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Hasta el Último Hombre: Mel Gibson se reivindica

 Hasta el Último Hombre: Mel Gibson se reivindica

Es bien sabido que a partir de La Pasión de Cristo (2004), Hollywood castigó a Mel Gibson por sugerir cosas políticamente incorrectas en su película. Después, Apocalypto (2006) fue criticada por carencia de datos históricos precisos, y por el exceso de violencia en una historia que prácticamente no tenía trama. Gibson dejó de dirigir durante 10 años.

Ahora regresa inesperadamente con Hasta el Último Hombre, que ya tiene tres nominaciones al Globo de Oro, y quizás figure en los Oscares, aunque de manera muy secundaria… La Academia y la Crítica están perdonando al director, pero no tanto…

La realidad es que no ha abandonado su estilo, que es ya casi una interesante y controvertida firma. El australiano quiere criticar la violencia y su mensaje es que ésta es mala y se debe erradicar; sin embargo, él hace uso exagerado de ella para contar sus historias. Una gran contradicción.

Basada en una historia real, Hasta el Último Hombre nos cuenta la vida de Desmond Doss (Garfield), un joven Cristiano que siente la obligación de apoyar a su patria en la Segunda Guerra Mundial y se enlista en el ejército… pero con una condición, no piensa jamás disparar un arma. Su propuesta parece totalmente absurda, y siendo él un joven delgado y de apariencia frágil, recibe todo tipo de bullying de sus compañeros y de sus superiores. Sin embargo, él sigue fiel a sus convicciones, de forma que se le castiga con varias injusticias, sufre un juicio y aun así, gana una Medalla de Honor, dado que se dedicó a salvar heridos sin jamás haber tomado un rifle o una pistola.

Al saber que la historia es real (al final, aparece a manera de documental, el verdadero Doss contando su experiencia), nos involucramos de inmediato en la trama y estamos tan sorprendidos como los personajes de la cinta, pues no sabemos cómo el protagonista sobrevivirá ante una guerra en la que ni se defiende ni ataca, solamente salva heridos. Es de agradecer que Gibson saque al aire este tipo de historias que no son tan conocidas y que merecen contarse. Doss es una especie de Gandhi que nos enseña que no se tiene que pelear para salir triunfante. Un mensaje necesario para la actualidad.

Por otro lado, como ya es costumbre, el realizador es exagerado en las imágenes sangrientas que salpican casi al punto del Gore. Eso, y una mezcla de melodrama, a veces un poco cursi y aleccionador, hacen que no nos creamos tanto lo que sucede—es evidente que estamos viendo una película… y es evidente quién está detrás de cámaras.

Vince Vaughn es quizás un error de casting, no sabemos si lo que dice es en serio o es comedia, su actuación y su personaje son confusos. Garfield sobresale en el elenco, pero se nota su ansia de ser nominado y aunque definitivamente su trabajo es convincente, de pronto cae en el cliché de héroe moralista. Hasta el Último Hombre no es una película que llame demasiado la atención, pero vale la pena por conocer la historia de Doss, que sí es ejemplar.

Redaccion Diario de Palenque

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