Cancel Preloader

El Bajlum

Por: Raúl De Thesy y RR

Allá por los años sesenta y por el rumbo del Boquerón, zona hoy conocida como Nandiumé; vivían grupos indígenas que se habían asentado en esa orillada del hoy Pueblo Mágico y que se encargaban de cultivar pequeños terrenos que posteriormente serían decretados como Ejido Palenque; y de esta sociedad agrícola destacaba un indio chol de raza pura con las más destacadas características de su ascendencia maya quien era conocido como El Bajlum, es decir El Jaguar, de quien se decía conservaba los hechizos y conocimientos de sus ancestros, por lo que era muy respetado por sus vecinos al igual que por la gente del pueblo, que por esos tiempos convivían en sana paz con ellos ya que aprovechaban el trabajo de sus manos para labranza y quehaceres domésticos de la gente acomodada; bajaba este hombre de tez curtida por tantas Canículas, siempre vestido de camisa blanca y pantalón arrollado a la pantorrilla todo de gruesa manta.

Como buen campesino gustaba de tomarse un trago de aguardiente después de realizar alguna compra de aceite, sal, galletas, azucar y petróleo para su quinqué, poniendo en su morral todo el producto adquirido y se sentaba en un rincón de la cantina a beber en silencio, compostura clásica del sometimiento social imperante en la època; y, una vez tomado su refino regresaba dando tumbos hasta su jacal, pero, en la entonces Villa de Palenque, guardaba el órden un comandante muy bravo y enemigo declarado de los indígenas; quien en varias ocasiones había perseguido al Bajlum para apresarlo y multarlo sin mayor causa que la de haber bebido trago; pero se daba el caso que cuando sentían que ya lo tenían a su alcance, este mágicamente desaparecía al doblar una esquina; lo que ponía de peor humor al genizaro y se le hizo fijación encerrarlo para que pagara todas las burlas de que ya era objeto por toda la población, hasta que llegó un día en que se apostó a la sombra de unos macas por donde tenía que pasar el chol y logró sorprenderlo y apresarlo a lo que humildemente se sometió Agustín y fue encarcelado por toda la noche hasta que a la mañana siguiente previo pago de la multa obtuviera su libertad.

Muchos años después este policía aún seguía preguntándose como había logrado este indio escaparse estando cerrada con cadena y candado la cárcel municipal. Hasta su muerte nunca quizo aceptar el comandante lo que comentaron quienes también habían sido apresados el mismo día y decían que el Bajlum se había convertido en un pájaro y así volando pudo pasar limpiamente entre los barrotes.

Redaccion Diario de Palenque

Notas Relacionadas