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Museo en Austin inaugura exposición sobre violencia racial en Texas

 Museo en Austin inaugura exposición sobre violencia racial en Texas

En Texas se produjeron algunos de los peores episodios de discriminación racial en contra de mexicanos en la historia de Estados Unidos.
El Museo Bullock de Historia Estatal de Texas, en Austin, inauguró este fin de semana la exposición “Vida y Muerte en la Frontera 1910-1920”, que explora una década de violencia en esta entidad.
En Texas se produjeron algunos de los peores episodios de discriminación racial en contra de mexicanos en la historia de Estados Unidos.
La exposición, que estará abierta hasta el 3 de abril próximo, muestra fotografías, documentos, periódicos, historias familiares, relatos de testigos y algunos raros y apreciados artefactos, como una silla de montar que perteneció a Pancho Villa, y una página decodificada del Telegrama Zimmerman.
Personal a cargo de la exposición explicó que la muestra ofrece un reexamen y una nueva perspectiva sobre un difícil capítulo de la historia de Texas, en el que también ocurrió el surgimiento de la Revolución Mexicana y la Primera Guerra Mundial.
La violencia contra los mexicanos en Texas estimularía el movimiento por los derechos civiles de los méxico-americanos e inspiraría un renacimiento de la literatura, el arte y la música a lo largo de la frontera entre Texas y México.
“Estamos orgullosos de haber organizado esta exposición, que examina de cerca una década importante en la historia de Texas y de México”, dijo Victoria Ramírez, directora del Museo Bullock de Historia Estatal de Texas.
La exposición fue montada con la colaboración de un grupo de historiadores hispanos que trabajan en el Proyecto “Negándose a Olvidar”, orientado a colocar en la memoria pública de Estados Unidos las matanzas de mexicanos registradas a manos de los “Rangers de Texas”, entre 1910 y 1920.
De 1910 a 1920, los Rangers o vigilantes mataron a cientos, posiblemente a miles de mexicanos y texanos de origen hispano residentes del sur de Texas.
Algunas de las víctimas eran bandidos o revolucionarios mexicanos que delinquían en el lado estadunidense, pero muchos de ellos fueron personas inocentes atrapadas en el fuego cruzado.
“Los académicos del Proyecto ‘Negándose a Olvidar’, introducen una nueva perspectiva en la exhibición y reúnen 65 artefactos de 20 individuos y prestamistas institucionales”, explicó Ramírez.
La exhibición ilustra la vida cotidiana en la región fronteriza a principios del siglo pasado mediante ropa, fotografías familiares y objetos cotidianos.
Mientras tarjetas postales, artículos de periódicos y relatos de testigos, documentan la violencia a manos de los Rangers de Texas, que experimentaron muchos residentes de la región.
Durante la década de 1910-1920, gran parte de la atención de los estadunidenses se centró en el extranjero en los desarrollos de la Primera Guerra Mundial, pero al mismo tiempo la frontera entre Texas y México experimentaba un brutal conflicto.
En los albores del Siglo XX ferrocarriles y carreteras trajeron más colonos anglos a Texas y los terratenientes de origen mexicano perdieron miles de hectáreas de terrenos. Esto, junto con la rebelión contra el gobierno en el norte de México, dio lugar a la agitación política y económica.
En el momento en que estalló la Revolución Mexicana en 1910, las tensiones habían aumentado y la violencia se había derramado sobre la frontera en Texas.
Las personas de ascendencia mexicana fueron vistas cada vez más como potenciales amenazas a la estabilidad nacional y estatal, y se convirtieron en los objetivos de algunos de los peores episodios de violencia sancionada por el Estado en la historia de Estados Unidos.
El gobernador de Texas, James Ferguson, hizo un llamado a los Rangers de Texas para restaurar el orden en la frontera.
Alrededor de 1915 los Rangers fueron enviados a deshacerse de los revolucionarios mexicanos percibidos en Texas como alborotadores. Sin embargo, de acuerdo con los historiadores, los Rangers y demás autoridades mataban a cualquiera que consideraran sospechoso.
Los Rangers carecían de reglas y regulaciones. Sus filas estaban conformadas por hombres de distintos orígenes que recibían escaso sueldo y que estaban a la voluntad caprichosa del gobernador.
La situación llegó a tal grado que en 1919 la legislatura de Texas se vio forzada a intervenir, e investigó algunas de las matanzas, tomó testimonio de los residentes locales y ordenó que las filas de los Rangers fueran reducidas en número.
La exposición en el Museo Bullock ilustra con fotografías la militarización de la región fronteriza de Texas durante ese periodo. “Vida y Muerte en la Frontera 1910-1920” estará en exhibición hasta el próximo 3 de abril en la Galería de la Rotonda en el Museo.

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