Crisis desata desaceleración económica en Tabasco

Tabasqueños dejaron de comer en restaurantes, salir al cine, hacer la despensa, estrenar ropa y hasta aprendieron un oficio para sobrevivir, así lo expresa Julio Cesar Cabrales de la Cruz, economista de Tabasco quien ha dado seguimiento a la crisis económica que inicio en 2015.
Al presentarse el retroceso económico del 11 por ciento, que sufrió Tabasco al cierre del primer semestre del 2017, el salario de la clase trabajadora se redujo y los dejó sin oportunidad de poder divertirse en familia, si tienen para comer no tienen para pasear aunque sea un día por semana, apunto el especialista.
El analista en temas financieros, resaltó que la economía tabasqueña sigue en caída libre, en lo que va del 2017 no muestra ningún signo de recuperación, sino al contrario se estiman que han cerrado más 2 mil negocios en Tabasco que eran importantes generadores de empleos.
Al no haber empleo digno, en Villahermosa se incrementó el trabajo informal pues los desempleados se vieron obligados a encontrar una forma de vivir honradamente que les permitiera tener una vida digna y así mitigar la crisis, explicó.
Actualmente es común vender alimentos, aguas frescas y pozol en la vía pública o estacionada en un sitio donde que es frecuentado constantemente por personas, este fenómeno representa los serios problemas que tiene la economía tabasqueña, destacó.
En base a estudios del economista, las familias se vieron obligadas a reducir sus gastos para enfrentar el incremento de hasta un 30 por ciento que tuvieron los energéticos, esto elevó los precios en la canasta básica la cual no debe faltar en un hogar.
De acuerdo a un estudio hecho en Tabasco, las personas destinan de sus salario quincenal o semanal, el 50 por ciento para su alimentación, el 10 por ciento transporte, 10 por ciento gastos médicos, 10 por ciento para divertirse, 10 por ciento luz y agua y otro 10 por ciento de ahorro.
El anterior cálculo fue realizado en base a los gastos de una familia promedio conformada por los padres y dos hijos, con el alza en los insumos sus ingresos para cubrir sus necesidades básicas se elevaron hasta un 10 por ciento y eso los dejó sin oportunidad de ahorrar.
Quienes mantienen una alimentación moderada y sin lujos, resaltó que al día gastan alrededor de 300 pesos, pero ahora ya gastan hasta 400 pesos en una comida, sin contar el desayuno y cena.
Tabasco es el segundo estado del sureste de México peor pagado, el primer lugar es Quintana Roo, según reportan cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al señalar el nivel de ocupación de las entidades del país. Mientras en el estado vecino de Veracruz un trabajador gana diario un salario promedio de 382 pesos, en Tabasco gana 281 pesos, volviéndose un monto que no les alcanza para satisfacer todas las necesidades que tiene un hogar.
A diferencia de otras entidades del país donde la mano de obra es más costosa, de acuerdo al IMSS en Tabasco no ha podido darle un mayor valor al trabajo de sus habitantes e incluso hay personas que con esfuerzo sólo ganan diario un salario mínimo equivalente a 80.04 pesos. De acuerdo a la Asociación Civil para la Defensa de la Economía Familiar y Empresarial, la quincena de un trabajador de la iniciativa privada no le alcanza para satisfacer sus necesidades durante los 15 días en que volverá a cobrar por su trabajo.
En base a las estadísticas realizadas por la asociación civil, el 70 por ciento de las personas económicamente activas en Tabasco, ganan entre uno y dos salarios mínimos, es decir, quincenalmente tienen un ingreso entre los 2 mil 500 pesos y mensual obtienen 5 mil pesos.
Según la asociación civil en 2014 una familia conformada por 4 integrantes desembolsaba de su quincena 500 pesos semanales para abastecerse de su canasta básica, es decir de su quincena empleaba mil pesos para su alimentación y con el resto cubrían otras necesidades.
Para el 2015 la canasta básica por semana se adquiría con sólo 600 pesos, en 2016 800 pesos y ahora en 2017 el jefe o jefa de hogar se ve obligada a desembolsar mil pesos, para al menos cubrir sus necesidades de manera austera y sin lujos.