El punto G de la economía
(por Roberto Dionicio Pérez)
La buena Navidad
Si hay algunas celebraciones que están marcadas por las tradiciones, éstas son justamente la de la Cena de Navidad y la de Año Nuevo. Generalmente todos asociamos estas festividades con ciertos olores y sabores característicos de nuestros hogares y con algunos platillos que si faltan en nuestra mesa sentimos como que no hubo celebración. Algunos de estos platillos son, por ejemplo, el pavo relleno, el bacalao o los romeritos. De acuerdo con las investigaciones de José Luis Curier, especialista en nutrición y gastronomía citado en el artículo La cena de Navidad, condensado de sabores antiguos de la INAH, el guajolote era considerado “un símbolo de elegancia y riqueza que sustituía al pavo real, ave que durante la Edad Media no sólo fue símbolo de unión, de gusto y de fortuna, sino que también representaba una figura ante la que los caballeros hacían los más variados juramentos, como el de conquistar una tierra o derrotar algún enemigo”. En el mismo documento se comenta que durante la época colonial era obligatorio guardar vigilia en la Noche Buena, razón por la que se fueron incorporando a esta celebración alimentos como pescados (bacalao) y hierbas (romeritos).
En México más de 75 millones de católicos celebrarán la Navidad, acontecimiento que además de incluir las actividades religiosas que conmemoran el nacimiento de Cristo, conlleva una acostumbrada reunión familiar en torno a una mesa y cena especial.
Lo más usual es que las familias se reúnan en el hogar, como lo revela la Encuesta sobre hábitos de consumo navideño 2005 que llevó a cabo Profeco, donde 98% dijo que preparan la cena en casa para Nochebuena, aunque el porcentaje disminuye a 96% en Fin año. El resto de los entrevistados festejan en restaurant o eventos preparados para estas fechas.
La navidad es una festividad en la cual los cristianos del mundo recuerdan el nacimiento de Jesús. Es por eso una celebración eminentemente religiosa. La cual tiene mucho significado y connotaciones para cada individuo o tipo de sociedad y región geográfica.
Nuestra propuesta para cambiar el menú de esta temporada. Muerte al pavo ¿harto de la misma cena navideña? Tranquilo: hay grandes opciones con sólo mirar por todo el continente, sobre todo en el sur. Estas fiestas te proponemos algo que tal vez ofenda a tu suegra: olvídate del pavo al horno y la ensalada fría. En cambio, le proponemos un viaje de sabores con base en la gastronomía Chilena, una de las mejor se ha posicionado en años recientes.
Junto a México y Perú, Chile se ha sido bastión de la cocina latina e incluso, muchos de sus productos gastronómicos están inspirados a los mejores chefs del mundo. Para un chileno, la navidad es sinónimo de ensaladas frescas, ciruelas, camarones, centollas y langostas pero sobre todo es sinónimo de salmón y de cordero. El primero un clásico que todo chileno ha incluido en su dieta genética. El segundo, un producto habitual de la Patagonia de Chile, donde la gente lo consume del desayuno hasta la cena. Ya sea al palo al horno, asado o directamente grillado al aire libre, en una barbacoa bajo el sol, el cordero chileno es el plato fuerte de cualquier comida navideña de ese país, obviamente acompañado de postres de frutos rojos (moras, zarzamoras, etc.). Y es nuestra elección para descansar el infeliz pavo.
Bien, aparte de los sabores y como festejan en otros países el tema fundamental en la navidad y año nuevo es la cercanía con la familia, el convivio y restablecer lazos afectivos. Y este es el mensaje más importante para todos.
Un servidor se despide hasta el próximo año, deseándoles en estas festividades muchas alegrías y bendiciones.
correo: rodip20@yahoo.com.mx
Arenga revolucionaria como epílogo de este año
Mora responsabilizó directamente al comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, de lo ocurrido ayer en La Ruana
Leo Zuckermann
Ayer venía escuchando el noticiero de José Cárdenas en Radio Fórmula. Informaba de un enfrentamiento en La Ruana, Michoacán, donde al parecer había muerto el hijo de Hipólito Mora, uno de los dirigentes más conspicuos de los grupos de autodefensa que luego se había integrado a la Policía Rural de ese estado. Unos minutos después entró al aire el propio Mora para confirmar que efectivamente su hijo había sido asesinado. Dijo que se sentía amenazado y que en cualquier momento lo podían matar como a su hijo quien se encontraba abatido a cincuenta metros de él. Enojado, procedió a dar una arenga revolucionaria. Con la pasión y el dolor de un padre que ha perdido a su hijo, invitó al pueblo de México a sublevarse: los pobres tenían que levantarse en armas contra un gobierno sólo interesado en robar.
Recordemos que estas palabras venían de un hombre que, si bien entiendo, sigue siendo policía. Es, en ese sentido, un servidor del Estado dedicado a aplicar la ley.
En su arenga revolucionaria, Mora responsabilizó directamente al comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, de lo ocurrido ayer en La Ruana. Argumentó que lo habían traicionado porque él había informado a Castillo que la violencia era inminente en la zona y no hizo nada al respecto.
Acto seguido, Cárdenas entrevistó al comisionado. Según él, desde hace mucho tiempo existe un gran encono entre Mora y otro de los líderes de esa zona, Luis Antonio Torres Morales, mejor conocido como Simón el Americano. El enfrentamiento a balazos de ayer, donde murieron seis personas, se habría generado por las viejas rencillas entre estos dos liderazgos. Castillo, muy a su estilo de fiscal, informó que mandaría a los mejores ministerios públicos y peritos para investigar qué había pasado y, con base en las pruebas periciales, se procedería a procesar a los responsables, tanto los que habían disparado de un lado, como los del otro.
Yo ya me encontraba en el estudio del noticiero de Cárdenas para dar mi comentario. José me permitió decirle a Castillo que me llamaba mucho la atención que viera este problema como un asunto policiaco a resolver y le pregunté que si no había un tema político alrededor de este asunto. Yo tenía en mente, desde luego, la arenga revolucionaria que minutos antes había hecho Mora en el mismo noticiero. El comisionado me contestó que no veía en este incidente un tema político porque ninguno de los involucrados estaba compitiendo por el poder.
Extraña respuesta. En todo caso me parece que es imposible aislar lo que está sucediendo en Michoacán del contexto que está viviendo el país. Resulta que en ese estado comenzó, a principios de este año, la pesadilla para el gobierno de Peña Nieto y que ahí mismo está terminando.
Muchos pensábamos, y me incluyo, que el gobierno federal había logrado darle la vuelta al problema de Michoacán. Violencia sigue existiendo pero no en los niveles de principios del año. Y puede que así sea. Castillo ayer le dijo a Cárdenas que lo ocurrido ayer en La Ruana es un evento aislado al que no se sumaron los grupos de autodefensa de otras comunidades porque eso sí que hubiera sido, en sus palabras, una guerra civil.
En los próximos días veremos si efectivamente lo sucedido ayer en La Ruana es sólo un enfrentamiento particular producto de viejas rencillas entre Hipólito Mora y Simón el Americano. Espero que así sea. Porque lo que menos necesitamos es que se reactive el conflicto en Michoacán donde supuestamente ya le habíamos dado vuelta a la tortilla.
Twitter: @leozuckermann