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Tren Parlmentario

¿Quién es el trepador, el oportunista, el politiquero? ¿Batres? ¿Monreal?
VICENTE BELLO
En los territorios del Congreso de la Unión, nunca antes se había presenciado una disputa tan abierta y ruda al interior de un partido político, como la que todavía protagonizan Martí Batres Guadarrama y Ricardo Monreal Ávila.
El todavía presidente de la mesa directiva de la Cámara de Senadores, Batres, ha acusado sin miramiento alguno a Monreal -a su vez presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador del grupo parlamentario de Morena en dicha Cámara- de tramposo, traidor, acomplejado y ambicioso hasta las cachas, de un poder que el zacatecano entendería como una herramienta no para ayudar y servir a la gente sino para servirse a sí mismo y a minorías poderosas; ni más ni menos, como lo entendieron durante muchas décadas el Pri y el Pan.
En un discurso inédito por su alta carga de electricidad, Batres sostuvo anteayer y siguió sosteniendo ayer que Monreal no sólo es lo que ya dijo que es, sino que es un “jefe de pandilla”, que no se preocupó por representar al conjunto del movimiento en el Senado, sino que se dedicó a golpetearlo incesantemente durante meses.
Contra su costumbre, Monreal ha respondido con pausas, con silencios. Ayer dijo que había presentado ante el grupo parlamentario de Morena su dimisión al cargo, como respuesta a la airada solicitud de Batres de que renunciara por congruencia.
Un matrero Ricardo Monreal respondió así: “Presenté ante el grupo mi dimisión al cargo, porque estoy convencido de que los hombres y las mujeres, en esta nueva etapa de cambio de régimen, somos transitorios y nunca nadie es indispensable. Y ante notario público, de manera unánime, los senadores rechazaron mi renuncia y refrendaron su confianza para mantenerme al frente, lo que les agradezco y me honra mantener mi posición congruente”.
Que se recuerde. nunca antes en toda su vida política, Monreal había recibido una mega madriza como la que recibió el lunes por Martí Batres Guadarrama.
Monreal dejó pasar prácticamente todas las acusaciones de que fue objeto por el presidente de la mesa directiva. Verbigracia: no respondió los calificativos de traidor, nocivo, acomplejado, tramposo, oportunista… y muchos otros que llenaron el discurso del enojadísimo Batres.
Por la mañana, en su conferencia habitual, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue requerido por un reportero a posicionarse sobre el agarrón protagonizado en el Senado entre Martí y Ricardo, dos de sus correligionarios.
Y esto dijo: “No estoy participando en cuestiones partidistas. En este caso también: se trata del Poder Legislativo. Quienes nos dedicamos al noble oficio de la política, tenemos qué actuar poniendo por delante los ideales, los principios, y le debemos de profesar un profundo amor al pueblo.
“Si no hay ideales, no hay principios, no se puede hacer política. Si no se le tiene amor al pueblo, no se puede llevar a cabo el oficio de la política.
“Ya pasó el tiempo en que la política era sinónimo de individualismo, de sacar provecho personal, de estar pensando nada más en intereses personales. Por legítimos que fueran. Ya no ayudan quienes solamente piensan en sus intereses personales.
“Tiene que haber mística. Tiene que haber convicciones. Entrega total a la causa pública. No son los cargos lo que debe de importar, sino la contribución a los cambios, en este caso a la transformación del país.
“La política es transformar, hacer historia, y para eso se requieren ideales, principios. El político tradicional, el que está pensando cómo colarse entre comillas, no ayuda en nada. Y no tiene futuro, porque el pueblo de México ya es otro.
“Hubo un cambio de mentalidad, y cuando cambia la mentalidad del pueblo cambia todo. El pueblo de México tiene un instinto certero. Sabe quién habla con la verdad. Quién tiene buenos sentimientos. Quién se preocupa por ayudarlos, y quién es un trepador, un oportunista, un politiquero”.
De inmediato Batres y Monreal salieron a opinar tratando de deslindarse del brutal chaleco bordado por López Obrador.
En su cuenta de twitter, Martí dijo estar de acuerdo con lo que dijo el Presidente, y jurando que no se siente aludido para nada.
Y Monreal salió a decir que no se siente aludido.
“¿No se siente usted aludido?”, preguntó una reportera a Ricardo Monreal a propósito de lo último que hubo dicho Amlo, de que hay “trepadores, oportunistas y politiqueros”.
“¿Después de 22 años?”, respondió Monreal preguntando. Y continuó: “Yo luché 22 años aquí. No, no me siento aludido. Me siento muy bien y le tengo un gran respeto al presidente (de la República)”.
La pregunta hecha a Monreal por una reportera llevaba jiribilla. La imagen de trepador y oportunista la tiene Monreal desde los tiempos en que salió del Pri para conseguir la candidatura del Prd al gobierno de Zacatecas, luego de que el entonces presidente Ernesto Zedillo maniobró para que el Pri nacional no le concediera dicha candidatura, para dársela a José Olvera, quien terminó perdiendo la gubernatura precisamente a manos de Ricardo Monreal.
Esta fiera pelea al interior de Morena ocurre a un año de que llegó al poder presidencial, siendo un partido político joven, de apenas cuatro años de vida. Nunca antes un partido incipiente obtuvo tanto poder: nada menos la presidencia de la República, cuatro gubernaturas y más de diez congresos estatales y casi 130 presidencias municipales.
La pelea es tan salvaje, que podrían tener serios problemas en 2021, esto susurraban en los pasillos senatoriales, ayer. Así como llegaron, se podrían ir. De ahí se entiende la no menos brutal respuesta de Amlo, un día después.

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Redaccion Diario de Palenque

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