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Van por todo

 Van por todo

Francisco Álvarez Sanén

La fotoEn lo que lleva el actual gobierno de la república, la oposición a las reformas estructurales de Peña Nieto, ha exhibido con argumentos y evidencias la naturaleza de cada una de las iniciativas y el daño que le van a causar a la nación; de hecho, la situación económica y el bolsillo de los mexicanos, ha venido a darle certeza a lo que se venía advirtiendo. Tristemente, tuvimos que esperar que los efectos negativos alcanzaran directamente a una gran mayoría de los mexicanos para que pudiésemos reaccionar. Hoy, el rechazo generalizado hacia Peña Nieto se hace sentir en una gran parte de la ciudadanía; no por nada, se rumora que hay encuestas donde se demuestra que más de la mitad de los electores que votaron por EPN están arrepentidos de la decisión que tomaron, y no es para menos, ya que no solo los pobres y marginados de este país son los que pagan los platos rotos de la errónea política económica y el saqueo continuo; parece ser que el actual gobierno tiene una afrenta personal con la clase media, para una muestra, la reforma fiscal que incrementó e inventó impuestos por doquier, castigando seriamente el dinamismo de la economía nacional, reflejándose en los indicadores económicos de los últimos meses que hablan de recesión; y por otro lado, el aumento mes con mes de los energéticos y la canasta básica que perjudican seriamente la vida cotidiana de millones de hogares en todo México. Como cereza del pastel, utilizan el tan ansiado mundial, para legislar las leyes secundarias en materia energética que en pocas palabras son un tiro de gracia para los que con mucho esfuerzo lograron adquirir o conservar un patrimonio en esta nación de fugaces oportunidades y de mucho esfuerzo.

Durante las primeras jornadas del mundial de fútbol, de manera bastante sospechosa por no decir evidente, se discutieron en el pleno de la cámara de senadores, la legislación secundaria de las modificaciones constitucionales de los artículos 25, 27 y 28 de nuestra Carta Magna; en ellas se contiene la médula del proyecto privatizador y entreguista del gobierno federal en complicidad con un gran sector de los diputados y senadores del PRI, PAN y PVEM. Como ya se venía anticipando, las concesiones y facilidades que se plantean en los dictámenes presentados en el pleno, son un cheque en blanco paras las trasnacionales petroleras, y un grave riesgo para la pequeña propiedad privada de este país, ya que se aprobó de manera increíble y sin escuchar argumentos, que el gobierno decretará, en un plazo de 10 días, la expropiación de terrenos y propiedades requeridos por las empresas nacionales y extranjeras que tengan contrato para generar y comercializar electricidad, en caso de que no hayan llegado a un acuerdo sobre la indemnización respectiva.

De acuerdo al diario La Jornada,” la iniciativa que Enrique Peña Nieto envió al Senado sobre la nueva ley de la industria eléctrica no consideraba llegar a expropiar tierras y propiedades, pero en el proyecto de dictamen que ya circula en el Senado se incluyó esa medida, junto con otras modificaciones. En el capítulo VII, título segundo, del proyecto de dictamen, se autoriza a las trasnacionales eléctricas a negociar con los dueños de los predios la contraprestación que les deberán pagar por rentar o comprar los terrenos donde construirán instalaciones de electricidad, generadores o ductos, pero el valor de los terrenos se acordará con un organismo oficial, de acuerdo con la Secretaría de Energía, no con los propietarios.” Por lo tanto, se puede deducir que, dada la prioridad que se le está otorgando a legislar a favor de las grandes trasnacionales petroleras, y las condiciones que se les está brindando en bandeja de plata, no habrá ninguna certidumbre para los que tengan que recurrir a la mediación para alcanzar un precio justo por sus predios o terrenos; la lógica indica que las resoluciones que haga este órgano oficial, serán un “aliciente” para la inversión y el empleo, como se ha tratado de justificar.

Pero lo que es realmente grave, es que se establecen la figura de la requisa, la expropiación, la ocupación temporal, la utilidad pública y la intervención (artículos 57, 58 y 59 de la Ley de Hidrocarburos y 68 de la Ley de Industria Eléctrica) para proteger y salvaguardar los intereses de las petroleras. Van a despojar a muchos pequeños, medianos y grandes productores del campo, incluyendo a quienes tienen concesiones mineras (a éstos se les ordena que no podrán oponerse al tendido de ductos, cables o instalación de energía eléctrica, artículo 69 de Ley de Industria Eléctrica). Incluso, habrá multas millonarias para los poseedores de la tierra que incumplan acuerdos con las compañías privadas (artículo 88 de Ley de Hidrocarburos). Es obvio, que el propietario o afectado, será un simple espectador del futuro de sus terrenos, y ofrecer resistencia a vender puede ser un grave error, ya que se puede llegar a la expropiación o una multa millonaria. Esto nos recuerda a las famosas guardias blancas a sueldo de las petroleras en los tiempos de la revolución, que amenazaban y amedrentaban al grado de asesinar al que se negará a vender a precios de remate las tierras que estuvieran dentro de los campos petroleros, las mismas guardias blancas que de acuerdo a la historia que no se cuenta en las escuelas, los libros de texto gratuito o por historiadores favoritos del régimen como Enrique Krauze, son las que cazaron y asesinaron en la sierra de Puebla a Venustiano Carranza, por tener el atrevimiento de haber establecido la propiedad de la nación de sus riquezas naturales en el artículo 27 de la constitución de 1917 y que en diciembre pasado, fue desmantelado al grado de no garantizar nada para la nación y el pueblo mexicano.

Es evidente el retroceso político e histórico que estamos viviendo. Hoy ya no son necesarias las guardias blancas, cuando se tiene a sueldo y al servicio del poder y del dinero a una clase política servil y entreguista; hoy ya no es necesario amedrentar y asesinar, cuando desde el congreso de la unión y bajo la complicidad del poder judicial se aprueban leyes que garantizan el arrebato de las tierras y la desaparición del ejido; hoy estamos viendo la consolidación del Neoporfirismo y la decadencia de la vida política nacional, pero también, la última parte de una etapa gris de la historia de México, la última parte porque muy a pesar de los poderes al servicio del dinero de nuestro país, para las próximas elecciones en el 2015, existe la posibilidad de hacer una consulta popular que sea el punto de partida de una regeneración de la vida pública, y en donde nos pregunten a todos, si estamos de acuerdo o no con los contratos o concesiones a particulares nacionales o extranjeros en sectores estratégicos en materia energética, pero antes, tenemos que reunir un millón seiscientos mil firmas en todo el territorio nacional, cerca del 2% del padrón electoral, para que respaldados por la Ley Federal de Consulta Popular, nos tomen en cuenta por primera vez en muchos años y echemos atrás la intentona más burda y descarada de despojarnos de nuestros recursos naturales y de nuestro patrimonio. Como siempre, depende de nosotros.

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