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Diario de un reportero

 Diario de un reportero

Entre mano dura y desprecio•El Quijote del periodismo
•Empíricos, mejores periodistas
•La pasión de escribir

Luis Velázquez
24 de enero de 2015

DOMINGO
El Quijote del periodismo

Moisés Sánchez Cerezo, de 49 años, el primer reportero secuestrado en Veracruz y en el país este año, es un Quijote del periodismo.
Idealista, soñador, utópico quizá, él mismo financiaba como “conductor de taxi” y con una tiendita modesta su periódico “La Unión”, donde contaba la historia de su pueblo, Medellín, paso de migrantes y narcos del sur al norte de México, donde han florecido las guardias comunitarias como la única esperanza para ver si así disminuye el tsunami de la violencia.
Pero, además, editaba su periódico quitando ingresos a la familia, integrada por su esposa, María Josefina Gómez, de 49 años, y su hijo, Jorge Uriel, de 29 años, más tres hermanos, Elías, Juan Carlos y Arturo.
En su periódico las noticias principales están relacionadas con la vida cotidiana. Por ejemplo, el secuestro de niñas en el continente africano para convertirlas en esclavas sexuales merecerá siempre las 8 columnas en portada.
Pero para Moisés, que lo es todo en su medio (reportero, fotógrafo, editor y director gerente, un Multiusos del periodismo), la fuente informativa estaba en las calles con hoyancos en su pueblo, en la escasez de agua, en el corte de energía eléctrica en las lámparas públicas, en los robos a casas y asaltos a las familias y casas, en el profesor que falta a clases, en la falla del servicio sanitario en la escuela de los niños.
Más todavía: su grandeza se calibra a partir de lo siguiente: en tanto la mayoría de los medios viven del contrato publicitario con el gobierno de Veracruz y los alcaldes, “La Unión” tiene vida propia, autónoma, independiente, que proyecta y dimensiona su libertad, el más alto valor humano.

LUNES
Periodistas “que parecían gigantes”

