorario

RAÚL CONTRERAS BUSTAMANTE
El ISSSTE en crisis
El problema que atraviesa el Instituto es el mismo que padece todo el sector salud
El concepto de la seguridad social surge con la creación de los derechos sociales, que fueron concebidos –por primera vez en la historia– en la Constitución de México de 1917.
En nuestro país, las instituciones fundamentales de la seguridad social son: el IMSS y el ISSSTE.
De manera reciente, en una comparecencia ante el Senado de la República, un funcionario encargado de la administración y finanzas del ISSSTE dijo que dicha institución se encuentra en “quiebra financiera”. A decir del funcionario, los pasivos del Instituto aumentaron de 8,294 millones de pesos en 2017, a 18,917 millones de pesos, que representa un incremento de 128%, lo que afecta la disponibilidad presupuestal y el flujo de efectivo en 2019.
Lo cierto es que existen datos que indican que las reservas del Instituto ascienden a más de 96 mil millones de pesos. Lo que contrasta de manera radical la idea de la bancarrota predicada. El problema que atraviesa el ISSSTE es en mucho el que padece todo el sector salud y consiste –entre otros aspectos– en un rezago de inversión en infraestructura, adquisición de equipo médico, así como en la creación de plazas, que se ha sustituido mediante esquemas de contratación de servicios subrogados. Para nadie es un secreto la alta saturación en sus instalaciones que impacta la calidad que los derechohabientes reciben.
Alrededor de nueve millones 200 mil personas se encuentran afiliadas al ISSSTE. Al inicio de esta administración se eliminó el seguro de gastos médicos mayores con el que contaban los servidores públicos de mandos medios y superiores del gobierno, que afectó a cerca de 695 mil servidores públicos.
Con lo anterior, el número de personas que, desde entonces, deben atenderse en el ISSSTE ha aumentado considerablemente, más si se toman en cuenta los familiares de los trabajadores que perdieron el seguro de gastos médicos mayores. Una parte importante de estos derechohabientes requiere consultas especializadas.
Y es justo la atención médica especializada uno de los grandes retos que el ISSSTE enfrenta. A decir del propio director del Instituto, faltan especialistas para atender enfermedades crónicas y adultos mayores, como geriatras, reumatólogos, urólogos, gastroenterólogos, nefrólogos, entre otros.
Con lo hasta aquí expuesto, es claro que nuestras instituciones de seguridad social necesitan ser fortalecidas. La apuesta debe ser por un diagnóstico serio de la situación que verdaderamente atraviesan, con mesura
y responsabilidad.
Aunque se tengan las reservas financieras del Instituto, considero que no deben ser utilizadas para el gasto de operación, contratación de personal y la construcción de infraestructura que hace falta. El ISSSTE debió recibir del Presupuesto de Egresos los recursos financieros necesarios para brindar un servicio de calidad a los trabajadores del Estado. No se trata de ahorrar por ahorrar, sino de redirigir el gasto social hacia donde hace falta.
Toda acción que impacte el quehacer de las instituciones debe ser debidamente planeada y tomar en cuenta la carga presupuestal lógica que las nuevas medidas requieren. Es tiempo, además, de fortalecer la mejor política pública de salud, que es la atención preventiva, o de lo contrario, la atención curativa, tarde o temprano, colapsará.
Como Corolario, un principio general de derecho: “Cualquiera puede mejorar, pero no empeorar la condición de otro”.

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas