Herencia familiar
Creció en medio de una familia artesana, debido a que sus abuelos y padres se dedicaban a urdir hamacas; generación tras generación, van aprendiendo la tradición familiar, con lo que se ayudaron a salir adelante para sustentar las necesidades de sus hogares.
Es Mariano Sánchez, de 45 años, originario de Veracruz, quien también desde niño aprendió a trabajar con las hamacas.
Cuando era pequeño, solo veía a sus padres trabajar todos los días con hamacas, las que después salían a vender en otros lugares; como todo niño, tenía curiosidad de hacer lo que sus padres hacían, él, quería aprender.
“Para que yo aprendiera a tejer, me costó trabajo, bueno, yo era un niño que quería aparentar ser grande para realizar los trabajos que hacían mis padres; la primera que yo intenté, no me salió, mi papá me dijo que esperara un poco más para poder tejer porque se necesita fuerza para hacerlo”.
A sus 12 años, fue el segundo intento que hizo para tejer hamacas, en esa ocasión, él, ya tenía la edad para comprender lo que su papá le explicaba sobre el tejido que debe de utilizar, pero contaba con la paciencia en las diversas formas de tejidos.
Desde aquel tiempo, Mariano inició con su oficio de hamaquero, con lo que hasta el día de hoy ha sacado adelante a sus tres hijos; actualmente realiza un recorrido por diversos estados para vender sus productos, hechos con sus propias manos.
“Seguiré trabajando como vendedor hasta donde pueda, para sacar adelante a mi familia y darle una vida de lo mejor posible; que Dios me siga dando fuerzas para trabajar, es lo único que le pido y le agradezco por haberme dado la habilidad de tejer”.