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El desnudo masculino seduce en el Munal

 El desnudo masculino seduce en el Munal

El hombre desnudo se ha pintado, retratado, esculpido y trazado por mucho tiempo, pero, a diferencia del cuerpo femenino, no es común que se hagan exposiciones específicas sobre este tema.
Eso ha llamado la atención de muchos de los más de 24 mil visitantes a la exposición El hombre al desnudo, dimensiones de la masculinidad a partir de 1800 que se exhibirá hasta el 17 de junio, en el Museo Nacional de Arte.
“Es difícil encontrar una exposición que esté enfocada únicamente al desnudo masculino; hay más obra de desnudo femenino” opina Vianey. Por su parte, Raciel dice: “Normalmente, en el tiempo de ahora, se fijan más en la característica de una mujer, le dan más morbo a lo femenino”. Y Amalia, que visita el Museo con su hija Elsa, expresa: “Le explicaba a Elsa que el cuerpo desnudo de los hombres no es tan ocupado con morbosidad como el de las mujeres. Los comerciales, los medios, sacan más a las mujeres que a los varones en los miles de productos y cosas que nos venden”.
A diferencia del primer desnudo femenino en la historia del arte en México —Cazadora de los Andes, de Felipe Santiago Gutiérrez (de 1874)— no es preciso cuándo se hizo el primer desnudo masculino ni en el mundo ni en México. Es tan antiguo el desnudo masculino, como los valores que con el cuerpo del hombre se buscó exaltar durante siglos: heroísmo, virilidad, poder y una masculinidad ideal y espiritual, a la usanza clásica.
La muestra del Munal ha captado la atención de 24 mil 839 personas, hasta el pasado miércoles; inaugurada el 5 de marzo, a pocos días de que abrió sus puertas se comenzó a llevar un conteo de visitantes por género y la respuesta es que prácticamente han asistido tantos hombres como mujeres: entre el 20 de marzo y el miércoles pasado se habían contado 5 mil 662 hombres y 5 mil 309 mujeres.
La exposición incluye 171 obras de mexicanos y europeos; 26 piezas provienen del Museo d’ Orsay, en Francia, donde se exhibió Masculin. Masculin. En los últimos años, otras grandes muestras —como la del Leopold Museum— han tomado como tema el cuerpo del hombre para advertir que si bien fue retratado desde la antigüedad, han faltado revisiones al respecto.
Para recordar
Mercurio, una fotografía con técnica, escenografía y elementos contemporáneos, que apela a características clásicas, y que es la imagen de la muestra ha sido de las más visitadas, comenta durante el recorrido Arturo Pérez Cerón, guía del Museo. Él cuenta que para el público la muestra ha sido refrescante: “Hay agrado entre el público; se llevan una grata sorpresa, les parece cercano, una suerte de espejo. Eso lo veo con el público más joven y con los adultos. Se impactan por la importancia de los artistas —Warhol, Picasso, Cézanne, Rodin, Siqueiros—. Les llama la atención que es como una manera nueva de ver la obra”.
Aunque en la muestra predomina la pintura y obras del siglo XIX con todos los rasgos de la Academia, están presentes las nuevas formas de ver al hombre representadas casi siempre por hombres (sólo hay dos obras de mujeres, una de ellas es de Louise Bourgeois).
El Sebastián, de Ángel Zárraga (1910), es un referente de cómo el siglo XX trajo consigo una nueva forma de ver al hombre, desprovista del heroicismo del siglo XIX y con una carga sexual, que ni la Academia ni los artistas habían representado con tantos otros significados.
La muestra tiene esculturas y pinturas, y muestra piezas más contemporáneas en fotografía, instalación y pintura. Junto a Mercurio y Sebastián, los visitantes se quedan también con el recuerdo del cuerpo que se degrada en la escultura Don Javier , de Jorge Marín; del cuerpo inerte en la escultura en madera de Reynaldo Velázquez Zebadúa; de diversos cristos, carentes del dolor, y más humanizados; o del desafío que se plantea en algunas obras como en la pintura Autorretrato Con Flores, de Omar Rodríguez. El Munal se ubica en Tacuba 8. Centro.

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