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La buena noticia del domingo

 La buena noticia del domingo

Ante la pregunta que le hizo un joven al Papa Francisco, sobre si los cristianos debemos involucrarnos en la política el Papa le contestó: “Es un deber, una obligación del cristiano, involucrarse en la política aunque sea “demasiado sucia” porque al estar en ese ámbito se puede trabajar por el bien común. El Papa explicó que “involucrarse en la política es una obligación para un cristiano. Nosotros no podemos jugar a Pilato, lavarnos las manos: No podemos”.
“Debemos inmiscuirnos en la política porque la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Y los laicos cristianos deben trabajar en política”, aseguró el Santo Padre ante los miles de niños y jóvenes presentes.
“Alguno me dirá ‘pero no es fácil’. Tampoco es fácil llegar a ser sacerdote. No son cosas fáciles porque la vida no es fácil. La política es demasiado sucia pero yo me pregunto: ¿por qué es sucia? ¿Por qué los cristianos no se han involucrado con su espíritu evangélico?”
El Santo Padre señaló además que “es fácil decir ‘la culpa es de aquel’… pero yo, ¿qué cosa hago? ¡Es un deber! Trabajar por el bien común es un deber de un cristiano! Y muchas veces para trabajar el camino a seguir es la política”.
Hoy en nuestro país llegamos a una jornada electoral en una de las situaciones más complicadas del país. El descrédito de un presidente que ha perdido el rumbo, en medio de una gran crisis económica. Un presidente fabricado por Televisa que perdió el rumbo, el día de la desaparición de los 43 normalistas de Iguala  y que se ha venido complicando su imagen con los escándalos de corrupción por la llamada “Casa Blanca” y otros escándalos de corrupción de sus colaboradores más cercanos. Un pueblo a merced de la violencia y la inseguridad que no cree que en una elección se van a resolver los problemas del país y un sector magisterial manifestándose en contra de lo que ellos llaman “La Farsa Electoral”.  En nuestro estado de Chiapas, los signos de una “Elección de Estado” donde apunta al uso de los recursos y programas de gobierno para favorecer a partidos y candidatos del partido oficial del estado y  la exacerbación del rechazo a candidatos acusados de corrupción como lo hemos visto en Chilón y mas recientemente en Ocosingo…. Se entiende la duda razonable del electorado de si debemos ir o no a votar o de plano la anulación de nuestro voto como una forma de protesta ante el estado de cosas que hoy vivimos. ¿Existen todavía opciones que generen confianza y esperanza de un cambio en el electorado?
Por mas difícil que esto parezca los politólogos analizan que la abstención o la anulación del voto solo favorecerá a la corriente del estado porque en el actual sistema electoral, un voto puede hacer la diferencia y ya conocemos los votos corporativos y de acarreados que siempre moviliza el oficialismo. Por ello también como creyentes y ciudadanos necesitamos hacer un ejercicio de Discernimiento para decidir nuestro voto mirando a la persona, pero también preguntándonos quien está atrás de dicha persona o cuales son los intereses que le mueven para buscar el puesto de elección…. Sin duda que requiere informarse adecuadamente pero vale la pena hacerlo porque finalmente es la ruta que nos llevará a ir enderezando el rumbo y la situación de nuestro país. Desde luego que la participación en la elección no es  el único momento de nuestra participación ciudadana porque requiere darle seguimiento a quienes finalmente ocupan un cargo público
Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les
había indicado.  Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:  —«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del  Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.»
Jesús nos manifiesta a un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, un Dios que al mismo tiempo es Uno y Trinitario, tres personas distintas. Entre el Padre el Hijo y El Espíritu Santo los une un mismo amor e igualdad perfecta entre los tres.
Si decimos que Dios nos ha creado “a su imagen y semejanza” con toda propiedad podemos afirmar la dimensión Trinitaria de la Humanidad. Dios nos creo para formar familia, comunidad, pueblo de Dios. Y su proyecto para nosotros es que vivamos esa Unidad e Igualdad que existe entre el Padre el Hijo y el Espíritu Santo.
El proyecto de Dios es una sociedad Trinitaria, donde no haya dominadores y dominados, donde no haya quienes acaparan todo y otros muchos que no tienen nada. El proyecto de Dios es que nos una un mismo amor y un mismo ser. Por ello nadie nos es indiferente y lo que pasa en cualquier lugar del mundo donde sufre la humanidad nos afecta a todos. Al final de cuentas, ese será el final que nos espera. “Donde todos seamos uno con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo” y el sentido de esta vida es precisamente prepararnos para esa vida Trinitaria perfecta en la eternidad.
Por ello son muy pertinentes las palabras del Papa acerca de nuestro involucramiento en la “Política con P mayúscula”. Significa la promoción de los derechos humanos y los derechos de los pueblos por encima de los interés económicos de unos cuantos. Es lo que ha hecho avanzar a la humanidad, liberándola de la discriminaciones por causa de color de piel, raza o creencias. Una Política liberadora que lleve como fin el avance de los las estructuras democráticas para ir desterrando las estructuras de dominación que aun enfrentamos y que mantienen una situación de pobreza y desigualdad de las grandes mayorías.
Es cierto la política es muy sucia y las cosas andan mal en nuestro país y el Papa pregunta: ¿Andan mal porque los cristianos nos lavamos las manos y no hacemos nada para ir modificando este estado de cosas? Somos descendientes de una gran historia de hombres y mujeres que lucharon y entregaron su vida para que hoy vivamos las libertades a las que hoy tenemos acceso. Es nuestro momento para actuar sin perder de vista el legado de nuestros antepasados que no aceptaron vivir sometidos a los poderes fácticos de aquel tiempo. No olvidemos que nuestra lucha “no es contra carne y sangre” sino “contra espíritus y poderes que están incrustados en las estructuras de nuestra sociedad”. Mucho tenemos que avanzar, pero nadie nos librará del juicio de la historia, cuando nuestros descendientes se preguntarán ¿Y porqué no hicieron lo necesario para cambiar las Cosas?  HASTA LA PROXIMA…

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