Su historia de algún modo recuerda a los mejores reporteros que han existido en México, ubicados en la época de Benito Juárez y Porfirio Díaz, como Ricardo Flores Magón, Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Martínez, Filomeno Mata y Francisco Zarco, entre otros.
Por ejemplo, Flores Magón soñó de pronto con dar el paso como articulista a editor y lanzó su periódico “Regeneración”.
Para entonces, y como siempre fue su vida antes y después, andaba en la quinta pregunta, disidente como era, para el ingreso familiar.
Entonces, tocó la puerta del “Diario del Hogar”, un gran crítico al Porfirismo, propiedad de Filomeno Mata, y le planteó su legítimo sueño, su ideal, su utopía, y su amigo le fue imprimiendo de gratis el periódico para que le pagara “cuando pudiera”.
Nadie, claro, compara a Moisés Sánchez con aquellos hombres “que parecían gigantes” como escribió don Daniel Cosío Villegas, pues eran otros tiempos, otras circunstancias, un México más revuelto y polvoriento que hoy, pues enfrentaron, por ejemplo, una dictadura que duró 33 años, el mismo tiempo que otras tantas en el continente latinoamericano, la más despiadada en la República Dominicana con el general Rafael Leónidas Trujillo.
MARTES
Empíricos, los mejores reporteros
Pero igual que todos ellos, Moisés Sánchez se metió al periodismo, quizá antes, cuando estudiaba la carrera de licenciado en Derecho y, por tanto, es, como aquellos, un reportero empírico, sin ninguna duda, los mejores que han existido en el país.
Cierto, hay periodistas egresados de las facultades de Comunicación, de las que hoy está sembrada la nación y que todos los días en el campo de batalla y frente a la computadora en la sala de redacción enaltecen el periodismo que dignificaban, por ejemplo, Ryzard Kapuscinski, Gabriel García Márquez y Julio Scherer García.
Pero también hay reporteros que llegaron a los medios desde otros quehaceres de la vida profesional, como por ejemplo, la abogacía en el caso de Flores Magón y Filomeno Mata.
Luis Spota, por ejemplo, llegó al periodismo a los 18 años de edad, sin una profesión, más que llevado por su vocación de contar la historia de cada día. Y cuando pasó de “Últimas Noticias” a Excélsior, durante 45 días consecutivos se llevó las 8 columnas en portada, de tal forma que a la fecha ningún otro reportero del mundo ha podido rebasar la hazaña.
Y es que en los reporteros empíricos, como Moisés Sánchez, se conjuga, además de la vocación inalterable, la pasión.
MIÉRCOLES
La pasión periodística
La pasión de informar a los demás. La pasión de registrar con testimonios los días y las noches que transcurren. La pasión de ganar la noticia, la exclusiva, las 8 columnas. La pasión por la ética y la moral. Por eso mismo hay quienes hablan de la religión del periodismo, porque, además, ahí está su grandeza.
Incluso, por eso mismo, su hijo Jorge Uriel ha sostenido desde el primer día del secuestro, 2 de enero a las 7 de la noche, que el levantón está relacionado con su trabajo periodístico y social.
Y cuando el hijo habla de lo social se refiere al activismo de su padre.
JUEVES
Reportero y activista
Además de “conductor de taxi” (como lo llamó Javier Duarte), dueño de una tiendita que atiende su esposa, reportero y editor, en la mejor tradición de Ricardo Flores Magón, Moisés también es un activista para quien el periodismo hoy es insuficiente para luchar todos los días por el advenimiento del más bello día en la historia, que es el día del hombre, el día del ser humano.
El colega (el gran colega a quien se respeta por su idealismo y su integridad) informaba a través de “La Unión” (bello título polisémico); pero además, él mismo organizaba y encabezaba las marchas de protesta reclamando, por ejemplo, seguridad, al presidente municipal, Omar Cruz, panista, que confundió el Ayuntamiento (de ayuntar, de conjuntar) con el autoritarismo, como si Medellín fuera de su propiedad y en donde el poder político se ejerce a través de un triunvirato formado, oh paradoja, por el alcalde, su esposa y su cuñada.
Alguien les llamó los Abarca de Veracruz.
Más todavía: el mismo Moisés participó en la formación de las guardias comunitarias, luego de que Medellín, paso de migrantes; pero también de carteles y cartelitos, infectaron la vida cotidiana de las familias que cada día caminan al puerto jarocho para trabajar porque el pueblo carece de fuentes de empleo.
Un día Moisés amplió su utopía y buscó la agencia municipal de su congregación; pero quizá, acaso, por diferencias políticas, el alcalde lo bloqueó, no obstante que ahora “se cura en salud” diciendo que le guarda cariño, de igual manera como, digamos, la exalcaldesa de Alvarado, Sara Luz Herrera, juraba que trataba como un hijo a su secretario particular, a quien ordenó asesinar, por lo que ahora está presa en el penal de Amatlán de los Reyes, además de sus malas amistades.
Y no obstante la conjura política del edil en su contra, Moisés siguió luchando.
VIERNES
Todos esperamos a Moisés Sánchez
También Flores Magón continuaba en el frente de batalla periodístico, social y político cuando Porfirio Díaz lo llegó a encarcelar durante 41 ocasiones.
Incluso, llegó un momento cuando su periodismo necesitaba de otro recurso social y entonces fundó el partido Liberal, que alternaba de la siguiente manera: en la mañana, todos los días, el activismo partidista; en las tardes, el activismo informativo, y en las noches, la conspiración agitando conciencias.
Es más, algunos historiadores aseguran que Flores Magón fue el gran precursor de la revolución que alimentaba cada vez que Regeneración era publicada que, por cierto, regalaba a los campesinos, de igual modo como también Moisés obsequiaba los ejemplares de “La Unión”.
Aquí, el gremio reporteril desea y espera su regreso a casa, vivo y sano.

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